Las cosas simples que abren las puertas al Demonio sin darnos cuenta.

Jesús crucificado

Las prácticas ocultistas han ganado terreno en nuestra época porque la humanidad se ha ido alejando de Dios. 

pentagrama mágico

Hoy es posible ver en televisión programas que enseñan a hacer brujerías, y en las redes sociales mucho más. 

Pero sin llegar a cosas tan explícitas, hay cosas que hacen las personas de nuestra generación, que pueden abrir puertas a los demonios. 

Lo hacen inconscientemente, sin darse cuenta, y quedan expuestas a las opresiones, obsesiones y hasta posesiones demoníacas. 

Y hoy los demonios tienen más poder que en las décadas anteriores, están en una feroz batalla contra la humanidad y no dejan pasar ninguna oportunidad. 

Aquí hablaremos sobre por qué las prácticas ocultistas abren puertas a los demonios, cuales son esas prácticas que incluso puedes hacer sin darte cuenta y cómo protegerte. 

Incluso sobre el final te recomendamos una oración de protección. 

Por lo «oculto», entendemos alguna influencia suprahumana o sobrenatural que no proviene de Dios. 

La idea detrás del ocultismo es que existe un conocimiento secreto, que da al que lo tiene, un poder mágico sobre las cosas y las personas, que de otra manera estaría más allá de su control. 

Por lo general, este conocimiento secreto se obtiene a través de algún tipo de comunicación con poderes demoníacos, por ejemplo con supuestas almas de los muertos o artes que vienen de otras religiones o costumbres ancestrales. 

El problema es que por nuestra propia naturaleza no podemos manipular los poderes espirituales, como los practicantes de lo oculto creen que están haciendo.

 En realidad, son los practicantes los que están siendo manipulados, y los poderes que los manipulan son invariablemente demoníacos. 

El Catecismo de la Iglesia Católica numeral 2117 es claro al decir que todas las prácticas mediante las cuales se intenta domesticar los poderes ocultos, para ponerlos al servicio de uno y tener un poder sobrenatural sobre los demás son gravemente contrarias a la virtud de la religión. 

Y añade que son aún más condenables cuando van acompañadas de la intención de dañar a alguien, o cuando recurren explícitamente a la intervención de demonios. 

Por lo tanto, escuchen bien, recurrir a hechiceros, curanderos, médiums, es tan peligroso como leer la borra de café, consultar horóscopos, astrología, numerología, cartas del tarot o la tabla de la ouija. O recurrir a un satanista. 

tabla ouija

Muchas costumbres de pueblos primitivos que se reviven ahora fueron paganismos manipulados por los demonios, lo mismo que muchas de las prácticas de la new age. 

Nos referimos también a prácticas supersticiosas como por ejemplo llevar ajo en el bolso para tener siempre dinero o poner un billete en la trompa de un elefante, tener unas tijeras abiertas para la buena suerte, guardar hierbas especiales en un frasco, llevar una media luna alrededor del cuello o un collar de ajos, colocar figuras de dioses de otras religiones en la casa, etc. 

Las prácticas del ocultismo están reiteradamente condenadas en la Biblia, porque abren puertas al demonio. 

Y además es un síntoma de pérdida de fe en Dios y de pecado contra el primer mandamiento, amar a Dios por sobre todas las cosas y no tener otro dios. 

El padre Gabrielle Amorth afirmaba que hay muchos, por desgracia, que no se consagran oficialmente a satanás, pero que eligen seguir sus principios básicos y, como resultado, ponen sus almas en gran riesgo. 

Si excluimos al Dios único y verdadero, entonces el deseo natural por Dios, que está inscripto en nuestro corazón, simplemente dirigirá su mirada hacia otra cosa. 

Pueden ser placeres de varios tipos, como el honor, el poder o de los sentidos. 

A veces, la simple curiosidad puede llevar a una persona a indagar sobre lo oculto. 

Otras veces, la gente es conducida allí ante problemas que quieren resolver. 

Las prácticas ocultistas se han infiltrado incluso en la Iglesia Católica. 

Hay una larga lista de prácticas religiosas paganas y orientales que tienen lugar en cursos en las parroquias. 

Como terapias energéticas, yoga, entrenamiento de atención plena, oración centrada, salas de meditación, ecoespiritualidad y más. 

Pero también hay muchos católicos que practican yoga, por ejemplo diciendo que lo hacen para disminuir el estrés y como un ejercicio físico, o el reiki para sanar enfermedades. 

Sin darse cuenta que está invocando a poderes que no vienen explícitamente del único Dios verdadero. 

Hoy nos encontramos con una intensa propagación de disciplinas ocultistas en las redes sociales. 

Pero además en momentos de rápido colapso social, cuando hay mucha confusión, la gente busca seguridad en otros lugares. 

Y ese lugar muchas veces no es el cristianismo debido a la intensa denostación que el demonio ha hecho desde fuera y desde dentro de la Iglesia.

 Y es entonces cuando se abren puertas al demonio.

 

La puerta y el demonio

El exorcista padre Stephen Rossetti, que también es psicólogo, y dirige un centro de exorcismos en EE.UU., contó recientemente tres casos de ataque demoníaco, que trató, por abrir puertas al demonio con el ocultismo. 

Una familia de cuatro miembros con síntomas de opresión demoníaca acudió en busca de su ayuda. 

Tratando de averiguar la causa, finalmente Rossetti preguntó: «¿Usted o algún miembro de su familia perteneció alguna vez a los masones?» 

Porque tenían algunos síntomas que eran típicos de las maldiciones relacionadas con la masonería. 

«Sí», dijo el padre, «me uní, pero fue solo por motivos sociales». 

En otro caso, una mujer comenzó a practicar Reiki y luego comenzó a invocar el espíritu de su padre fallecido, a quien amaba y extrañaba. 

Sin embargo, terminó teniendo una relación con un demonio, que se burlaba de ella y la atormentaba. 

Estaba aterrorizada y buscó ayuda en el centro de Rossetti. 

Y el tercer caso es de una familia que llegó con síntomas de opresión demoníaca. 

Las cosas se habían puesto tan mal que la esposa, sintiéndose desesperada, había pedido ayuda a una bruja local. 

La mujer hizo sus rituales mágicos sobre la familia, tratando de librarse de sus problemas. 

Pero inmediatamente después, sus síntomas empeoraron mucho. 

Y una vez que se abrió la puerta a veces no es tan fácil cerrarla. 

El padre Rossetti cuenta también un caso de estos. 

Se refiere a una chica que creció en una buena familia católica, fue a la universidad y comenzó a salir con un joven que estaba muy comprometido con el ocultismo. 

Participó en rituales y también cayó en otros comportamientos pecaminosos. 

Pero por la gracia de Dios, se vinculó a un grupo católico y cambió su vida. 

Sin embargo, unos meses después de su conversión, se despertó con horribles marcas en la espalda. 

Los demonios comenzaron a atacarla, la abusaban todas las noches. 

Tenía dificultades para entrar en una iglesia o ir a misa. 

Pero notó que cuando iba a casa con su familia, los demonios no entraban a la casa. 

Porque la casa había sido bendecida, estaba llena de sacramentales, crucifijos, estatuas sagradas y, a menudo, era rociada con agua bendita. 

Como dice Efesios 6: «Ponte la armadura de Dios para que puedas mantenerte firme contra las tácticas del diablo».

 

Una Biblia abierta

¿Y entonces qué debemos hacer para combatir al demonio, cuando le abrimos inconscientemente o no, una puerta? 

Ya hemos sugerido varias cosas para hacer. 

El maligno puede tentarnos, pero no puede tocarnos directamente a menos que le abramos la puerta. 

En primer lugar, la fe en Dios y Jesucristo son la armadura que nos protege. 

Elimina cualquier cosa de tu hogar que haya tenido algo que ver con la brujería, un curandero, un médium, una religión no católica o que hayas sido utilizado de forma supersticiosa, como las que hablamos antes. 

No guardes joyas que simbolicen creencias paganas o de brujería, incluso las que se hayan guardado en un armario. 

Deshazte de toda la literatura religiosa que no esté de acuerdo con la verdad básica de nuestra fe, de que Jesucristo es divino. 

Si alguien cercano a ti es tentado por lo oculto, debes comenzar a orar por esa persona. 

A través de la oración, el ayuno y la caridad, Cristo puede sanarnos a todos e incluso puede hacer que la gente vuelva de las prácticas ocultistas. 

Especialmente pídele protección a San Miguel, a la Santísima Virgen y que el Espíritu Santo te guíe en futuras discusiones para que tengas la prudencia de no dejarte atrapar por una falsa espiritualidad. 

Bendice tu hogar, rocíalo con agua bendita y recita esta oración: 

«Padre Celestial, te pedimos tu bendición sobre nuestro hogar. En el nombre de tu Hijo Jesús, te pedimos ser liberados del pecado y de toda influencia maligna. 

Protegernos de enfermedades, accidentes, robos y todas las tragedias domésticas. 

Colocamos nuestro hogar bajo el Señorío de Jesús y lo consagrarnos al Inmaculado Corazón de María. 

Que todos los que aquí vivimos recibamos tu bendición de paz y amor».

Bueno espero que te sirva todo lo comentado en estas líneas que sirva especialmente para la mayor Gloria de Dios, de su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo.

Que el Dios del Amor y de la Virgen María te bendigan  


Cómo se puede Orar por Cosas del Pasado

Persona de rodillas ante la cruz


La primera reacción cuando alguien te dice que puedes orar por cosas que ya han sucedido es pensar que se trata de un absurdo.

El pasado "Ya sucedió". Y Dios no cambia los hechos de la historia; no reescribe el pasado.

Pero esa posibilidad existe si piensas que Dios tiene ante sí el presente, el pasado y el futuro al mismo tiempo.

Cuando oramos pedimos la intercesión de Dios. O sea que tome en cuenta nuestra solicitud cuando tome una decisión.

Pero sucede que Dios vive fuera del tiempo.

Él tiene ante su vista el presente, el pasado y el futuro en forma simultánea. 

reloj


Esto es lo que justifica que puedas orar por cosas que están en el pasado de tu vida. 

Y puede mejorar dramáticamente tu poder de intercesión. 

Imagina esta situación. 

Estás esperando un ser querido en un aeropuerto y se atrasa el vuelo en que llegaba un ser querido. 

Luego citan a los que estaban esperando a personas de este vuelo, y en una sala privada les comunican que el vuelo ha sufrido un accidente, que hay gente que se salvó, pero no tienen el listado de quienes son. 

Lo que haces inmediatamente es ponerte a rezar para que tu ser querido no esté dentro de los muertos. 

Sin embargo te das cuenta que el accidente ya sucedió y que Dios no cambia el pasado. 

¿Esto significa que la oración que haces es inútil o no tiene sentido? 

Diríamos que no, porque no sabes lo que sucedió y no le estás pidiendo a Dios que cambie el pasado, que reviva a tu ser querido. 

Le estás diciendo a Dios cómo te gustaría que hubieran pasado las cosas.

Y recordemos que Dios tiene ante si el pasado, el presente y el futuro, como si estuvieran sucediendo en el mismo momento. 

Por eso en Isaías 65: 24 Dios dijo “antes de que llamen responderé…” 

Dios quiere hacer las cosas con nosotros, involucrarnos, y ahí reside la fortaleza de la oración. Él nos llama a orar y a pedir.

Y si tú ser querido resulta ileso del accidente finalmente, tendrías buenas razones para suponer que tu oración colaboró. 

Que seguramente tu oración fue escuchada por Dios en el principio de los tiempos y fue uno de los factores que le llevó a determinar lo que sucedería en este incidente. 

De modo que deberías estar agradecido a Dios porque tu ser querido no murió y además por haber contestado favorablemente tus oraciones.

 Vamos a verlo más en detalle

¿CÓMO NOS IMAGINAMOS A DIOS?

Los hombres, que somos criaturas finitas, nos imaginamos a Dios como un ser inmortal. Qué vivirá para siempre en un futuro sin fin.

Lo consideramos con tres características centrales. 

Una es su omnipotencia: lo puede todo y las escrituras los ejemplifican hablando de su brazo derecho fuerte. 

En segundo lugar consideramos su omnisciencia: lo sabe todo, conoce cada cosa que sucede en el mundo, en la creación. Y lo retratamos como un ojo que examina todo en el universo.

 En tercer lugar lo consideramos omnipresente que está presente en todos lados. 

Una especie de bilocación múltiple, dónde puede estar tanto en galaxias lejanas, cómo mirándonos fijamente al lado nuestro contándonos los pelos de la cabeza. 

En este aspecto no está limitado ni por el tiempo y ni por el espacio. 

Él es el constructor y creador y Señor de todo. Y no sólo hizo esto en el cual vivimos, sino que lo mantiene. Esto implica que no hay ningún lugar donde podamos escondernos de Dios. 

Porque Él está en todas partes 

No hay nada que se le escape en el presente, en el pasado y en el futuro a su conocimiento.

Pero al mismo tiempo Dios es invisible para alguna de sus criaturas, como los hombres, y aunque esté cerca de nosotros permanece oculto.

Como dice San Agustín "Dios está oculto y más cerca de nosotros." 

Pero Dios también en su omnipotencia puede hacerse uno de nosotros y lo demostró en su Encarnación.

Estuvo presente físicamente entre nosotros con Jesucristo sin perder su divinidad.

Jesús en el pesebre rodeado de personas

 
O sea que actúa en nuestro limitado espacio y tiempo como uno más. 

Pero que él estuviera entre nosotros bajo la forma de Jesucristo no implica que estuviera ausente en otra parte del universo, ni que su obra se hubiera paralizado momentáneamente. 

Más bien Dios estaba haciendo todas esas cosas, su obra y su providencia, al mismo tiempo. 

La maravilla es que Dios está cerca de nosotros y aun así continúa sosteniendo todo el universo que Él creó.

 

LA ETERNIDAD DE DIOS

En el número 202 del Catecismo de la Iglesia Católica dice que los católicos... 

“Creemos firmemente y confesamos sin reservas que sólo hay un Dios verdadero, eterno, infinito, inmutable, incomprensible, todopoderoso e inefable”. 

Ser eterno significa que dura una cantidad ilimitada de tiempo. 

Pero aún más. Eterno significa que está fuera del tiempo por completo.

Juan Pablo II, en la audiencia del 4 de septiembre de 1985, dijo que: 

“La eternidad debe entenderse como la posesión indivisible, perfecta y simultánea de una vida sin fin y por lo tanto como el atributo de estar absolutamente más allá del tiempo”.

 Y agregó 

“No coincide con el presente, no lo precede, ni lo prolonga al infinito”

 La eternidad no es la suma de los diversos momentos en que Él vive, sino que el tiempo no tiene sentido para Su existencia propia. 

De modo que Dios vive en el ahora eterno fuera del tiempo. En una situación donde el tiempo no pasa. 

Que es distinto del ahora temporal que experimentamos los seres humanos, donde los momentos llegan y luego se deslizan hacia el pasado. 

Esto implica que no hay cambio en Dios, no hay progreso de un momento a otro en lo eterno. 

Y en ese no tiempo de Dios, crea criaturas espaciales y con tiempo, como los seres humanos. 

Nuestras almas no son heredadas de nuestros padres como lo son nuestros cuerpos, sino que son creados de inmediato por Dios como dice Pío XII en Humani Generis.

Se excluye la idea de que nuestras almas existan antes de la concepción. 

Sino que en cada momento Dios Crea tu alma o la mía, en un momento después de que creó todo lo que existe en el universo. 

De modo que en cada momento es Su eterno ahora, y Dios está creando y a su vez conservando todo del mundo físico simultáneamente.

En su eterno ahora Dios conoce toda la materia y energía del universo en cada momento de su historia, no sólo en el presente. 

Y en ese proceso aunque él está fuera del tiempo, es capaz de poner en distintos tiempos la creación de nuestra alma particular y la creación de una galaxia millones de años antes. 

Todo es real, no es una ilusión, hay una historia que pasa para nosotros que somos seres finitos. 

Esto tiene consecuencias importantes para las oraciones nuestras.

 

DOS ASPECTOS A CONSIDERAR

Debemos considerar dos cosas: 

Primero, que Dios no está obligado por el tiempo. Él está completamente fuera del tiempo. 

Toda la historia le está a la vista simultáneamente, como un mural gigante. 

Él puede ver pasado, presente y futuro en el mismo instante, simultáneamente.

Segundo, que la acción de Dios en el mundo no es independiente de la nuestra, si bien somos su criatura.

Dios quiere y pide nuestras oraciones, cómo lo ha dicho Jesús cuando dice “pide y se os dará,  golpea y se os abrirá…” (Mateo 7: 7-8)

De modo que en el sostén del universo quiere tener en cuenta el aporte de nuestros pedidos, por amor a los hombres. 

Pero como ante Dios están el presente, el pasado y el futuro juntos a la vez, como si fuera una sola cosa, Él sabe el momento humano en que yo oro por una cosa y cuando sucede la cosa por la que oro. 

Por ejemplo el momento en que oro por la salvación de una persona moribunda y el momento en que muere la persona. 

Y además Él es capaz de actuar en entre esos dos momentos. 

Esto sucede cuando el tiempo corre hacia adelante; la persona está moribunda, yo oro por ella, y luego muere. 

Pero aunque para los seres humanos parezca difícil de entender, podemos pedir por la salvación de una persona que ya murió hace días.

 ¿Por qué podemos hacer eso? 

Porque en realidad Dios tiene presente, pasado y futuro ante sus ojos en cada instante. 

Él supo de nuestra oración simultáneamente que la persona murió, a pesar de que nuestra oración fue posterior a su muerte.

Entonces nuestras oraciones no sólo pueden hacerse para pedidos sobre el presente y el futuro, como normalmente hacemos, sino también podría incluirse el pasado. 

Esto lo solemos hacer automáticamente y sin darnos cuenta, cuando nos dicen que alguien murió y elevamos una oración por su alma. 

Aquí está un ejemplo de cómo funciona esto según contó el Padre Pío. 

UN EJEMPLO DEL PADRE PÍO

Padre Pío

Susanne Tassone cuenta en Orando con los Santos por las Santas Almas en el Purgatorio: 

Un médico que era muy cercano al Padre Pío recibió una carta de una mujer cuya hija estaba a punto de morir. 

La madre imploró al futuro santo por sus oraciones y bendiciones sacerdotales. 

El doctor no pudo enviarle esta carta al Padre Pío hasta varios días después de haberla recibido. 

Después de leer la carta al Padre Pío, este médico le preguntó cómo debería responderla. 

Pio respondió: «Fiat» [así será]. 

El doctor sabía que había pasado un tiempo desde que recibió la carta y que la niña estaba al borde de la muerte. 

Estaba perplejo por la seguridad del Padre Pío de que todo estaba hecho, de que la petición de oración funcionaría. 

El sacerdote Capuchino continuó,  

“Tal vez no sabes que puedo orar incluso ahora por la feliz muerte de mi bisabuelo”. 

“Pero ha estado muerto por muchos, muchos años”, respondió el doctor. 

“Yo también lo sé”, dijo el Padre Pío.

 «Déjame explicarte dándote un ejemplo.

 

Tú y yo morimos y, gracias a la buena suerte y la bondad y la misericordia del Señor, estamos obligados a permanecer en el purgatorio durante 100 años. 

Durante estos años, nadie reza por nosotros o se ofrece una misa por la liberación de nuestras almas. 

Pasan los 100 años, y alguien piensa en el Padre Pio y el buen doctor, y se han ofrecido Misas. 

Para Nuestro Señor, el pasado no existe; el futuro no existe. Todo es un presente eterno.

Esas oraciones ya habían sido tenidas en cuenta, de modo que incluso ahora puedo orar por la feliz muerte de mi bisabuelo…”

La niña que necesitaba oración, por cierto, fue sanada. 

En resumen, en teoría nosotros podríamos orar por sucesos del pasado, porque el pasado, el presente y el futuro están en el mismo momento presentes ante Dios.

 Y Dios tomará nuestras oraciones como si fueran en el mismo momento a los sucesos que las motivaron.

 Esto me hace suponer que podemos orar por situaciones que nos hubiera gustado hacer y que no hicimos. Podríamos saldar las cuentas pendientes a través de la oración y la gran misericordia del Amor de Dios.

Les doy un ejemplo, yo recuerdo a mi tía Eusebia que estaba con muchos problemas de salud, se podría decir que estaba cerca de su muerte. Ella vivía en Formosa y yo en Buenos Aires, yo recuerdo que la fui a visitar en mis vacaciones y cuando estaba con ella sentí un fuerte deseo de rezar un rosario con ella. Nunca lo había antes, pero sentí un impulso fuerte pero no lo hice por vergüenza y al poco tiempo falleció. Yo me quedé con una pena terrible por no haber rezado con ella.Y ahora teniendo en cuenta que para Dios no hay pasado ni futuro, que es todo un sólo momento presente yo podría ir, por ejemplo frente al sagrario y rezar un rosario como si estuviera con ella pidiendo por su alma. ¿No es maravilloso?

Entonces, esto nos muestra que podemos orar por sucesos del pasado, porque aunque para el tiempo de los hombres sean momentos sobre los que no se puede operar, Dios ha tomado nuestras oraciones en el momento que era necesario. 

El apologista Jimmy Akin ha trabajado sobre esta posibilidad de orar sobre sucesos del pasado.

Pero sugiere cuales son las situaciones en que efectivamente nuestras oraciones son eficaces respecto a Dios. 

 

¿CUANDO ES EFICAZ ORAR POR COSAS DEL PASADO?

Una persona orando frente a la imagen de Jesús


La práctica de orar a través del tiempo plantea según Jimmy Akin tres categorías de sucesos: 

Podemos orar por cosas del pasado que sabemos que sucedieron. 

Podemos orar por cosas del pasado de las que no estamos seguros que sucedieron. 

Y podemos orar por cosas del pasado que sabemos que no sucedieron.

 

Vamos a desarrollarlo un poco más 

Sí oramos por cosas que sabemos que no sucedieron, entonces estaríamos orando en contra de la voluntad conocida de Dios.

Y por lo tanto no es apropiado orar por esas situaciones. 

Jimmy Aquí nos da el ejemplo de los atentados del 11 de septiembre del 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York. 

Si nosotros oramos hoy para que el atentado de las Torres Gemelas en el pasado no suceda, sería contrario a lo que Dios dejó pasar. 

Dios dejó pasar el atentado, por lo tanto si nosotros hubiéramos orado podríamos haber chocado contra una decisión diferente de Dios.

Pero también podemos orar por cosas que sabemos que sí sucedieron.

Jimmy Akin pone el ejemplo de que nosotros sabemos que hubo personas que sobrevivieron al ataque del 11 de septiembre a las Torres Gemelas. 

Así que podemos orar para que algunas personas sobrevivan al ataque, porque Dios permitió que alguna lo hiciera. 

Estamos hablando de orar Sin nombre preciso. Porque si esa persona no sobrevivió a los ataques y estamos orando para que esa persona sobreviva, oramos a contrapelo de lo que Dios decidió. 

En este punto también hay otra contra indicación. Y es que estamos preocupándonos por cosas del pasado en vez de esforzarnos por el futuro. 

Lo que puede tomarse como una distracción espiritual respecto a las preocupaciones más urgentes.

Finalmente se puede orar por las cosas que no estamos seguros que sucedieron, según Jimmy Akin.

Estas es para él la forma más apropiada de orar hacia el pasado. 

Supongamos que una persona conocida estaba en las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 y no sabemos si la persona murió o pudo escapar. 

Como no sabemos, es legítimo pedirle a Dios, que por favor, deje que la persona haya escapado. 

Porque en realidad no sabes cuál fue la voluntad de Dios. 

De modo que no estás orando contra Su voluntad conocida; no estás orando contra algo que ya sabes que sucedió. 

Quitándose la variable tiempo, esta es la forma en que oramos habitualmente, porque no sabemos si Dios otorgará o no lo que solicitamos para el futuro; y en Lucas 18: 1 nos pide “orar siempre y no desanimarnos”.

 Pero pasa lo mismo con una persona que ya está muerta. 

Después de muerta nosotros podemos orar por su salvación porque no sabemos si en el momento de la muerte la persona estaba en Estado de Gracia.

Esta es la típica oración que los católicos hacemos hacia el pasado. 

Cuando oímos que una persona ha muerto oramos por su alma, para que Dios le dé la salvación; y probablemente en ese momento que nosotros oramos ya haya sucedido el juicio.

 

Fuentes: 

http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/is-it-possible-to-pray-across-time#When%3A2018-01-5+23%3A29%3A01

http://catholicexchange.com/why-is-god-omnipresent

http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/3-views-of-time-and-eternity

http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/does-only-the-present-exist

http://www.ncregister.com/blog/jimmy-akin/are-the-past-and-the-future-real1

https://www.thoughtstheological.com/can-we-pray-for-the-past/