Bendición para una persona especial
Oración a la cruz de San Benito en Latín (Audio)
Impactante oración en Latín a la Cruz de San Benito
San Benito es conocido por ser un santo muy poderoso en la protección contra el mal y las fuerzas oscuras.
Entre los símbolos que se encuentran en la medalla de San Benito se encuentran la imagen del santo, una cruz, las letras C S P B (Crux Sacra Sit Mihi Lux - "La cruz del Santo Padre Benito"), las letras N D S M D (Non Draco Sit Mihi Dux - "Que el dragón no sea mi guía"), las palabras V R S N S M V (Vade Retro Satana, Nunquam Suade Mihi Vana - "Aléjate, Satanás, nunca me tientes con vanidades"), y las letras S M Q L I V B (Sunt Mala Quae Libas, Ipse Venena Bibas - "Lo que ofreces es malo, bebe tú mismo tu veneno").
La medalla de San Benito es comúnmente usada por los católicos para protegerse contra el mal y se cree que tiene el poder de proteger contra la posesión demoníaca y otras formas de influencias negativas.
9 FORMAS DE ORAR BASADO EN LA ORACIÓN DE SANTO DOMINGO
PRIMER MODO DE ORAR
El primer modo de oración es reverenciar a Cristo con todo nuestro cuerpo, con todo nuestro ser. Para ello nos presentamos ante Jesús con el cuerpo erguido e inclinando la cabeza y mirándolo humildemente.
Reverenciamos a Dios cuando estamos frente al altar, porque el altar representa a Cristo, porque por Él y en Él se realiza el sacrificio redentor. En la mesa del altar Jesús anticipó su sacrificio.
También cuando pasamos delante del crucifijo, para que Cristo humillado hasta el extremos, nos vea humillado ante su majestad. Y de esta forma expresamos con nuestro cuerpo y actitud, que Jesucristo es el único Señor de nuestras vidas.
Esta reverencia y humildad en la oración se apoya en un fragmento del libro de Judit que dice: “Te ha agradado siempre la oración de los mansos y humildes”
(Jdt 9, 16)
SEGUNDO MODO DE ORAR
Postrado completamente, con rostro en tierra. Reconociéndote pecador y pidiendo la compasión de Dios.
Santo Domingo se inspiró en el salmo: “Porque mi alma ha sido humillada hasta el polvo, y mi
cuerpo pegado a la tierra” (Sal 43, 26).
Sufre y ora por todos los que sufren, prolongando en tu cuerpo la Pasión de Jesús.
“Tu disciplina me adiestró para el combate” (Sal 17, 35),
“Misericordia, Dios mío” (Sal 50),
Frente al crucifijo ofreciéndole nuestras vidas, todo lo que somos, lo que hacemos, la obra de nuestras manos. Nuestro trabajo, la familia, las personas que amamos, nuestros proyectos, nuestros sueños, la salud nuestra y de nuestros seres queridos. Incluso aquellos que ya no están con nosotros.
“Señor, si quieres, puedes curarme” (Mt. 8, 2). Y nosotros podemos agregarle "Señor, si quieres interviene en nuestras vidas".
QUINTO MODO DE ORAR
Con las manos y brazos abiertos y muy extendidos, a
semejanza de la cruz, permaneciendo derecho en la medida en que sea posible. Identificándote con Cristo y abrazando a todos los hombres y mujeres con tu oración.
“Señor, Dios de mi salvación, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia;…Todo el día te estoy invocando, Señor, tendiendo las manos hacia ti” (Sal 87, 2-10)
SEXTO MODO DE ORAR
Orando con las manos elevadas sobre la cabeza, muy levantadas
y unidas entre sí, o bien un poco separadas, como para recibir algo del cielo.
Pide a Dios por los dones del Espíritu Santo y la práctica de las bienaventuranzas para vos y todos tus seres queridos. Para quien conozcas y para los que nunca llegaras a conocer en esta vida. En definitiva para todo el mundo.
“Escucha mi voz suplicante cuando te pido auxilio, cuando alzo las manos hacia tu santuario” (Sal 27, 2).
SÉPTIMO MODO DE ORAR
Santo Domingo tenía otro modo de orar, hermoso, devoto y grato para él.
Se iba pronto a estar solo en algún lugar, para leer u orar, permaneciendo consigo y con Dios.
Se sentaba tranquilamente y, hecha la señal protectora de la cruz, abría ante sí algún libro.
Leía y se llenaba su mente de dulzura, como si escuchara al Señor que le hablaba, según lo que se dice en el salmo: “Voy a escuchar lo que dice el Señor” (Sal 84, 9).
A lo largo de esta lectura hecha en soledad, veneraba el
libro, se inclinaba hacia él, y también lo besaba, en especial el Evangelio.
OCTAVO MODO DE ORAR
Habla de Dios y con Dios en todo momento.
Esperando el colectivo, cuando te vas de un lugar a otro, mientras estés comprando. Especialmente cuando estés en un lugar solitario.
Haz Oración de súplica, de alabanza, de acción de gracias, de petición, de contemplación.
Observaba este modo de orar al trasladarse de una región a
otra, especialmente cuando se encontraba en lugares solitarios.
Está escrito en el libro de Oseas: “La llevaré al desierto y le hablaré al corazón” (Os 2, 14).
NOVENO MODO DE ORAR
Esta forma de orar te lo dejo para tu reflexión. ¿Cómo hablarías con Dios? ¿Cómo te acercarías a La Virgen María?
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ORACIÓN A LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO DICTADO POR JESÚS DE ACUERDO A LAS VISIONES DE MARÍA VALTORTA
Vamos hablar de:
.- ¿Quién era María Valtorta?
.- Qué es y en qué consiste el Purgatorio (explicado por Jesús)
.- Oración a las ánimas del purgatorio dictado por Jesús
¿QUIÉN ERA MARÍA VALTORTA?
Ella transcurrió la mayor parte de su vida en el lecho de enferma, y así cumplió, de una manera realmente extraordinaria y admirable, su vocación de entrega amorosa incondicional.
En varios cuadernos, sin ningún esquema previo y sin correcciones posteriores, llevó a cabo una producción literaria que ha sido publicada en quince volúmenes. Ellos llevan el título de Poema de El Hombre Dios o El Evangelio como me ha sido revelado.
En este Poema, María Valtorta relata las visiones que tuvo de la vida de Jesús, caminando junto a sus Apóstoles, junto a su Madre, predicando y realizando prodigios…. Nos encontramos con una verdadera maravilla de revelación privada en la que -sin embargo- no estamos obligados a creer, pero que, a decir de muchos de los que la han leído, sin duda enriquece el alma.
María Valtorta nos narra, con sorprendentes y a la vez sencillos detalles, el nacimiento y la infancia de María y de su Hijo Jesús, los tres años de vida pública de Jesús, su Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión, Pentecostés. Nos informa igualmente acerca del constituirse y del desarrollo de la Iglesia, de la presencia de María en ella, hasta el “misterio” de su Asunción.
Cuanto más uno avanza en la lectura, más va sorprendiéndose. Se nos describen paisajes, ambientes, personas y acontecimientos, como si la que nos los relata, fuera una testigo ocular. Ella expone alegrías y dramas con el sentimiento de quien es realmente participe de ellos.
Además, y esto sorprende aún más, ella explica circunstancias históricas, ritos, costumbres, características ambientales y culturales sagradas y profanas, con datos y detalles que asombran a los especialistas de las Sagradas Escrituras, como a los historiadores y geógrafos que se han dedicado al estudio de la época y del País de Jesús.
Varios de tales expertos han expresado y han dejado testimonio del asombro que les ha causado la exactitud de las interpretaciones bíblicas y de las referencias históricas y geográficas que ofrece María Valtorta, que por cierto nunca salió de Italia.
Hay dos de expertos de los más reconocidos que dijeron;
Uno es el conocido Card. A. Bea, rector del Pontificio instituto Bíblico de Roma, y perito en el Concilio Vaticano II, director espiritual de Pio XII, escribió: “He leído muchos de los libros escritos por María Valtorta… En cuanto a exégesis (interpretación bíblica), no encontré ningún error en las partes que examiné”
Y el otro experto, el P. Dreyfus, de la Escuela de Biblia y
Arqueología de Jerusalén, en 1986 escribió: “Me impresionó grandemente el
encontrar en la obra de María Valtorta los nombres de 6 o 7 pueblos que no
están nombrados ni en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo… Estos nombres sólo
son conocidos por unos pocos especialistas y por medio de escritos que no
pertenecen a la Biblia (…). ¿Cómo pudo ella saber esos nombres si no es por las
revelaciones que ella dijo tener?”
Entonces, hay que reconocer que los amplios escritos de
María Valtorta, son plenamente fiables, como lo comprueba el Nihil obstat, es
decir, “Nada se opone” que en su momento, su obispo, Mons. Román Danilak,
concedió para que sus escritos fueran publicados. El mismo declaraba que en
ellos nada se oponía ni a las Sagradas Escrituras ni al Magisterio de la
Iglesia.
QUÉ ES Y EN QUÉ CONSISTE EL PURGATORIO (explicado por Jesús)
En 1943 Jesucristo se apareció a María Valtorta y
le dio este mensaje revelador sobre el tema del Juicio y el Purgatorio.
Dice Jesucristo:
Quiero explicarte qué es y en qué consiste el Purgatorio.
Y te lo voy a explicar de forma que ha de chocar a tantos que se creen depositarios del conocimiento del más allá y no lo son…
Las almas inmersas en aquellas llamas no sufren sino por el
Amor.
No desmerecedoras de poseer la Luz, más tampoco dignas aún de entrar inmediatamente en el Reino de la Luz, ya que al presentarse ante Dios, son revestidas por dicha Luz..
Mueren en estado de gracia pero no han purificado totalmente su alma..
Pues no han pagado las penas que se acumulan en virtud de los pecados cometidos en la tierra..
En una breve y anticipada bienaventuranza que les certifica
su salvación, les hace ver lo que será su eternidad y lo que hicieron a su alma
privándola de años o de siglos de feliz posesión de Dios.
¿Qué es lo que quiere el Dios Uno y Trino para las almas creadas por Él?
El Bien.
El que quiere el Bien para una criatura, ¿qué sentimientos abriga hacia ella? Sentimientos de Amor.
¿Cuáles son los mandamientos primero y segundo, los dos más importantes, aquellos de los que yo dije no haber otros más grandes y estar en ellos la llave para franquear la vida eterna?
Es el mandamiento del Amor: Amar a Dios con todas tus fuerzas y al prójimo como a ti mismo.
¿Qué os dije infinidad de veces por mi boca, por boca de los profetas y de los santos?
Que la Caridad es la más grande de las absoluciones.
Que la Caridad cancela las culpas y las debilidades del hombre, ya que quien Ama vive en Dios y, al vivir en Dios, peca poco y si peca, al punto se arrepiente y para el que se arrepiente se haya presto el perdón del Altísimo.
¿En qué faltaron las almas?.
En el Amor, de haber amado mucho, hubieran cometido pocos
pecados y estos leves, debidos a vuestra debilidad e imperfección.
Por eso, amando en la tierra es como trabajáis para el cielo.
Amando en el Purgatorio es como conquistáis el cielo que en la vida no supisteis merecer.
Y amando en el paraíso es como gozáis del cielo.
Este es el tormento: el alma recuerda la visión de Dios habida en el Juicio Particular.
Si lleva consigo aquel recuerdo es porque, aún cuando no sea más que el haber entrevisto a Dios, representa un gozo que supera toda otra cosa creada y el alma se deshace en deseos de volver a gozar de aquella dicha.
Aquel recuerdo de Dios y aquella Luz que le penetró al comparecer ante Él, hacen efectivamente que el alma “vea” en su exacta dimensión las faltas cometidas contra su bien, y este “ver”, junto con el pensamiento de que con aquellas faltas se privó voluntariamente para años o para siglos de la posesión del cielo y de la unión con Dios, constituye su pena purgativa.
El Amor y la convicción de haber ofendido al Amor es el
tormento de los purgantes.
(Dictado el 17 de octubre de 1943)
Escrito del 24 de octubre de 1944.
Ruega así por ellos:
¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente los ‘hijos de Dios’, concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora.
Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.
¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.
Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid
una mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los difuntos que expían, para
rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos: ‘He aquí que la paz se abre
para vosotros’.
Con aprobación eclesiástica otorgada por Monseñor Roman
Danylak.
NOVENA PODEROSA DEL PADRE PÍO AL SAGRADO CORAZÓN PARA PEDIR A DIOS LO QUE NECESITES
Oh mi Jesús, Tú has dicho: «De cierto te digo, pide y recibirás, busca y encontrarás, golpea y se te abrirá.»
He aquí, llamo, busco y pido la gracia de (aquí nombra tu solicitud).
Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.
Oh mi Jesús, Tú has dicho: «En verdad te digo, si pides algo del Padre en Mi nombre, Él te lo dará».
He aquí, en Tu nombre, le pido al Padre por la gracia de (aquí nombra tu solicitud).
Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.
Oh mi Jesús, Tú has dicho: «De cierto te digo que el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
Animado por tus palabras infalibles, ahora pido la gracia de (aquí nombra tu solicitud).
Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, para quien es imposible no compadecerse de los afligidos, ten piedad de nosotros, miserables pecadores, y concédenos la gracia que te pedimos, a través del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, Tu tierna Madre y Nuestra.
Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.
«San José, padre adoptivo de Jesús, ruega por nosotros».
ORACIÓN A MARÍA ROSA MÍSTICA
ORACIÓN A MARÍA BAJO LA ADVOCACIÓN DE LA ROSA MÍSTICA
María, Rosa Mística Virgen Inmaculada, Rosa Mística, en honor de tu Divino Hijo nos postramos delante de Ti, implorando la misericordia de Dios.
No por nuestros méritos, sino por la bondad de tu corazón maternal, concédenos ayuda y gracia con la seguridad de escucharnos.
Rosa Mística, madre de Jesús, Reina del Santo Rosario y Madre de la Iglesia – del Cuerpo Místico de Cristo-, te pedimos, concedas al mundo, rasgado por la discordia, la unidad y la paz y todas aquellas gracias que puedan cambiar los corazones de todos tus hijos.
Rosa Mística, Reina de los Apóstoles, haz que alrededor de los altares eucarísticos, surjan muchas vocaciones sacerdotales y religiosas para difundir con la santidad de su vida y con celo apostólico el Reino de tu Hijo Jesús por todo el mundo. Derrama sobre nosotros tus gracias celestiales.
Oh María, Reina vencedora, Rosa Mística y madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
Virgen Inmaculada, Rosa Mística, en honor de tu Divino Hijo nos postramos delante de ti, implorando la misericordia de Dios. No por nuestros méritos, sino por la bondad de tu corazón maternal concédenos ayuda y gracia con la seguridad de escucharnos.
Dios te salve…
¡Dios te salve, Reina… Rosa Mística, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros!
Amen.
ORACIÓN DE SANACIÓN DEL PADRE PIO
ORACIÓN PARA BENDECIR EL HOGAR
Bendice tu hogar, rocÍalo con agua bendita y recita esta
oración:
«Padre Celestial, te pedimos tu bendición sobre nuestro
hogar. En el nombre de tu Hijo Jesús, te pedimos ser liberados del pecado y de
toda influencia maligna.
Protegernos de enfermedades, accidentes, robos y todas las
tragedias domésticas.
Colocamos nuestro hogar bajo el Señorío de Jesús y lo
consagrarnos al Inmaculado Corazón de María.
Que todos los que aquí vivimos recibamos tu bendición de paz
y amor».
Cómo se puede Orar por Cosas del Pasado
El pasado "Ya sucedió". Y Dios no cambia los hechos de la historia; no
reescribe el pasado.
Pero esa posibilidad existe si piensas que Dios tiene ante
sí el presente, el pasado y el futuro al mismo tiempo.
Cuando oramos pedimos la intercesión de Dios. O sea que tome en cuenta nuestra solicitud cuando tome una decisión.
Pero sucede que Dios vive fuera del tiempo.
Él tiene ante su vista el presente, el pasado y el futuro en forma simultánea.
Esto es lo que justifica que puedas orar por cosas que están en el pasado de tu vida.
Y puede mejorar dramáticamente tu poder de intercesión.
Imagina esta situación.
Estás esperando un ser querido en un aeropuerto y se atrasa el vuelo en que llegaba un ser querido.
Luego citan a los que estaban esperando a personas de este vuelo, y en una sala privada les comunican que el vuelo ha sufrido un accidente, que hay gente que se salvó, pero no tienen el listado de quienes son.
Lo que haces inmediatamente es ponerte a rezar para que tu ser querido no esté dentro de los muertos.
Sin embargo te das cuenta que el accidente ya sucedió y que Dios no cambia el pasado.
¿Esto significa que la oración que haces es inútil o no tiene sentido?
Diríamos que no, porque no sabes lo que sucedió y no le estás pidiendo a Dios que cambie el pasado, que reviva a tu ser querido.
Le estás diciendo a Dios cómo te gustaría que hubieran
pasado las cosas.
Y recordemos que Dios tiene ante si el pasado, el presente y el futuro, como si estuvieran sucediendo en el mismo momento.
Por eso en Isaías 65: 24 Dios dijo “antes de que llamen responderé…”
Dios quiere hacer las cosas con nosotros, involucrarnos, y
ahí reside la fortaleza de la oración. Él nos llama a orar y a pedir.
Y si tú ser querido resulta ileso del accidente finalmente, tendrías buenas razones para suponer que tu oración colaboró.
Que seguramente tu oración fue escuchada por Dios en el principio de los tiempos y fue uno de los factores que le llevó a determinar lo que sucedería en este incidente.
De modo que deberías estar agradecido a Dios porque tu ser
querido no murió y además por haber contestado favorablemente tus oraciones.
¿CÓMO NOS IMAGINAMOS A DIOS?
Los hombres, que somos criaturas finitas, nos imaginamos a
Dios como un ser inmortal. Qué vivirá para siempre en un futuro sin fin.
Lo consideramos con tres características centrales.
Una es su omnipotencia: lo puede todo y las escrituras los ejemplifican hablando de su brazo derecho fuerte.
En segundo lugar consideramos su omnisciencia: lo sabe todo,
conoce cada cosa que sucede en el mundo, en la creación. Y lo retratamos como
un ojo que examina todo en el universo.
Una especie de bilocación múltiple, dónde puede estar tanto en galaxias lejanas, cómo mirándonos fijamente al lado nuestro contándonos los pelos de la cabeza.
En este aspecto no está limitado ni por el tiempo y ni por el espacio.
Él es el constructor y creador y Señor de todo. Y no sólo hizo esto en el cual vivimos, sino que lo mantiene. Esto implica que no hay ningún lugar donde podamos escondernos de Dios.
Porque Él está en todas partes
No hay nada que se le escape en el presente, en el pasado y
en el futuro a su conocimiento.
Pero al mismo tiempo Dios es invisible para alguna de sus
criaturas, como los hombres, y aunque esté cerca de nosotros permanece oculto.
Como dice San Agustín "Dios está oculto y más cerca de nosotros."
Pero Dios también en su omnipotencia puede hacerse uno de
nosotros y lo demostró en su Encarnación.
Estuvo presente físicamente entre nosotros con Jesucristo sin perder su divinidad.
O sea que actúa en nuestro limitado espacio y tiempo como uno más.
Pero que él estuviera entre nosotros bajo la forma de Jesucristo no implica que estuviera ausente en otra parte del universo, ni que su obra se hubiera paralizado momentáneamente.
Más bien Dios estaba haciendo todas esas cosas, su obra y su providencia, al mismo tiempo.
La maravilla es que Dios está cerca de nosotros y aun así continúa sosteniendo todo el universo que Él creó.
LA ETERNIDAD DE DIOS
En el número 202 del Catecismo de la Iglesia Católica dice que los católicos...
“Creemos firmemente y confesamos sin reservas que sólo hay un Dios verdadero, eterno, infinito, inmutable, incomprensible, todopoderoso e inefable”.
Ser eterno significa que dura una cantidad ilimitada de tiempo.
Pero aún más. Eterno significa que está fuera del tiempo por
completo.
Juan Pablo II, en la audiencia del 4 de septiembre de 1985, dijo que:
“La eternidad debe entenderse como la posesión indivisible,
perfecta y simultánea de una vida sin fin y por lo tanto como el atributo de
estar absolutamente más allá del tiempo”.
“No coincide con el presente, no lo precede, ni lo prolonga
al infinito”
De modo que Dios vive en el ahora eterno fuera del tiempo. En una situación donde el tiempo no pasa.
Que es distinto del ahora temporal que experimentamos los seres humanos, donde los momentos llegan y luego se deslizan hacia el pasado.
Esto implica que no hay cambio en Dios, no hay progreso de un momento a otro en lo eterno.
Y en ese no tiempo de Dios, crea criaturas espaciales y con tiempo, como los seres humanos.
Nuestras almas no son heredadas de nuestros padres como lo
son nuestros cuerpos, sino que son creados de inmediato por Dios como dice Pío
XII en Humani Generis.
Se excluye la idea de que nuestras almas existan antes de la concepción.
Sino que en cada momento Dios Crea tu alma o la mía, en un momento después de que creó todo lo que existe en el universo.
De modo que en cada momento es Su eterno ahora, y Dios está
creando y a su vez conservando todo del mundo físico simultáneamente.
En su eterno ahora Dios conoce toda la materia y energía del universo en cada momento de su historia, no sólo en el presente.
Y en ese proceso aunque él está fuera del tiempo, es capaz de poner en distintos tiempos la creación de nuestra alma particular y la creación de una galaxia millones de años antes.
Todo es real, no es una ilusión, hay una historia que pasa para nosotros que somos seres finitos.
Esto tiene consecuencias importantes para las oraciones nuestras.
DOS ASPECTOS A CONSIDERAR
Debemos considerar dos cosas:
Primero, que Dios no está obligado por el tiempo. Él está completamente fuera del tiempo.
Toda la historia le está a la vista simultáneamente, como un mural gigante.
Él puede ver pasado, presente y futuro en el mismo instante,
simultáneamente.
Segundo, que la acción de Dios en el mundo no es
independiente de la nuestra, si bien somos su criatura.
Dios quiere y pide nuestras oraciones, cómo lo ha dicho
Jesús cuando dice “pide y se os dará,
golpea y se os abrirá…” (Mateo 7: 7-8)
De modo que en el sostén del universo quiere tener en cuenta el aporte de nuestros pedidos, por amor a los hombres.
Pero como ante Dios están el presente, el pasado y el futuro juntos a la vez, como si fuera una sola cosa, Él sabe el momento humano en que yo oro por una cosa y cuando sucede la cosa por la que oro.
Por ejemplo el momento en que oro por la salvación de una persona moribunda y el momento en que muere la persona.
Y además Él es capaz de actuar en entre esos dos momentos.
Esto sucede cuando el tiempo corre hacia adelante; la persona está moribunda, yo oro por ella, y luego muere.
Pero aunque para los seres humanos parezca difícil de
entender, podemos pedir por la salvación de una persona que ya murió hace días.
Porque en realidad Dios tiene presente, pasado y futuro ante sus ojos en cada instante.
Él supo de nuestra oración simultáneamente que la persona
murió, a pesar de que nuestra oración fue posterior a su muerte.
Entonces nuestras oraciones no sólo pueden hacerse para pedidos sobre el presente y el futuro, como normalmente hacemos, sino también podría incluirse el pasado.
Esto lo solemos hacer automáticamente y sin darnos cuenta, cuando nos dicen que alguien murió y elevamos una oración por su alma.
Aquí está un ejemplo de cómo funciona esto según contó el Padre Pío.
UN EJEMPLO DEL PADRE PÍO
Susanne Tassone cuenta en Orando con los Santos por las Santas Almas en el Purgatorio:
Un médico que era muy cercano al Padre Pío recibió una carta de una mujer cuya hija estaba a punto de morir.
La madre imploró al futuro santo por sus oraciones y bendiciones sacerdotales.
El doctor no pudo enviarle esta carta al Padre Pío hasta varios días después de haberla recibido.
Después de leer la carta al Padre Pío, este médico le preguntó cómo debería responderla.
Pio respondió: «Fiat» [así será].
El doctor sabía que había pasado un tiempo desde que recibió la carta y que la niña estaba al borde de la muerte.
Estaba perplejo por la seguridad del Padre Pío de que todo estaba hecho, de que la petición de oración funcionaría.
El sacerdote Capuchino continuó,
“Tal vez no sabes que puedo orar incluso ahora por la feliz muerte de mi bisabuelo”.
“Pero ha estado muerto por muchos, muchos años”, respondió el doctor.
“Yo también lo sé”, dijo el Padre Pío.
Tú y yo morimos y, gracias a la buena suerte y la bondad y la misericordia del Señor, estamos obligados a permanecer en el purgatorio durante 100 años.
Durante estos años, nadie reza por nosotros o se ofrece una misa por la liberación de nuestras almas.
Pasan los 100 años, y alguien piensa en el Padre Pio y el buen doctor, y se han ofrecido Misas.
Para Nuestro Señor, el pasado no existe; el futuro no existe.
Todo es un presente eterno.
Esas oraciones ya habían sido tenidas en cuenta, de modo que
incluso ahora puedo orar por la feliz muerte de mi bisabuelo…”
La niña que necesitaba oración, por cierto, fue sanada.
En resumen, en teoría nosotros podríamos orar por sucesos
del pasado, porque el pasado, el presente y el futuro están en el mismo momento
presentes ante Dios.
Entonces, esto nos muestra que podemos orar por sucesos del pasado, porque aunque para el tiempo de los hombres sean momentos sobre los que no se puede operar, Dios ha tomado nuestras oraciones en el momento que era necesario.
El apologista Jimmy Akin ha trabajado sobre esta posibilidad
de orar sobre sucesos del pasado.
Pero sugiere cuales son las situaciones en que efectivamente nuestras oraciones son eficaces respecto a Dios.
¿CUANDO ES EFICAZ ORAR POR COSAS DEL PASADO?
La práctica de orar a través del tiempo plantea según Jimmy Akin tres categorías de sucesos:
Podemos orar por cosas del pasado que sabemos que sucedieron.
Podemos orar por cosas del pasado de las que no estamos seguros que sucedieron.
Y podemos orar por cosas del pasado que sabemos que no
sucedieron.
Vamos a desarrollarlo un poco más
Sí oramos por cosas que sabemos que no sucedieron, entonces
estaríamos orando en contra de la voluntad conocida de Dios.
Y por lo tanto no es apropiado orar por esas situaciones.
Jimmy Aquí nos da el ejemplo de los atentados del 11 de septiembre del 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York.
Si nosotros oramos hoy para que el atentado de las Torres Gemelas en el pasado no suceda, sería contrario a lo que Dios dejó pasar.
Dios dejó pasar el atentado, por lo tanto si nosotros
hubiéramos orado podríamos haber chocado contra una decisión diferente de Dios.
Pero también podemos orar por cosas que sabemos que sí sucedieron.
Jimmy Akin pone el ejemplo de que nosotros sabemos que hubo personas que sobrevivieron al ataque del 11 de septiembre a las Torres Gemelas.
Así que podemos orar para que algunas personas sobrevivan al ataque, porque Dios permitió que alguna lo hiciera.
Estamos hablando de orar Sin nombre preciso. Porque si esa persona no sobrevivió a los ataques y estamos orando para que esa persona sobreviva, oramos a contrapelo de lo que Dios decidió.
En este punto también hay otra contra indicación. Y es que estamos preocupándonos por cosas del pasado en vez de esforzarnos por el futuro.
Lo que puede tomarse como una distracción espiritual
respecto a las preocupaciones más urgentes.
Finalmente se puede orar por las cosas que no estamos seguros que sucedieron, según Jimmy Akin.
Estas es para él la forma más apropiada de orar hacia el pasado.
Supongamos que una persona conocida estaba en las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 y no sabemos si la persona murió o pudo escapar.
Como no sabemos, es legítimo pedirle a Dios, que por favor, deje que la persona haya escapado.
Porque en realidad no sabes cuál fue la voluntad de Dios.
De modo que no estás orando contra Su voluntad conocida; no estás orando contra algo que ya sabes que sucedió.
Quitándose la variable tiempo, esta es la forma en que
oramos habitualmente, porque no sabemos si Dios otorgará o no lo que
solicitamos para el futuro; y en Lucas 18: 1 nos pide “orar siempre y no
desanimarnos”.
Después de muerta nosotros podemos orar por su salvación
porque no sabemos si en el momento de la muerte la persona estaba en Estado de
Gracia.
Esta es la típica oración que los católicos hacemos hacia el pasado.
Cuando oímos que una persona ha muerto oramos por su alma,
para que Dios le dé la salvación; y probablemente en ese momento que nosotros
oramos ya haya sucedido el juicio.
Fuentes:
http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/is-it-possible-to-pray-across-time#When%3A2018-01-5+23%3A29%3A01
http://catholicexchange.com/why-is-god-omnipresent
http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/3-views-of-time-and-eternity
http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/does-only-the-present-exist
http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/are-the-past-and-the-future-real1
https://www.thoughtstheological.com/can-we-pray-for-the-past/
Oración a los Coros Angélicos y Promesa de San Miguel Arcángel
Esta oración tiene su origen en una aparición del Arcángel San Miguel a la religiosa Antonia De Asótonac donde el ángel le dijo que quería ser honrado mediante la recitación de 9 salutaciones.
Son 9 plegarias una por cada coro de ángeles.
La coronilla consiste en un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.
Promesa de San Miguel Arcángel a los que oren por los ángeles
El arcángel se le apareció a la religiosa Sierva de Dios Antonia De Astónac aproximadamente por el año 1750.
Y le dijo que deseaba ser honrado mediante la recitación de
nueve salutaciones.
Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles.
La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en
honor de cada coro angelical.
PROMESAS DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL A QUIENES PRACTIQUEN LA
DEVOCIÓN
San Miguel promete grandes bendiciones a los que practiquen esta devoción a los Coros angélicos:
Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión.
Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua.
Es decir, durante esta vida y también después de la muerte.
Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos
sus seres queridos, parientes y familiares para ser librados del Purgatorio.
INDULGENCIAS CONCEDIDAS POR EL PAPA
Por su parte el Papa Pío IX concedió las siguientes indulgencias para todos los que hicieran esta coronilla:
– Indulgencia parcial, a los que recen esta Corona con el corazón contrito.
– Indulgencia parcial, cada día que lleven consigo la Corona
o besaren la medalla de los Santos Ángeles que cuelga de ella.
– Indulgencia plenaria una vez al mes, a aquellos que la
rezaren diariamente, el día que escogieren, verdaderamente contritos,
confesados y comulgados, rogando por las intenciones de su Santidad.
– Indulgencia plenaria, con las mismas condiciones, en las
fiestas de la Aparición de San Miguel Arcángel (8 de mayo); de su Dedicación
(29 de septiembre); y de los Santos Ángeles Custodios (2 de octubre).
En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles.
Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.
En el Nombre del Padre…
Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, etc.
1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines.
Dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más
el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San
Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos.
Derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San
Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones.
Danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San
Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados.
Infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San
Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades.
Dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San
Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes.
No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles..
Concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas
obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles.
Dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta
vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.
(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)
Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los
siguientes ángeles:
*En honor a San Miguel
*En honor a San Gabriel
*En honor a San Rafael
*En honor a nuestro Ángel de la Guarda
Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos
celestiales.
Fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios.
Admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud.
Dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti.
Y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.
V. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar tus promesas.
Oremos.
Todopoderoso y Eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel.
Te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos.
De modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos.
Y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial.
Para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad.
Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Si queremos, al final de la Coronilla a San Miguel Arcángel,
podemos agregar la oración a María Reina de los Ángeles.