¿El aborto es un mal menor como dice Vargas LLosa?

Respuesta del Obisto Mons. José Ignacio Munilla a Vargas LLosa.




Imagen del Vargas LLosa y de Mons.José Ignacio Munilla

El Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla, respondió en su programa de Radio María “Sexto Continente” al artículo titulado “¿Defensa de la vida?” publicado por el escritor peruano Mario Vargas Llosa en el diario El País, en donde hablaba sobre la reciente decisión del Senado en Argentina de no despenalizar el aborto.


Mons. José Ignacio Munilla explica en su programa Sexto Continente que esta respuesta al artículo de Vargas Llosa “no nace de ningún desencuentro” ni pretende ser un “ataque personal” contra el escritor, pero que “en la cuestión del aborto no cabe equidistancia, porque entre la vida y la muerte no existe el punto medio. Y se trata de un tema que retrata a la sociedad”.


Vargas Llosa califica la postura de la Iglesia Católica en la defensa de la vida como “escorada hacia la caverna y el oscurantismo”.


A lo que el Obispo de San Sebastián aseguró no le pareció una “descripción equilibrada” que califique de postura “escorada hacia la caverna y el oscurantismo a quienes defienden la vida” porque “si el aborto es progresismo, la ley del más fuerte es la cumbre de la democracia”.


El Prelado subrayó en su programa de Radio María que en el aborto “no se trata del derecho de la mujer a decidir si quiere o no tener hijos” porque “el hijo ya lo tiene”. Por tanto, se trata de un argumento que está “mal planteado” ya que la decisión que está en juego “es si nace vivo o va a salir muerto”.


“Si el aborto es un signo de avance de la civilización, eso es la ley del más fuerte, no es un signo de avance ni mucho menos”, advirtió.


En distintas partes del artículo, Vargas Llosa apunta a la legalización del aborto dentro de las primeras catorce semanas de gestación como “un mal menor” derivado de “unas condiciones de vida paupérrimas”.


Sin embargo, el Obispo asegura que acabar con la vida del niño nunca será “un mal menor”. “Un mal menor podría ser darlo en adopción, pero matarlo siempre es un mal mayor”, destacó, y aseguró que “no existe ningún planteamiento médico-científico para decir que es éticamente aceptable un aborto una semana antes o una semana después”.


Esa especie de frontera de los tres meses, parece que está formulada con la pretensión de tranquilizar la conciencia. Como si dijésemos que no existe la vida antes de los tres meses, cuando todos los datos nos dicen que la vida comienza en el momento de la concepción”, afirma.


Ante el argumento de que es la pobreza la que supuestamente lleva a las jóvenes a abortar, el Prelado recordó que “las clases sociales ricas también abortan”, y “si la pobreza es la justificación para que el niño no nazca, es mejor acabar con la pobreza que con la vida del niño”.


Vargas Llosa también presenta en su artículo a la Iglesia como uno de los “adversarios más enconados de que los adolescentes reciban la formación sexual que les permitiría tener sólo los hijos que quieren tener”.


A lo que Mons. Munilla responde que el concepto de educación sexual que el escritor tiene se refiere sólo a “métodos anticonceptivos” y que “como éstos tienen un margen de error notable, al final se acaba planteando el aborto como último método anticonceptivo”.


De esta manera Obispo explica que la verdadera sexualidad es la que “enseña a entregar la vida al servicio del amor”.


Además, el escritor peruano asegura que en Argentina se realizan entre 350 mil y 450 mil abortos clandestinos cada año y que no legalizarlo hace que tan sólo esté al alcance de las mujeres ricas que puedan ir al extranjero a abortar.


Un argumento que el Prelado califica de “sorprendente”. “Acaba usted de decir que la gente abortaba porque era pobre, pero ahora descubrimos que también hay gente rica que aborta”, afirma el Obispo.


Mons. Munilla también recuerda que cuando tuvo lugar en España el debate sobre la legalización del aborto en 1985, se decía que se practicaban de manera clandestina unos 250 mil al año.


“La realidad es que el primer año, después de que se legalizara el aborto, en España hubo 467 abortos y eso que decían que había más de 200 mil abortos clandestinos”, precisa.


Por eso “es muy recurrente que en estos debates del aborto se den datos de estimaciones de la realidad falseada”.


Además, Vargas Llosa utiliza en su artículo el informe sobre los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Pensilvania (EE UU) para desacreditar la postura de la Iglesia contra el aborto.


“No entiendo ese argumento. Es como decir que si hay corrupción en el Gobierno de una nación, se deben derogar todas las leyes”.


De esos casos que el Papa ha dicho que ‘nos avergonzamos’, la única conclusión que debe desprenderse es la purificación y las medidas para que no vuelva a ocurrir nunca más en la vida y la historia de la Iglesia. Eso es lo que debe desprenderse, pero no que no podamos predicar los valores evangélicos”, afirma el Obispo de San Sebastián.


Parte de un feto borrado por una goma de borrar

No hay comentarios:

Publicar un comentario