¿Cuáles son las Cosas que los Ángeles de la
Guarda Hacen Por Nosotros?
La presencia de Los Ángeles de la guarda al
lado nuestro es invisible.
Ellos han estado allí desde nuestro
nacimiento y estarán hasta nuestra muerte.
Los podemos considerar como guardaespaldas
permanentes.
Nos protegen de los peligros, e incluso
hasta ellos mismos repelen al agresor.
Pero también nos fortalecen, porque nos dan
una guía moral y son un nexo que nos comunica directamente con Dios.
Ellos nos transmiten el conocimiento de la ley de Dios, porque son sus brazos
ejecutores.
También son intercesores ante Dios cuando
llevan nuestras peticiones.
Pero cuidado, la concepción que tiene la
Iglesia católica es muy distinta de la que tienen los seguidores de la New Age,
una secta peligrosa de nuestro tiempo.
QUIENES SON LOS ÁNGELES
Los ángeles son una verdad de fe para la
Iglesia Católica.
Etimológicamente su nombre viene de la
palabra hebrea que significa enviado o mensajero, y era usado en hebreo para
designar mensajeros divinos tanto como humanos.
San Agustín y San Gregorio dicen que ángel
es el nombre de su oficio, o sea mensajeros.
En la Biblia son representados como seres
espirituales que intermedian entre Dios y los hombres.
Dice el salmo 8 respecto a los hombres “los
creaste poco inferiores a los ángeles”.
De modo que son seres creados como los
hombres, lo que confirma el Concilio de Letrán IV, en 1215, y fue refrendado
luego por el Concilio Vaticano I.
En la Biblia se menciona que el número de
ángeles es prodigioso, utilizando palabras como huestes y multitudes.
Su función es estar presentes ante el trono
de Dios en la corte celestial, por lo cual en muchos pasajes bíblicos que
muestran escenas del cielo se señala que hay miles de ángeles alabando y
asistiendo a Dios.
Los ángeles que aparecen mencionados en la
Biblia están en una misión de instrumentos que utiliza Dios para comunicar su
plan divino a los hombres.
Es así que vemos que unos ángeles sacaron
al Lot de Sodoma, anunciaron el nacimiento de Sansón, anunciaron el nacimiento
de San Juan Bautista y la encarnación de Jesús, y tuvieron muchas más
apariciones e esos efectos.
También son mencionados como guardianes de
las naciones y de los reinos.
En la Biblia encontramos que cada alma
tiene su ángel guardián.
En Génesis 24:7 encontramos que se dice,
por ejemplo, “Él enviará su ángel
delante de ti”.
Y Jesús dice en Mateo 18:10, “Guardaos de
menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los
cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos”.
Y San Jerónimo llega a decir que “La
dignidad de una alma es tan grande, que cada uno tiene un ángel guardián desde
su nacimiento”.
Además los ángeles eran considerados como
los que hacen cumplir la ley de Dios en el mundo físico.
Y así los vemos causando el bien y el mal,
por ejemplo un ángel era del responsable de mover las aguas de la piscina
Probática en Israel para las curaciones.
Los judíos pensaban que el funcionamiento
del universo era debido a Dios, y sus ejecutores eran los ángeles.
Y se menciona en varias partes a los
ángeles buenos y a los ángeles malos actuando en el universo material.
Los ángeles malos son una perversión de los
ángeles, que se rebelaron ante Dios.
Estos fueron expulsados y condenados al
infierno eterno por Dios.
Ya en los primeros libros de la Biblia se
mencionan diversos tipos de ángeles, por ejemplo los querubines defendiendo el
paraíso, lo que también son mencionados por Ezequiel. Y en Isaías se mencionan
los serafines.
Recién en el Nuevo testamento se menciona a
los arcángeles, y San Pablo nos habla de los principados, potestades, virtudes
y dominaciones.
De modo que de acuerdo a la escritura podemos
considerar que existen nueve órdenes de ángeles: Ángeles, Arcángeles, Virtudes,
Potestades, Principados, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines.
Santo Tomás los divide en tres órdenes
jerárquicas.
En la primera jerarquía están los
Serafines, Querubines, y Tronos; en la segunda, las Dominaciones, Virtudes, y
Potestades; y en la tercera, los Principados, Arcángeles, y Ángeles.
Jesucristo habla con frecuencia de los
ángeles y éstos aparecen en muchos pasajes comunicando el plan de Dios: fueron
los emisarios que Dios envió para comunicar la encarnación de su hijo y también
los emisarios que comunicaron su resurrección.
Pero además de comunicadores, la Biblia
presenta a los ángeles como intercesores de los hombres ante Dios.
Pero nos queremos detener específicamente
en los ángeles de la guarda, haciendo un listado de lo que ellos hacen por
nosotros los seres humanos.
QUÉ HACEN LOS ÁNGELES POR LOS SERES HUMANOS
Lo que sigue son las funciones más
sobresalientes que hacen los ángeles de la guarda.
NOS PROTEGEN CONTRA DAÑOS
Santo Tomás de Aquino dice que protegen a
los hombres contra el daño espiritual y físico e intervienen milagrosamente para
ayudarnos.
No sólo nos guardan, sino que también nos
salvan cuando estamos en peligro. Como fue el caso de la liberación de San
Pedro cuando estaba en la cárcel a punto de ser ejecutado, que es mencionado en
Hechos 12.
Por eso rechazan a los demonios.
Según Santo Tomás de Aquino uno de los
roles de los ángeles de la guarda es luchar contra los demonios, y por eso
se justifica la imagen de un ángel bueno hablando en un oído y un ángel malo
hablando en el otro oído de una persona.
Además nos fortalecen contra la tentación.
Esto significa que nos fortalecen para que
podamos protegernos por nosotros mismos contra las asechanzas del mal.
Y también nos envalentonan.
Porque un ángel al lado nuestro nos da
fuerzas para superar cualquier obstáculo, en la medida que ellos no puede ser
vencidos ni engañados ni engañar, y además son poderosos fieles y prudentes.
Benedicto XVI dice que son los ministros
del cuidado divino para cada ser humano.
NOS ASISTEN DESDE NUESTRO NACIMIENTO
Según Santo Tomás, tenemos ángeles de la
guarda desde nuestro nacimiento, porque eso está asociado con nuestra
naturaleza como seres racionales.
Nos asisten a todos, incluidos a los
incrédulos.
Dios nunca deja a ninguno, incluidos los
pecadores.
Nos recuerdan la dignidad como persona.
San jerónimo dice que eso es por el valor
inmenso de nuestras almas.
Ellos son los que nos recuerdan que cada
uno de nosotros es hijo de Dios.
Y nos recuerdan el cuidado de Dios para
cada uno de nosotros.
Es por esta razón que tenemos un ángel de
la guarda desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, porque a través de
ellos, el cuidado de Dios no nos abandona ni en los momentos de pecado o duda.
LLEVAN A DIOS NUESTRAS NECESIDADES
Actúan como intercesores que llevan
nuestras peticiones a Dios, porque ellos contemplan el rostro de Dios. Y por lo tanto nos ayudan a acercarnos más
a Dios.
Por eso, aunque Dios parezca lejano,
nuestro ángel está permanentemente presente para vincularnos con Él.
Y nos llevan hacia lo bueno.
Porque nuestros afectos humanos nos pueden
desviar y ellos constituyen una tutela.
Santo Tomás dice que nuestros ángeles
guardianes nos ayudan a usar nuestra razón para un desarrollar la virtud y la
prudencia, transmitiéndonos los preceptos de Dios.
En este sentido nos trasmiten la verdad
inteligible de Dios, y nos hacen comprender las realidades espirituales
invisibles.
Nos iluminan fortaleciendo nuestros
intelectos, porque Santo Tomás dice que el intelecto humano se fortalece por la
acción del intelecto angélico.
Pero además de operar sobre nuestros
sentidos e intelectos también lo hacen a través de nuestra imaginación, por
ejemplo a través de los sueños y otra serie de imaginerías.
Y con todo eso influencian nuestra
voluntad, aunque no la pueden mover directamente.
Son una ayuda para nuestra salvación,
porque su objetivo final es nuestra salvación; para eso han sido
enviados.
Y ellos nos recuerdan que nuestro objetivo
final es la visión beatífica de Dios, que es la recompensa de nuestra fe, lo
que San Juan expresa diciendo que cuando Él se manifieste seremos semejantes a
Él porque le veremos tal cual es.
QUE DICE EL CATECISMO DE LA IGLESIA SOBRE
LOS ÁNGELES
Veamos que dice concretamente el catecismo
sobre los ángeles:
328 La existencia de seres espirituales, no
corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad
de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la
Tradición.
QUIÉNES SON LOS ÁNGELES
329 S. Agustín dice respecto a ellos: “El
nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su
naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré
que es un ángel”).
Con todo su ser, los ángeles son servidores
y mensajeros de Dios.
Porque contemplan “constantemente el rostro
de mi Padre que está en los cielos”, son “agentes de sus órdenes, atentos a la
voz de su palabra”.
330 En tanto que criaturas puramente
espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e
inmortales.
Superan en perfección a todas las criaturas
visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello.
CRISTO “CON TODOS SUS ÁNGELES”
331 Cristo es el centro del mundo de los
ángeles.
Los ángeles le pertenecen: “Cuando el Hijo
del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles…”.
Le pertenecen porque fueron creados por y
para Él: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la
tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los
Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él”.
Le pertenecen más aún porque los ha hecho
mensajeros de su designio de salvación: “¿Es que no son todos ellos espíritus
servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?”.
332 Desde la creación y a lo largo de toda
la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca,
esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el
paraíso terrenal, protegen a Lot, salvan a Agar y a su hijo, detienen la mano
de Abraham, la ley es comunicada por su ministerio, conducen el pueblo de Dios,
anuncian nacimientos) y vocaciones, asisten a los profetas, por no citar más
que algunos ejemplos.
Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el
nacimiento del Precursor y el de Jesús.
333 De la Encarnación a la Ascensión, la
vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los
ángeles.
Cuando Dios introduce “a su Primogénito en
el mundo, dice: adórenle todos los ángeles de Dios”.
Su cántico de alabanza en el nacimiento de
Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: “Gloria a Dios…”.
Protegen la infancia de Jesús, sirven a
Jesús en el desierto, lo reconfortan en la agonía, cuando Él habría podido ser
salvado por ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel.
Son también los ángeles quienes
“evangelizan” anunciando la Buena Nueva de la Encarnación, y de la Resurrección
de Cristo.
Con ocasión de la segunda venida de Cristo,
anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del
Señor.
LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LA IGLESIA
334 De aquí que toda la vida de la Iglesia
se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles.
335 En su liturgia, la Iglesia se une a los
ángeles para adorar al Dios tres veces santo; invoca su asistencia (“Al Paraíso
te lleven los ángeles…”) de la liturgia de difuntos, o también en el “Himno
querubínico” de la liturgia bizantina, y celebra más particularmente la memoria
de ciertos ángeles.
336 Desde su comienzo a la muerte, la vida
humana está rodeada de su custodia y de su intercesión.
“Cada fiel tiene a su lado un ángel como
protector y pastor para conducirlo a la vida”.
Desde esta tierra, la vida cristiana
participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los
hombres, unidos en Dios.
LA CAÍDA DE LOS ÁNGELES
391 Tras la elección desobediente de
nuestros primeros padres se halla una voz seductora, opuesta a Dios que, por
envidia, los hace caer en la muerte.
La Escritura y la Tradición de la Iglesia
ven en este ser un ángel caído, llamado Satán o diablo.
La Iglesia enseña que primero fue un ángel
bueno, creado por Dios. “El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios
con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos”.
392 La Escritura habla de un pecado de
estos ángeles.
Esta “caída” consiste en la elección libre
de estos espíritus creados que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y
su Reino.
Encontramos un reflejo de esta rebelión en
las palabras del tentador a nuestros primeros padres: “Seréis como dioses”.
El diablo es “pecador desde el principio”, “padre de la mentira”.
393 Es el carácter irrevocable de su
elección, y no un defecto de la infinita misericordia divina lo que hace que el
pecado de los ángeles no pueda ser perdonado. “No hay arrepentimiento para
ellos después de la caída, como no hay arrepentimiento para los hombres después
de la muerte”.
394 La Escritura atestigua la influencia
nefasta de aquel a quien Jesús llama “homicida desde el principio” y que
incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre.
“El Hijo de Dios se manifestó para deshacer
las obras del diablo”.
La más grave en consecuencias de estas
obras ha sido la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a
Dios.
395 Sin embargo, el poder de Satán no es
infinito.
No es más que una criatura, poderosa por el
hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la
edificación del Reino de Dios.
Aunque Satán actúe en el mundo por odio
contra Dios y su Reino en Jesucristo, y aunque su acción cause graves daños -de
naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física – en cada
hombre y en la sociedad, esta acción es permitida por la divina providencia que
con fuerza y dulzura dirige la historia del hombre y del mundo.
El que Dios permita la actividad diabólica
es un gran misterio, pero “nosotros sabemos que en todas las cosas interviene
Dios para bien de los que le aman” (Rm 8,28).
No hay comentarios:
Publicar un comentario