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Cómo es el proceso de tentación a las personas según las visiones de Francisca Romana

Santa Francisca Romana con una Biblia en la mano y acompañada por un ángel



Cómo es el proceso de tentación a las personas según las visiones de Francisca Romana

Lo que compartimos son las revelaciones que Dios le hizo a la Santa Francisca Romana sobre el purgatorio, los demonios y el infierno.

Le fue mostrada cuál es la tentación en cada etapa en que la persona se va alejando de Dios y va en camino de la perdición, y quienes son los demonios que dirigen esto.

Hay distintos tipos de demonios que están muy bien organizados para tentar a las personas para lograr su perdición.

Lo hacen como una carrera de postas. Un demonio hace el trabajo para el cual es un experto, y una vez cumplido su objetivo lo entrega, como una posta, a otro demonio para que se encargue de seguir y así en una cadena.

 

Pero ¿Quién era Francisca Romana?


Santa Francisca Romana
 

Entre los siglos XIV y XV vivió Santa Francisca Romana, que está catalogada como la más romana de las santas.

De una familia noble muy piadosa, quería ser religiosa, pero la obligaron a casarse, fue una esposa ejemplar y tuvo 3 hijos. 

Fundó los Oblatos de María, mientras estaba casada. 

Tres años antes de su muerte quedó viuda, y se hizo religiosa en el monasterio de Tor de Specchi que ella había fundado. 

Tuvo gran cantidad de dones sobrenaturales. 

Despedía naturalmente un perfume que olía a una mezcla de lirios y rosas. 

Y durante los 3 días de su velatorio el aroma a flores de su cuerpo se hizo más intenso. 

También en ocasiones despedía un resplandor sobrenatural. 

Tenía el don de reconocer los objetos que estaban bendecidos y los que no lo estaban. 

Recibía conocimientos sobrenaturales sobre las cosas y las personas. 

Tenía el don de profecía, el don de discernimiento de espíritus y el del consejo, que usaba para convertir a los pecadores y llevar a los desviados al buen camino. 

Cuando meditaba la pasión de Cristo sentía los dolores que había tenido el Señor. 

Y en la víspera de la Navidad de 1433, tuvo la dicha de recibir en sus brazos al Niño Jesús. 

Cuando su hijo murió en 1413, se le apareció con un joven del mismo tamaño, pero mucho más hermoso. 

Y le dijo que era el arcángel que el Señor le había enviado para que le asistiera en su peregrinación terrestre. 

Él la ayudaría en todo. 

Y ese espíritu irradiaba tal luz que Francisca podía leer o trabajar de noche, sin ninguna dificultad, como si fuese de día. 

Le iluminaba el camino cuando precisaba salir por la noche. Y con esa luz podía ver los pensamientos íntimos de los corazones. 

Tuvo muchas visiones sobre la vida del más allá. 

Fue llevada al Purgatorio y dijo que en él no reina ni el horror, ni el desorden, ni la desesperación, ni las tinieblas eternas, como en el infierno. 

Le fue dicho que ese lugar de purificación era también llamado posada de la esperanza. 

Pero vio allí almas que sufrían y también a los ángeles de la guarda que las visitaban y las asistían en sus sufrimientos. 

Fue llevada también al cielo donde comprendió algo de la esencia de Dios. 

Pero lo que llama más la atención de las visiones que tuvo Francisca Romana, son las que experimentó del infierno y de la actividad de los demonios. 

En primer lugar, fue informada que los ángeles que cayeron en pecado fueron un tercio, los otros dos tercios perseveraron. 

Los ángeles caídos se diferencia en 3 grupos

- Un tercio fue el que realmente se rebeló contra Dios y está en el infierno para atormentar a los condenados. Son los que siguieron a Lucifer. 

No salen del abismo a no ser con permiso de Dios y cuando se trata de producir una gran calamidad para castigar los pecados de los hombres. 

Y son los peores entre los demonios. 

Los otros dos tercios de los ángeles caídos son los que no tomaron partido entre Dios y Lucifer, sino que guardaron silencio. 

Un tercio vive en los aires y otro sobre la tierra. 

- Los que están en los aires provocan frecuentemente fenómenos en la naturaleza: heladas, tempestades, ruidos y vientos, inundaciones, terremotos, etc. 

Con los cuales debilitan a las almas apegadas a la materia, las conducen a la inconstancia y al temor, las inducen a desfallecer en la fe y a dudar de la providencia divina. 

Porque cuando se desconfía de la providencia, es cuando vienen todas las tentaciones.

 

Cuando había tormentas muy fuertes en el aire, Santa Francisca recurría a encender velas benditas y rociaba agua bendita, alegando que eran el mejor remedio contra este tipo de tormentas.

Tormenta eléctrica

 

- Y el otro tercio son los demonios que circulan entre nosotros, que tienen la misión de tentarnos, luego de haber sido debilitados previamente por los demonios del aire. 

Los demonios que están entre nosotros pertenecen al último coro de los ángeles, al mismo coro que los ángeles de la guarda, o sea que tienen el mismo poder. 

De modo que cada persona tiene a su lado un ángel de la guarda y un anti ángel de la guarda, que es un demonio de la perdición, o sea un demonio de la Tierra. 

Todos los demonios caídos se ven entre ellos, ya sea que estén en el infierno, en el aire o en la Tierra. 

Experimentan el fuego del infierno y se castigan entre ellos. 

Pero los demonios de los coros mayores son los que sufren más. 

Y cuando llegue el Juicio Final todos ellos serán precipitados al infierno por toda la eternidad. 

Proceso de tentación

Santa Francisca dice que el proceso de la tentación que realizan los demonios a las personas es el siguiente: 

Comienza con la desconfianza en Dios, luego pasa a la soberbia, sigue con la impureza, llega a la avaricia y termina en la idolatría. 

Dice que en cuanto la desconfianza en Dios es debilitada, el demonio le inspira orgullo a la persona. 

Y cuando la soberbia ha aumentado nuestra debilidad, vienen los demonios de la carne y llenan nuestro espíritu. 

Luego, cuando los demonios de la carne la han debilitado aún más, llegan los demonios encargados de los delitos del dinero. 

Y cuando este demonio del dinero ha reducido aún más los recursos de resistencia de la persona, llegan los demonios de la idolatría para completar lo que los demás han iniciado. 

Y así se produce el completo desmoronamiento del alma a través de sucesivas oleadas de demonios que la atacan. 

Santa Francisca sabía según la tentación que la persona estuviera cursando, qué tipo de ángel caído la estaba atacando y a que coro pertenecía. 

Y cuando un demonio logra que se pierda un alma, se convierte en tentador de otro hombre, pero es más hábil que la primera vez, aprovechando la experiencia que le dio la victoria. 

Pero cuando un alma se salva, el demonio tentador es burlado por los otros demonios. Y llevado ante Lucifer, quien le inflige un castigo especial, distinto de sus otras torturas. 

Pero ese no es el mayor sufrimiento que tienen. 

Ellos sufren más terriblemente al ver un acto público de virtud. 

Sufren más al ver el bien que por todos los tormentos del infierno. 

Todo esto está comandado por Lucifer, que es el príncipe de todos los demonios. Un ángel del coro más alto de los serafines, que de alguna manera Dios usa para castigar a los demonios y a los condenados. 

Su vicio característico es el orgullo. 

Los 3 príncipes de las tinieblas

Debajo de él están otros tres príncipes. 

- El primero es Asmodeo, que tiene como característica el vicio de la carne y fue el jefe de los querubines. 

- El segundo es llamado Mammón, y lo caracteriza el vicio de la avaricia y fue del coro de los tronos. 

- Y el tercero, llamado Belcebú, fue de los coros de las dominaciones, y maneja el vicio de la idolatría, a los adivinos y hechiceros. 

Y tiene la misión de difundir las tinieblas sobre las criaturas racionales.

En resumen, durante la época de la cristiandad vivió Santa Francisca Romana, una mujer con muchos dones sobrenaturales. 

Le fue dicho, que si bien las almas sufren en el purgatorio, es un lugar de esperanza y los ángeles de la guarda consuelan a cada alma. 

Y le fue revelado que el tercio de los ángeles que cayeron se dividen en tres partes. 

Un tercio de ellos son los que efectivamente se rebelaron contra Dios liderados por Lucifer y están ya en el infierno. Pero salen ocasionalmente, con permiso de Dios, para producir los grandes desastres en la Tierra. 

Los otros dos tercios se mantuvieron neutrales. 

La mitad de estos están en el aire y son los que producen los trastornos habituales en la naturaleza, y así debilitan la confianza de los hombres en la Divina Providencia. 

Y la otra mitad está en la tierra actuando como la contracara de los ángeles de la guarda. 

Y su función es tentar a las personas aumentando la desconfianza en Dios, luego generando soberbia, posteriormente impureza, llegando a la avaricia y terminando en la idolatría. 

Esta información resulta fundamental tenerla presente para identificar cómo estamos siendo tentados y cómo defendernos.

 


Las cosas simples que abren las puertas al Demonio sin darnos cuenta.

Jesús crucificado

Las prácticas ocultistas han ganado terreno en nuestra época porque la humanidad se ha ido alejando de Dios. 

pentagrama mágico

Hoy es posible ver en televisión programas que enseñan a hacer brujerías, y en las redes sociales mucho más. 

Pero sin llegar a cosas tan explícitas, hay cosas que hacen las personas de nuestra generación, que pueden abrir puertas a los demonios. 

Lo hacen inconscientemente, sin darse cuenta, y quedan expuestas a las opresiones, obsesiones y hasta posesiones demoníacas. 

Y hoy los demonios tienen más poder que en las décadas anteriores, están en una feroz batalla contra la humanidad y no dejan pasar ninguna oportunidad. 

Aquí hablaremos sobre por qué las prácticas ocultistas abren puertas a los demonios, cuales son esas prácticas que incluso puedes hacer sin darte cuenta y cómo protegerte. 

Incluso sobre el final te recomendamos una oración de protección. 

Por lo «oculto», entendemos alguna influencia suprahumana o sobrenatural que no proviene de Dios. 

La idea detrás del ocultismo es que existe un conocimiento secreto, que da al que lo tiene, un poder mágico sobre las cosas y las personas, que de otra manera estaría más allá de su control. 

Por lo general, este conocimiento secreto se obtiene a través de algún tipo de comunicación con poderes demoníacos, por ejemplo con supuestas almas de los muertos o artes que vienen de otras religiones o costumbres ancestrales. 

El problema es que por nuestra propia naturaleza no podemos manipular los poderes espirituales, como los practicantes de lo oculto creen que están haciendo.

 En realidad, son los practicantes los que están siendo manipulados, y los poderes que los manipulan son invariablemente demoníacos. 

El Catecismo de la Iglesia Católica numeral 2117 es claro al decir que todas las prácticas mediante las cuales se intenta domesticar los poderes ocultos, para ponerlos al servicio de uno y tener un poder sobrenatural sobre los demás son gravemente contrarias a la virtud de la religión. 

Y añade que son aún más condenables cuando van acompañadas de la intención de dañar a alguien, o cuando recurren explícitamente a la intervención de demonios. 

Por lo tanto, escuchen bien, recurrir a hechiceros, curanderos, médiums, es tan peligroso como leer la borra de café, consultar horóscopos, astrología, numerología, cartas del tarot o la tabla de la ouija. O recurrir a un satanista. 

tabla ouija

Muchas costumbres de pueblos primitivos que se reviven ahora fueron paganismos manipulados por los demonios, lo mismo que muchas de las prácticas de la new age. 

Nos referimos también a prácticas supersticiosas como por ejemplo llevar ajo en el bolso para tener siempre dinero o poner un billete en la trompa de un elefante, tener unas tijeras abiertas para la buena suerte, guardar hierbas especiales en un frasco, llevar una media luna alrededor del cuello o un collar de ajos, colocar figuras de dioses de otras religiones en la casa, etc. 

Las prácticas del ocultismo están reiteradamente condenadas en la Biblia, porque abren puertas al demonio. 

Y además es un síntoma de pérdida de fe en Dios y de pecado contra el primer mandamiento, amar a Dios por sobre todas las cosas y no tener otro dios. 

El padre Gabrielle Amorth afirmaba que hay muchos, por desgracia, que no se consagran oficialmente a satanás, pero que eligen seguir sus principios básicos y, como resultado, ponen sus almas en gran riesgo. 

Si excluimos al Dios único y verdadero, entonces el deseo natural por Dios, que está inscripto en nuestro corazón, simplemente dirigirá su mirada hacia otra cosa. 

Pueden ser placeres de varios tipos, como el honor, el poder o de los sentidos. 

A veces, la simple curiosidad puede llevar a una persona a indagar sobre lo oculto. 

Otras veces, la gente es conducida allí ante problemas que quieren resolver. 

Las prácticas ocultistas se han infiltrado incluso en la Iglesia Católica. 

Hay una larga lista de prácticas religiosas paganas y orientales que tienen lugar en cursos en las parroquias. 

Como terapias energéticas, yoga, entrenamiento de atención plena, oración centrada, salas de meditación, ecoespiritualidad y más. 

Pero también hay muchos católicos que practican yoga, por ejemplo diciendo que lo hacen para disminuir el estrés y como un ejercicio físico, o el reiki para sanar enfermedades. 

Sin darse cuenta que está invocando a poderes que no vienen explícitamente del único Dios verdadero. 

Hoy nos encontramos con una intensa propagación de disciplinas ocultistas en las redes sociales. 

Pero además en momentos de rápido colapso social, cuando hay mucha confusión, la gente busca seguridad en otros lugares. 

Y ese lugar muchas veces no es el cristianismo debido a la intensa denostación que el demonio ha hecho desde fuera y desde dentro de la Iglesia.

 Y es entonces cuando se abren puertas al demonio.

 

La puerta y el demonio

El exorcista padre Stephen Rossetti, que también es psicólogo, y dirige un centro de exorcismos en EE.UU., contó recientemente tres casos de ataque demoníaco, que trató, por abrir puertas al demonio con el ocultismo. 

Una familia de cuatro miembros con síntomas de opresión demoníaca acudió en busca de su ayuda. 

Tratando de averiguar la causa, finalmente Rossetti preguntó: «¿Usted o algún miembro de su familia perteneció alguna vez a los masones?» 

Porque tenían algunos síntomas que eran típicos de las maldiciones relacionadas con la masonería. 

«Sí», dijo el padre, «me uní, pero fue solo por motivos sociales». 

En otro caso, una mujer comenzó a practicar Reiki y luego comenzó a invocar el espíritu de su padre fallecido, a quien amaba y extrañaba. 

Sin embargo, terminó teniendo una relación con un demonio, que se burlaba de ella y la atormentaba. 

Estaba aterrorizada y buscó ayuda en el centro de Rossetti. 

Y el tercer caso es de una familia que llegó con síntomas de opresión demoníaca. 

Las cosas se habían puesto tan mal que la esposa, sintiéndose desesperada, había pedido ayuda a una bruja local. 

La mujer hizo sus rituales mágicos sobre la familia, tratando de librarse de sus problemas. 

Pero inmediatamente después, sus síntomas empeoraron mucho. 

Y una vez que se abrió la puerta a veces no es tan fácil cerrarla. 

El padre Rossetti cuenta también un caso de estos. 

Se refiere a una chica que creció en una buena familia católica, fue a la universidad y comenzó a salir con un joven que estaba muy comprometido con el ocultismo. 

Participó en rituales y también cayó en otros comportamientos pecaminosos. 

Pero por la gracia de Dios, se vinculó a un grupo católico y cambió su vida. 

Sin embargo, unos meses después de su conversión, se despertó con horribles marcas en la espalda. 

Los demonios comenzaron a atacarla, la abusaban todas las noches. 

Tenía dificultades para entrar en una iglesia o ir a misa. 

Pero notó que cuando iba a casa con su familia, los demonios no entraban a la casa. 

Porque la casa había sido bendecida, estaba llena de sacramentales, crucifijos, estatuas sagradas y, a menudo, era rociada con agua bendita. 

Como dice Efesios 6: «Ponte la armadura de Dios para que puedas mantenerte firme contra las tácticas del diablo».

 

Una Biblia abierta

¿Y entonces qué debemos hacer para combatir al demonio, cuando le abrimos inconscientemente o no, una puerta? 

Ya hemos sugerido varias cosas para hacer. 

El maligno puede tentarnos, pero no puede tocarnos directamente a menos que le abramos la puerta. 

En primer lugar, la fe en Dios y Jesucristo son la armadura que nos protege. 

Elimina cualquier cosa de tu hogar que haya tenido algo que ver con la brujería, un curandero, un médium, una religión no católica o que hayas sido utilizado de forma supersticiosa, como las que hablamos antes. 

No guardes joyas que simbolicen creencias paganas o de brujería, incluso las que se hayan guardado en un armario. 

Deshazte de toda la literatura religiosa que no esté de acuerdo con la verdad básica de nuestra fe, de que Jesucristo es divino. 

Si alguien cercano a ti es tentado por lo oculto, debes comenzar a orar por esa persona. 

A través de la oración, el ayuno y la caridad, Cristo puede sanarnos a todos e incluso puede hacer que la gente vuelva de las prácticas ocultistas. 

Especialmente pídele protección a San Miguel, a la Santísima Virgen y que el Espíritu Santo te guíe en futuras discusiones para que tengas la prudencia de no dejarte atrapar por una falsa espiritualidad. 

Bendice tu hogar, rocíalo con agua bendita y recita esta oración: 

«Padre Celestial, te pedimos tu bendición sobre nuestro hogar. En el nombre de tu Hijo Jesús, te pedimos ser liberados del pecado y de toda influencia maligna. 

Protegernos de enfermedades, accidentes, robos y todas las tragedias domésticas. 

Colocamos nuestro hogar bajo el Señorío de Jesús y lo consagrarnos al Inmaculado Corazón de María. 

Que todos los que aquí vivimos recibamos tu bendición de paz y amor».

Bueno espero que te sirva todo lo comentado en estas líneas que sirva especialmente para la mayor Gloria de Dios, de su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo.

Que el Dios del Amor y de la Virgen María te bendigan