¿Las enfermedades son obra del demonio o sólo una falta de salud física?

¿Hay Causas Demoníacas en las Enfermedades?


Persona enferma rodeado de enfermeras


Una pregunta que los cristianos se hacen ante una enfermedad es 
‍si tiene una causa espiritual o física.

¿Es la obra de satanás, o se trata de nuestra fragilidad física?

Posiblemente este interrogante tenga su origen en una idea errónea en el mundo antiguo, incluyendo la época de Jesús, que consideraba que toda enfermedad era obra de los malos espíritus.

Las pistas para la respuesta se pueden encontrar en el ministerio de Jesús.

RELACIÓN ENTRE ENFERMEDAD Y PODERES DEL MAL


Jesús curando

La teología actual está poniendo cada día más de manifiesto una relación estrecha entre la enfermedad y el poder del mal. En ella se manifiestan el poder de la muerte y las consecuencias nefastas del pecado.

Dios creó al hombre en su unidad de alma y cuerpo para la felicidad, la armonía, la perfección.

‍La enfermedad es contraria a la intención divina, lo mismo que la fatiga del trabajo, el dolor del parto, la muerte.

La enfermedad es siempre una intrusa, un elemento hostil que invade al hombre y por tanto un mal que hay que vencer.

La enfermedad está mucho más ligada al pecado.

‍Jesús sufrió el cansancio, el hambre y la sed, y hasta la tristeza, y pasó por la muerte.

Pero no consta que estuviera alguna vez enfermo, a pesar de que “¡eran nuestras dolencias las que Él llevaba y nuestros dolores los que soportaba!” (Is 53,4).

Es como un área donde se mantiene el dominio de los poderes del mal.

“La enfermedad, la muerte y lo que la existencia humana concreta contiene de autodestrucción, pueden y deben explicarse en todo caso también como expresión del influjo de las fuerzas demoníacas.
Incluso cuando procedan de causas naturales próximas y cuando se les pueda y deba combatir con medios naturales” (K. RAHNNER, VORGRIMLER, Diccionario Teológico).

Pero la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento trata de combatir la generalización vulgar que atribuía la enfermedad a las culpas del enfermo o que defendía que la misma era siempre enviada por Dios.

El caso de Job contradice esta creencia y esto mismo confirmaría más tarde la historia del ciego de nacimiento con el que se encontró Jesús: “Ni pecó él ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios” (Jn 9,3).


Job


Por lo tanto Dios no es ajeno a la enfermedad y a la curación.
La enfermedad puede ser efecto en contadas ocasiones de una intervención especial de Yahvé que castiga (1 S 16, 14; 2 Cro 26,16-21).

Pero la intención manifiesta de Dios es siempre sanar:

“Venid, volvamos a Yahvé, pues Él ha desgarrado y Él nos curará, Él ha herido y Él nos vendará” (Os 6.1),

“Él es quien castiga y tiene compasión” (Tb 13,2).

“El que hiere y el que venda la herida, el que llaga y luego cura con su mano; seis veces ha de librarte de la angustia, y a la séptima el mal no te alcanzará” (Jb 5,18-19).

Son textos conmovedores y llenos de ternura que nos manifiestan cómo siente Dios respecto a nuestras enfermedades:

“Yo doy la muerte y doy la vida, yo hiero, y sano yo mismo” (Dt 32.39).

“Yo soy Yahvé el que te sana” (Ex 15,26).

“El que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias” (Sal 103.3).

Sin embargo, en términos prácticos hay que considerar el influjo directo del demonio en esa enfermedad particular y las causas físicas naturales.

JESÚS MUESTRA LA DIFERENCIA DE LA ENFERMEDAD POR CAUSA FÍSICA Y DEMONÍACA

Jesús demuestra claramente la diferencia.

Él mismo trató algunas enfermedades como la obra directa y específica de demonios y otras enfermedades como de origen físico.

Él sabía la diferencia entre los dos y nunca estuvo confundido al respecto.
cerdos endemoniados

En Mateo 8:16, por ejemplo, se puede leer:

"Esa tarde le trajeron muchos de los que estaban oprimidos por los demonios, y él expulsó a los espíritus con una palabra, y sanó a todos los enfermos."

Algunos de los que se acercaron a Jesús estaban oprimidos por demonios, otros eran físicamente enfermos.

‍Hay una manera simple de decir cuando Jesús estaba tratando con la opresión demoníaca y cuando, por el contrario, estaba tratando con la enfermedad física directa.

Cuando el problema era demoníaco en su origen, Jesús hablaba.

Él nunca imponía las manos en los oprimidos por el demonio. Más bien él lo manejaba con una palabra hablada.

Él ordenaba a los demonios salir de los afligidos, y salían.

Si los demonios eran responsables de alguna aflicción física, la aflicción física se iba con ellos.

Había enfermedades que eran causadas por los demonios, y la solución en estos casos era una orden emitida con su autoridad como Hijo de Dios y gobernante de todo el mundo del espíritu.

Pero cuando la enfermedad era de origen corporal, Jesús ponía sus manos sobre los enfermos.

El poder curativo sobre la enfermedad física fluía desde el trono de Dios a través de su contacto físico con el cuerpo del enfermo y era sanado en un instante.

Esto lo vemos en Mateo 8:15, donde leemos que Jesús sanó a la suegra de Pedro con la imposición de manos.

"Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo"

Anteriormente, en Mateo 8: 3, en relación con el leproso, leemos que

"Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado». Y al instante quedó purificado de su lepra".

Jesús nunca estaba confundido acerca de si la enfermedad era física o espiritual en su origen.

Ahora bien, hay quienes sostienen que cuando Jesús parecía creer que la enfermedad era de origen espiritual, simplemente se estaba adecuando con el espíritu de la época y con las supersticiones ampliamente aceptadas por el pueblo de su época, anterior a la Ilustración.

Pero Jesús nunca se acomodó a la superstición.

Se enfrentó a ella y la expuso.

Porque en otros temas, por ejemplos la vida después de la muerte, dijo muy enfáticamente,

"Si no fuera así, yo os lo hubiera dicho" (Jn. 14: 2).

Si no existieran los demonios y si no pudieran causar enfermedades, Jesús lo habría dicho.

Así que las escrituras nos delatan que algunas enfermedades son espirituales y otras son físicas.

‍Es más, hay enfermedades que afectan claramente al físico pero que tienen causas espirituales.

Entonces, en resumen, cuando la enfermedad es espiritual, la curación viene a través de la palabra, a través de una orden emitida por el nombre todopoderoso de Jesús.



Cuando la enfermedad es física, la sanación viene a través del tacto, a través de la imposición de manos y la oración que se ofrece en el nombre todopoderoso de Jesús.


Jesús sanando y tocando la mano de una enferma


¿CÓMO PODEMOS NOSOTROS SABER LA DIFERENCIA?: DISCERNIMIENTO

¿CÓMO NOSOTROS PODEMOS DISCERNIR O SABER LA DIFERENCIA?

¿Cómo adquirimos el discernimiento?

Algunos cristianos de hoy están tan asustados ante la muerte y descreen tanto de la idea de los demonios y la guerra espiritual, que nunca se detienen a considerar si los agentes invisibles de la oscuridad pueden tener algo que ver con los problemas de enfermedad del individuo que están tratando de ayudar.

Si el problema es espiritual en su origen, y no se utilizan oraciones de guerra espiritual, el individuo no experimentará ningún alivio. Por otra parte, algunos cristianos piensan que todo es demoníaco en origen.

Pero como el propio ministerio de Jesús deja claro, no se deben tratar todas las enfermedades como el trabajo de satanás, al menos directamente .

Otra idea errónea que muchos cristianos tienen acerca de la sanidad es que es algo que puede ser ordenado en el nombre de Jesús. 

No es algo que pueda ser exigido, en todo caso, es algo que puede ser solicitado, y si es la voluntad de Dios sin duda que podrá sanarse.

El leproso que vino a Jesús, cuando se arrojó a sus pies y le dijo: "Si estás dispuesto, puedes limpiarme."

‍Él entiende que Dios puede tener propósitos en permitir la enfermedad física.

‍Pablo lo descubrió en él mismo, cuando Dios se negó a retirar su "aguijón en la carne" a pesar de las oraciones repetidas y sinceras. ‍Pablo no fue sanado porque careciera de fe.


Imagen del Apostol de Jesús, Pablo


No fue sanado porque Dios tenía un propósito más grande para su vida, y la enfermedad de Pablo estaba en ese propósito mayor.

‍Pablo menciona una vez que salió con un compañero de viaje, Trófimo, "enfermo en Mileto" (2 Tim. 4:20).

No tengo dudas que tanto Pablo como su compañero habrán orado a Jesús que lo sanara, pero esto no sucedió en ese momento que tenía un propósito.

Así que cuando imponemos las manos sobre los enfermos y oramos por ellos, en primer término, siempre hay que creer que Dios puede sanar en un instante. Pero al mismo tiempo siempre debemos orar para conocer la voluntad de Dios, que sólo él puede saber.

Entonces, ¿pueden los demonios causar enfermedades directamente hoy en día?
Por supuesto que pueden.

¿Puede ser una enfermedad física y no espiritual en el origen?
Por supuesto que puede.

Sabemos esto porque Jesús nos dijo.

Pero si la enfermedad es espiritual o física en su origen, ¿puede Jesús sanar todavía hoy?
Por supuesto que puede. Y de hecho lo hace.


‍LA CURACIÓN DE LOS ENFERMOS COMO SIGNO DE GRACIA

Jesús concede la salud del cuerpo siempre juntamente con la salud del alma, o hablando con más propiedad: la salud del hombre entero.

‍Esta es la sorpresa del paralítico curado (Lc 5,18-20) y del enfermo junto a la piscina de Betesda (Jo 5,14).

La salud del cuerpo no es un bien por sí mismo y no la concede el Señor por sí sola.

Por tanto no va aislada de los demás aspectos, sino siempre dentro del contexto de salvación y liberación del hombre total.

El cuerpo es siempre expresión del espíritu y las curaciones somáticas son la manifestación de la salvación que se realiza en el enfermo.

Por tanto, para ser curado, lo mismo que para ser perdonado y liberado del pecado, Jesús exige la fe, aunque es también cierto que Dios puede sanar en ausencia de esa fe que exige.

Y‍ esa Fe es la aceptación plena de su persona, es decir, de su Palabra y del don que Dios ofrece con su Hijo.

Predicación, curación y expulsión de demonios: son actos conjuntos de salvación y de poder de la manifestación del Reino de Dios.

El mensaje salvador de Jesús se hace presente tanto con las palabras como con los hechos de poder.

Cuando Jesús transmite esta misma misión a los Apóstoles les da autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades.

Los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar, saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes (Lc 9,1-6).

San Mateo habla de “poder para curar toda enfermedad y toda dolencia” (Mt 10,1)

‍Al enviar a los setenta y dos discípulos les encarga:

“Curad los enfermos que haya en ella (la ciudad), y decidles: el Reino de Dios está cerca de vosotros” (Lc 10,9).

Todos aquellos que crean verdaderamente en Jesús, que sean sus discípulos, habrán de realizar las mismas maravillas, y por tanto:

“Impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” (Mc 16.18).

En la Iglesia apostólica que surge de Pentecostés, los Apóstoles seguirán vinculando predicación, curación y expulsión de los espíritus del mal.

Cuando son perseguidos piden predicar curando:

“Concede a tus siervos que puedan predicar tu Palabra con toda valentía, extendiendo tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios por el nombre de tu Santo Siervo Jesús” (Hch 4.29-30).

En resumen:

- En las enfermedades que aparentan ser de base física encontramos que algunas son por intervención del demonio.

- En ambas (de base física o espiritual) hay que recurrir al Señor para la curación.

- En unas pidiendo la sanación y en otras la expulsión del enemigo que está actuando.

- Esto no quiere decir que el maligno no actúe.

- El orar al Señor para la curación no excluye la atención médica, sino que más bien la requiere.




Fuentes:
http://www.siervoscas.com/2015/05/la-curacion_19.html
http://cowgernation.com/2015/09/02/is-illness-demonic-or-physical/
http://es.aleteia.org/2015/07/18/como-distinguir/

Testimonios de curaciones milagrosas por la intercesión del Padre Pío

El Padre Pío recibió la gracia de gran cantidad de dones. Uno de ellos es el de ser un gran intercesor para las sanaciones; hay algunos que son realmente espectaculares.

La imagen de la Virgen María y el Padre Pío mirándola


Pocos dudan ya de la santidad real y de la vinculación con lo sobrenatural del Padre Pío, incluso personas que no son católicas.

Porque las historias que se cuentan de sus milagros son tantos que es difícil ignorarlo.

Te muestro en estos relatos de milagros de curación atestiguados con pruebas y el añadido de un milagro eucarístico.

1.- EL PADRE PÍO HIZO QUE UNA MUJER QUE NO TIENE PUPILAS PUEDA VER

Gemma di Giorgi nació el día de Navidad en 1939, en la localidad siciliana de Ribera. Casi de inmediato, su madre se dio cuenta de que sus ojos eran diferentes a los ojos de otros niños.

La verdad era que Gemma era ciega de nacimiento.

Su madre la llevó a un médico que no pudo determinar la gravedad de su condición.

Ella fue derivada  a dos especialistas en Palermo.

Se determinó que Gemma no tenía las pupilas de sus ojos, que nada se podía hacer por su ceguera, porque su condición era inoperable.

La familia de Gemma estaba desesperada, y no había nada que pudieran hacer.

Sus padres a menudo la llevaban al altar de María en la iglesia, y oraban por considerar que se necesitaría un milagro para curar a sus ojos.

Una pariente, que era monja, aconsejó a la familia ir a buscar al Padre Pio.

Su consejo dio a la familia un rayo de esperanza.

La abuela de Gemma pidió a la monja que escribiera una carta al Padre Pío en representación.

Gemma Di Giorgi


Cuando la monja volvió a su convento, le escribió al Padre Pío para pedirle que ore por Gemma.

Una noche, la monja le vio en un sueño. El Padre Pío le preguntó:

“¿Dónde está esta Gemma para quienes se están ofreciendo tantas oraciones que son casi ensordecedoras?”

En su sueño ella presentó a Gemma al Padre Pío y él hizo la señal de la cruz sobre sus ojos.

Al día siguiente, la monja recibió una carta del Padre Pío en la que escribía:

“Querida hija, puede estar segura de que voy a orar por Gemma. Le envío mis mejores deseos“.

La monja quedó maravillada por la coincidencia de los sueños y la carta que de contestación del Padre Pío, por lo que escribió a la familia y les animó a llevar a Gemma a ver al Padre Pío.

GEMMA VA CON SU ABUELA A VER AL PADRE PÍO

Y así fue que en 1947, la abuela llevó a Gemma, de 7 años, a San Giovanni Rotondo a ver al Padre Pío, rezando y esperando todo el tiempo por un milagro

En el viaje de Sicilia a San Giovanni Rotondo, la vista de Gemma comenzó a mejorar misteriosamente.

A mitad de camino a su destino, Gemma empezó a ver el mar y un barco de vapor y ella dijo esto a su abuela.

Su abuela, así como otros amigos que las acompañaban, se maravillaron, y comenzaron a orar. Sin embargo, el viaje desde Sicilia hasta el monasterio era muy largo y difícil.

Mientras la abuela de Gemma reconoció el milagro que había ocurrido, seguía preocupada con la idea de buscar la intercesión del Padre Pío en la materia.

ojo de Gemma Di Giorgi


GEMMA SE ENCUENTRAN CON EL PADRE PÍO

En San Giovanni Rotondo, el Padre Pío llama a Gemma por su nombre antes de que la niña le fuera presentada.

Él oyó su confesión, y aunque ella no hizo mención de su ceguera, le tocó los ojos con la parte herida de su mano, realizando la señal de la cruz.

Al final de la confesión, él la bendijo, dijo,

“Sii buona e de santa.“ (Se buena y santa).

La abuela estaba molesta de que Gemma se hubiera olvidado de pedir al Padre Pio por la gracia de la curación mientras estaba en el confesionario y se puso a llorar.

Gemma también se molestó y empezó a llorar.

La abuela fue a confesarse con el Padre Pío y según sus propias palabras,

“yo pedí la gracia para Gemma y le dije a Padre Pío que Gemma estaba llorando porque, en su confesión con él se había olvidado de pedir esta gracia.

Nunca olvidaré su voz suave y tierna cuando él me respondió con estas palabras:

"¿Tienes fe, hija?

La niña no debe llorar y tu tampoco debes porque la niña ve, y tu sabes que ella ve".

Comprendí entonces que el Padre Pío estaba aludiendo al mar y al barco que Gemma había visto durante el viaje y que Dios había usado al Padre Pio para romper la oscuridad que cubría los ojos de Gemma“.

El mismo día, el Padre Pío dio a Gemma su Primera Comunión y volvió a hacer el signo de la cruz sobre cada uno de sus ojos.

LOS MÉDICOS COMPRUEBAN LA CURACIÓN

Cuando Gemma volvió a Sicilia sus ojos fueron examinados de nuevo por un especialista.

El médico, para probar a Gemma, levantó varios objetos en frente de ella y ella fue capaz de ver cada uno de ellos.

Ella fue capaz de contar los dedos del médico a una distancia de cinco metros.

Aunque sin pupila, tenía vista, podía ver.

El médico declaró que los ojos de Gemma no estaban en condiciones de ver.

No había explicación médica para ello.

Muchos médicos de toda Italia solicitaron a examinar los ojos de Gemma.

Esta extraordinaria cura, y la profecía que la precede, despertó gran interés en la prensa italiana durante el verano de 1947.

Los ojos de Gemma continuaron mejorando y pudo ir a la escuela y aprender a leer y escribir.

Ella fue capaz de conducir con total normalidad su vida.

Padre Pío sonriendo


SE ESCRIBEN LIBROS

Clarice Bruno, autora del libro “Caminos al Padre Pio” se reunió con Gemma en mayo de 1967.

Clarice dijo que a pesar del hecho de que la vista de Gemma estaba funcionando, todavía tenía esa niebla, de una mirada extraña que es una característica de las personas ciegas.

Clarice dijo a Gemma que estaba escribiendo un libro sobre el Padre Pío y quería incluir en ella la historia del milagro de Gemma.

Gemma pidió al Padre Pío permiso para compartir su historia y dio su consentimiento.

Gemma, debido al clima soleado y muy ventoso, llevaba gafas de sol en el día en que presentó la solicitud al Padre Pio.

Él comentó sobre esto:

“¿Por qué”, dijo mientras pasaba su mano sobre sus ojos, “llevas gafas? Tu ves muy bien”.

El Padre John Schug, autor de “Un Perfil del Padre Pio”, que entrevistó a Gemma, también declaró:

“Ella se ve como una persona ciega. Sus ojos son cetrinos y sin brillo, pero no hay ninguna duda de que ella puede ver.

Vi que alcanzó una agenda de teléfonos, buscó un número, y marcó el número sin dar palos de ciego”

CONCLUSIÓN
Aunque todos los médicos no pudieron llegar a un consenso sobre el tema de la condición médica de Gemma di Giorgi, los hechos que pueden ser definitivamente establecidos son los siguientes:

(1) Gemma di Giorgi nació con un defecto congénito grave de los ojos,

(2) antes de que se realizaran las oraciones por Gemma di Giorgi al Padre Pio, su visión era o muy defectuoso o totalmente inexistente, y

(3) después, aunque la estructura física del ojo se mantuvo sin cambios, Gemma fue capaz de ver normalmente a pesar de que oficialmente es clasificada como legalmente ciega.

Simplemente mientras Gemma y su abuela viajaban a San Giovanni Rotondo para pedir la gracia de curación, la gracia vino a ellas a través de la intercesión de la oración del Padre Pío.

Y fue antes de que incluso hubieran llegado a su destino. Dios, por sus propias razones misteriosas, quiso que sucediera así.

Gemma ha recorrido el mundo contando su historia.

2.- UNA RELIQUIA DEL PADRE PÍO FUE EL VEHÍCULO PARA LA CURACIÓN DE UNA NIÑA

Este es un testimonio de Ann Wilkinson, del Condado de Louth en Irlanda, quien describe, con sus palabras, la cura de su hija por intercesión del padre Pío en la década de los ‘70.

Cuenta Ann Wilkinson:

Mi historia comienza el 5 de diciembre de 1975, cuando estaba a punto de dar a luz a mi hija.

Su corazón latía tan rápido antes de que naciera que pensaban que yo estaba esperando gemelos, pero un examen de rayos X demostró que no era así.

Decidieron inducirla. En el momento en que empezaron a hacerlo, su corazón comenzó a fallar.

Lo siguiente que recuerdo es que estaban tratando de despertarme para decirme que la niña estaba gravemente enferma y que necesitaba bautizarla.

Sabía que las cosas estaban mal.

Recuerdo que pensé: ‘si me quedo con los ojos cerrados y no despierto, no voy a tener que enfrentar esto o tratar con esto’.

A la mañana siguiente, la consultante nos vino a ver a mí y a mi esposo, Jim.

Ella nos dijo que nuestra hija había nacido con un corazón mal formado, tenía sólo tres cámaras en lugar de cuatro, tenía un solo ventrículo y su hígado estaba agrandado enormemente.

La consultante también dijo que no se esperaba que viviera y que nada se podía hacer.

Más tarde, me dijo uno de los médicos que ella estaba lo suficientemente bien como para que nos la llevaramos a casa. Fue en ese momento que llegó la imagen del Padre Pío.

Ann Wilkinson
ann wilkinson

LE HABLAN DEL PADRE PIO

Una noche, mi madre me dio una reliquia en una pequeña tarjeta de oración y decía:

‘Ora a este hombre’. Le dije: ‘¿Quién es?’

Ella dijo: ‘Es el Padre Pío. Él tenía los estigmas de Jesús’.

‘Era un hombre maravilloso. Podía mirar en tu alma y ver qué tipo de persona eres’.

Una especie de frío se apoderó de mí. Pensé:

‘Sé que necesito un milagro, pero si mira en mi alma, verá que soy una pecadora, y no va a hacer nada por mí’.

Después de eso, volvimos a nuestros controles mensuales.

Nos dijeron que lo más que un niño había vivido con la condición de Kelly eran cuatro años.

Dijeron que finalmente su corazón fallaría y ella probablemente sólo se quedaría en su sueño. Sabíamos que llegar hasta cuatro años era crucial.

Cuatro imágenes del Padre Pío


LA BENDICIÓN CON EL GUANTE DEL PADRE PÍO

Poco antes del cuarto cumpleaños de Kelly, una persona me dijo:

"¿Alguna vez pensaste de conseguir que Kelly fuera bendecida con el guante del padre Pío?"

Ella me habló de una mujer que tenía un guante.

El día antes que Kelly tuviera que ir al hospital, fuimos a ver a la mujer.

Sacó el guante y la bendijo con él.

Esa noche fue la primera vez que le pedí a él.

Unos 20 minutos después de terminar la oración, Kelly estaba de pie al lado de mi cama y Ella dijo:

"Mami, tienes que entrar, hay un hombre en mi dormitorio".

Le dije: ‘Kelly, no hay nadie allí’.

Pensé que estaba soñando o tenía fiebre.

Yo la traje de vuelta a su habitación y la metí en la cama.

Mientras lo hacía, miró por encima del hombro y señaló hacia la esquina y me dijo:

"Mira, mami, me está sonriendo".

Y yo le dije: "No hay nadie allí".

El Padre Pío nunca se me pasó por la cabeza en ese momento.

A la mañana siguiente, le pedí a Kelly que entrara en la sala de estar y sacara mis cigarrillos de mi bolso.

Cuando ella entró, le oí gritar:

"¡Mamita! ¡Mamita!" y corrí.

Kelly había visto algunas revistas que la mujer me había dado el día anterior.

El frente de una de ellas tenía una gran imagen del Padre Pío.

"Mira, mami –dijo-. Ese es el hombre que estaba en mi habitación la noche anterior"

El guante del Padre Pío
Guante del Padre Pío


EN EL HOSPITAL LE CONFIRMAN LA CURACIÓN INEXPLICABLE

Fuimos al hospital después de eso. Se la llevaron y mi corazón se rompía.

Alrededor de una hora más tarde, la trajeron de vuelta y ella estaba mortalmente pálida. Le pregunté a la enfermera:

"¿Cómo le fue?

Ella dijo: El médico quiere hablar con usted."

Fuimos a ver al doctor. Él dijo:

"Yo tengo las pruebas que se hicieron a Kelly al nacer.

También tengo las pruebas de hoy que muestran que el corazón de Kelly es completamente normal.

En lugar de un ventrículo, ahora tiene dos y su hígado se reduce en tamaño.

Puedes llevarla a casa. Tienes un milagro y yo no sé cómo lo has hecho."

Le dije:

"Sé exactamente de quien lo conseguí."

El resto es historia. 

Kelly no tiene problemas del corazón en absoluto y no hay repercusiones de la condición de que una vez tuvo.

Siempre que le pasa algo, siempre se vuelve al Padre Pío y siempre sabe que está allí.

Él es la única constante en su vida.

También es el que la trajo de vuelta a mí y le dio su vida.

3.- RECUPERA A UN HOMBRE CON EL CRÁNEO APLASTADO

Betty y Paul Walsh de fondo

Betty y Paul Walsh de fondo




Paul Walsh tenía 17 años cuando el automóvil que conducía chocó contra un árbol en Chester Pike en los suburbios de Philadelphia en una helada noche de diciembre en 1983.

Un médico describió sus heridas en la cabeza como el equivalente de dejar caer un huevo en una acera de cemento.

No sólo tenía el cráneo destrozado, sino que todos los huesos de su rostro estaban rotos y había un desgarro en su cerebro.

Los médicos del Centro Médico de Crozier Chester dijeron que era irreversible el daño cerebral y que nunca recuperaría la conciencia.

Pero como dice el viejo refrán, “nunca digas nunca” [si aún no recurriste al Padre Pío]. 

Pero el sábado 14 de mayo de 2005, Paul Walsh recibió una licenciatura en artes liberales de Neumann College en Aston, PA.

“Me gustaría enseñar a especiales”, dijo el graduado de 38 años, que se empleaba como un asociado de tiempo completo con Elwyn, Inc., un programa residencial de día para las personas desfavorecidas mentalmente.

“Me gustaría seguir trabajando con las personas desfavorecidas mentalmente.”

La recuperación de Paul de las lesiones masivas en la cabeza en 1984 fueron “inexplicables, sobre una base puramente médica y científica”, dijo uno de los médicos que lo atendieron, Michael Ryan, MD. en una declaración escrita:

“Es mi sensación de que sin la ayuda de la influencia sobrenatural, Paul hoy estaría muerto o seguiría en un estado comatoso”.

Así quedó el auto de Paul en un accidente automovilístico:

Así quedó el auto de Paul



LAS LESIONES DEL ACCIDENTE

A pesar de que recuerda poco de su calvario de cuatro meses después del accidente, su madre, Betty Walsh, recuerda cada detalle, desde el momento en que recibió la llamada de teléfono en la noche del accidente.

“La enfermera me dijo que fuera al hospital de inmediato”, dijo la madre de diez hijos de Ridley Park, PA.

“Fue difícil incluso reconocer a Paul. Su cara estaba tan hinchada, como una calabaza, y totalmente envuelta en vendas.

No se veía muy bien, pero él reconoció mi voz, porque se movió cuando él me escuchó”.

Después de diez horas de cirugía al día siguiente, en la que Paul perdió cuatro veces y media la cantidad de sangre en su cuerpo, fue trasladado al Centro Médico de Crozier-Chester en condición crítica.

Al principio, parecía estar mejorando, e incluso hablaba un poco, pero había un líquido sospechoso que goteaba de la nariz.

Todo el mundo pensó que tenía un resfriado y pasó un mes antes que los médicos descubrieran que el fluido no era de la congestión nasal – era fluido espinal.

Una tomografía computarizada reveló un desgarro en el cerebro de Paul.

“Fue entonces cuando se dieron cuenta de que era peor de lo que pensaban“, dijo Betty.

Los médicos trataron de reparar la ruptura, pero el interior de la cabeza de Paul estaba demasiado destrozado.

Recurrieron a drenar el fluido con punciones lumbares y luego un catéter, pero la condición de Paul continuaba deteriorándose.

Otra tomografía reveló que tenía hidrocefalia y los ventrículos de su cerebro se llenaban de líquido.

Los médicos lo prepararon para cirugía de emergencia para colocar una derivación en la cabeza para drenar el líquido cuando descubrieron otra complicación grave, que también había desarrollado meningitis espinal.

“En este momento, no había esperanza”, dijo Betty. “Los ventrículos se seguían llenando de líquido y se aplanaba el lóbulo frontal de su cerebro“.

A pesar de que Paul estaba vivo, en esencia, se había ido.

“Ellos decían ‘tienes que dejar de esperar. . . la forma en que está ahora es la forma en que va a ser’.

Es permanente e irreversible el daño cerebral“.

Pero Betty no estaba dispuesta a renunciar a su hijo.

A pesar de que tenía otros nueve hijos en casa, se sentía como la mujer en la Biblia que tenía diez monedas, pero perdió una y no podía dejar de buscar hasta encontrarla.

“Decidimos que Paul necesitaba un milagro”, dijo Betty. 

Al final, si Paul no mejoraba, lo aceptaría, pero, mientras tanto, estaba realmente creyendo que podría haber un milagro y por lo menos me gustaría orar con fe.”

Padre Pío bendiciendo


LLEGA LA ESTAMPITA DEL PADRE PÍO

Una mujer de San Madeline en Ridley Park, le dio cinco tarjetas de oración para las personas que se encontraban en el proceso de beatificación y necesitaban un milagro.

Todos los días después de la misa, ella y su madre iban al hospital y rezaban el rosario sobre Paul, a continuación, decian las cinco oraciones.

“Cuando llegaba a la oración del Padre Pío, Paul se bendecía a si mismo, a pesar de que estaba totalmente inconsciente”, dijo Betty.

Varias personas fueron testigos de los fenómenos, incluyendo algunas enfermeras. 

Betty decidió convocar a un grupo local de devotos del Padre Pio y decirles lo que estaba sucediendo.

reliquia de guante del Padre Pío



LLEGA EL GUANTE DEL PADRE PÍO

Este grupo del Padre Pío decidió enviar a alguien al hospital con uno de los guantes usados por el Padre Pío durante las sangrientas heridas de los estigmas en sus manos.

El lunes 12 de marzo Paul fue bendecido con la reliquia y en pocos días, una de sus muchas dolencias graves había desaparecido milagrosamente.

Betty llamó al grupo de nuevo y el 6 de abril de 1984, el guante fue traído de nuevo a Pablo y se le puso en la cabeza.

“Supe de inmediato que algo sucedió porque fue como una descarga eléctrica que pasó por él”, dijo Betty.

“Abrió los ojos y miró alrededor de la habitación, muy lúcido..

Luego quedó en coma de nuevo, pero yo sabía que algo había sucedido.”

Ella tenía razón.

Al día siguiente, cuando regresó al hospital se sorprendió al encontrar a su hijo sentado en un sillón y viendo la televisión.

Se dio la vuelta y dijo: “Hola, mamá.”

La enfermera entró corriendo y le dijo a Betty:

“Él ha estado hablando todo el día“.

Cuando llamó al neurocirujano para decile que Paul Walsh estaba hablando, dijo el doctor,

“No es posible y colgó”.

Pero era cierto.

“Le hicieron a Paul otra tomografía y todos los médicos decían: ‘Yo no lo puedo creer. Yo no lo ‘creo’.

El lóbulo frontal de su cerebro no estaba más destrozado“.


APARECE UN VIEJO SACERDOTE CON HÁBITO MARRÓN

Aún más inexplicable fue lo que ocurrió días después, el Domingo de Pascua por la mañana, cuando Paul se despertó y encontró a un hombre de pie a los pies de la cama.

Descrito como “un viejo sacerdote con una túnica marrón”.

Paul pensó que era el hermano de Betty, Charley, que tiene un notable parecido con el Padre Pío.

“Recuerdo que estaba muy seguro de que mi tío Charley había estado a visitarme”, dijo Paul.

“Yo lo vi. Él estaba muy contento y me sonrió. Y luego salió de la habitación“.

Betty sabía que no podría haber sido Charley porque vive en Boston.

Dobló una imagen del Padre Pío, ocultando el nombre, y se lo mostró a Paul.

“Este es el que me visitó“ dijo. “¿No es que el tío Charley?”

Semanas más tarde, Paul Walsh salió de Crozier Centro Médico de Chester, sanado por completo.


LO HABÍAN ENCOMENDADO AL PADRE PÍO TRES MINUTOS DESPUÉS DE QUE SUCEDIÓ EL ACCIDENTE

Si había alguna duda en su mente de que el Padre Pío intercedió en la curación de Paul, esas dudas se disiparon un año después del accidente, cuando la familia recibió una llamada telefónica inesperada de Bill Rose, que vivió en la propiedad donde Paul se golpeó con el árbol.

Rose afirmó que escuchó el ruido la noche del accidente y salió corriendo para encontrar a Paul tirado en el suelo con su cara en una alcantarilla.

Él sabía que la persona estaba muriendo y mientras alguien llamó a una ambulancia, se ocupó de la cabeza de Paul hasta sacarla de la cuneta y oró por su alma.

“A los tres a cinco minutos del accidente de su hijo”, dijo a Betty “lo ofrecí al Padre Pío”.

Al día de hoy, Paul admite que todavía se pregunta “¿por qué yo?”. Pero eso no le impide contar su historia cada vez que puede. 

“No estoy haciendo esto por mí mismo”, dijo Paul. “Quiero dar a otras personas la esperanza.”

Monseñor Essef con Padre Pio



4.- LA CURA DE GASPARE DI PRAZZO, CIANCIANA, AGRIGENTO

El Sr. Gaspare  di Prazzo  tenía un caso de fiebre mediterránea que había llegado a ser muy grave.

Una mujer, la Sra. Vacarro, sabía del Padre  Pio, y recomendó que el paciente invocara la ayuda del Padre  Pio para una cura y le dio a Gaspare una imagen de Padre  Pio para usar al invocar su intercesión .

Una vez recibida la foto, el paciente besó la fotografía del Padre  Pío y le rogó que lo curara.

Pasaron unos días cuando una tarde  a las 6 pm el paciente le dijo a su esposa:

“Pon a alguien en la puerta y no dejes que nadie entre, porque el Padre  Pío está llegando, y no quiero ser visto por ninguna persona”.

La mujer asintió con la cabeza y le aseguró que su sobrino ya estaba cerca de la puerta.

Más tarde esa noche, a las once, cuando todos estaban en la cama y sólo su mujer estaba sentada junto a la cama del paciente, y el paciente tenía una fiebre significativa, le dijo a su esposa:

“Apaga la luz, porque el Padre  Pío  está a punto venir, y yo no quiero ser visto por nadie, ni siquiera por ti”.

Su mujer obedeció y apagó la luz  de repente su esposo comenzó a hablar, muy alegremente:

“¡Oh Padre Pio!, ¿está aquí para sanarme? os doy las gracias. Pase su mano desde mi cabeza a los pies. Yo no puedo más y no quiero dejar a mi esposa viuda…”

El paciente sentía al Padre Pío cerca de su cama.

Él pasó la mano estigmatizada sobre todo su cuerpo Su esposa no vio a nadie, pero entendió que el padre Pío estaba junto a su amado esposo.

Y temblando en un rincón de la habitación de rodillas, llorando también oraba al Padre Pío.

“Cuando llegue, Padre Pio, pida a Nuestro Señor la gracia de la curación de mi marido”.

Después de unos minutos, la mujer preguntó a su marido si podía encender la luz, y el paciente respondió:

“No, porque el Padre Pio no ha salido aún, todavía está a mi lado de la cama”.

El Padre Pío con el Caliz

Otros diez minutos pasaron, entonces el marido le dijo a su esposa que prendiera la luz, porque el Padre  Pío se había ido.

Después de prender la luz, su hermana y el Dr. Giannone llegaron alrededor de la cama del paciente, cuyos ojos brillaban, y estaba emitiendo profundos suspiros. Dijo que se sentía mejor, y luego les dijo lo siguiente:

“Hace poco me encontré en una hermosa iglesia, donde el Padre Pio  estaba celebrando misa, y yo estaba de rodillas.

Vi al Espíritu Santo en la hermosa forma de una paloma sobre el altar.

Después de la misa, me acerqué a él, y él me dijo: ‘Tened fe en Dios, pero tienes que ir a la confesión y no se debe jurar nunca más’.

Estando sediento, le pedí al Padre Pio por agua, y él me acompañó a una cisterna.

Llené una botella con preciosa agua fresca; gimiendo de dolor me lo bebí de un trago, ardiendo de fiebre.

Tan pronto como yo hube bebido el agua, olí un perfume que parecía el olor a vainilla. Entonces Padre Pio se fue“.

Después de esto el paciente repitió que se sentía mejor.

El primo, un médico, lo examinó notando un cambio muy significativo: la fiebre ya había disminuido, y por la mañana siguiente se fue sin ninguna causa, y nunca regresó.

Temprano a la mañana siguiente la Sra. Vacarro fue a visitarlo – el lector recordará que fue ella quien le dio la fotografía del Padre Pío – y con alegría al verlo dijo:

“¡La gracia ha sido dada!, soñé con Padre Pio anoche y él me dijo: ‘La gracia ha sido dada'”

Y verdaderamente se había obtenido la gracia, unos días después el paciente se levantó curado y se fue a la iglesia para agradecer a Nuestro Señor.

Más tarde tuvo un día solemne con la Eucaristía celebrada en la Iglesia de los Liguorini, donde se confesó y recibió la Sagrada Comunión, después de haber estado alejado de los sacramentos durante diez años.

A partir de entonces el señor Prazzo nunca juró otra vez y él está muy agradecido al Padre Pio, cuya fotografía siempre lleva consigo.

5.- CURA DE UNA DIABÉTICA A TRAVÉS DE UNA VISIÓN DEL PADRE PÍO

En Corpus Christi, el 12 de junio de 1946 a las 6 de la tarde una monja llamada Lucía estaba sufriendo de diabetes severa y debido a esto fue impulsada a beber litros de agua para el alivio.

De repente, sin embargo, ya no sintió la necesidad de beber agua y llamó a la madre superiora.

Ella dijo que ahora debía ir a la capilla a rezar.

Sin embargo, la  madre superiora  le pidió a la hermana para traer un vaso de agua. La madre superiora tenía el presentimiento de que era el principio del fin.

Lucía le dijo con una sonrisa feliz:
“Voy a morir pronto, Madre, el Padre Pio vino a verme.

Era como la imagen de la oficina, dijo que no podía ser curada (por los médicos).

Pero también me pidió esperanza, y tener fe en la ayuda del Cielo”.

Evidentemente, a partir de la sucesión de acontecimientos a continuación, Lucía no ha entendido inicialmente al Padre Pío. 

Dos hermanas le ayudaron a ir a la capilla.

Ella no pidió agua, e incluso se negó cuando  le ofrecieron la copa que había estado tomando. Ahora hacía ya un cuarto de hora desde que había tomado algo para beber.

Después de terminar sus oraciones la trajeron de vuelta a su pequeña habitación, ya que parecía que se estaba desmayando.

El capellán fue llamado y un tubo de bebida se le puso en la boca, pero ella inmediatamente lo apartó.

De repente abrió los ojos con una extraña sonrisa en los labios.

Ella se sentó en su cama y gesticulaba con alegría, diciendo: el Padre  Pio le había dicho en el nombre de Dios:

“Tú estás curada. ¡Levántate! Ven inmediatamente a mi monasterio.

Quiero bendecirte y agradecer al Todopoderoso contigo”.

Lucía fue al monasterio con dos de las hermanas el 17 de junio, cuando se presentaron ante el Padre Pío, éste dijo con una sonrisa:

“Estaba esperando por ti”, y la bendijo.

Padre Pio con un crucifijo


6.- UNA GRACIA ESPIRITUAL, PORTO MAURIZIO, 11 DE SEPTIEMBRE 1940

Un caballero de Porto Maurizio, escribe:

No importa lo mucho que diga con respecto a las gracias recibidas a través del Padre Pio, no puede decir lo suficiente, porque él me consiguió un gran número de ellas y continúa haciéndolas.

Cuando vi al Padre Pio por primera vez, me pareció como un sueño, y mi corazón saltó de alegría.

Asistí a la Misa que celebró con ardor santo. Yo también tuve la suerte de verlo de cerca, porque estaba de rodillas al lado del altar.

Grandes gotas de lágrimas cayeron de sus ojos… en ese instante me arrepentí de mis pecados y suplicaba el perdón para mí y para toda la humanidad.

En la Consagración, yo estaba envuelto por partida doble en la oración, y en la elevación de la Hostia miré hacia arriba con fe, y para mi asombro apareció radiante y hermosa.

Yo no dije nada de esto a nadie ese día, pero al día siguiente me fui al confesionario del Padre y le dije:

Padre, la Hostia consagrada por usted no se ve lo mismo que las demás.

¿Qué hay de especial en la mía?, dijo


Le contesté,

La hostia de cualquier otro sacerdote se ve normal, y no hay un crucifijo en el centro, mientras que la suya parece hermosa y radiante.

El no contestó, así que continué,

Dígame Padre, ¿esto es así, o es una ilusión?

Entrando en un estado de recogimiento interior, respondió con gravedad,

Lo que viste en realidad es cierto.




Fuentes:

http://ingodscompany2.blogspot.com/2013/07/the-healing-of-gemma-di-giorgi.html

http://www.independent.ie/lifestyle/hes-the-one-who-brought-her-back-to-me-and-gave-her-life-29559981.html

http://www.padrepio.catholicwebservices.com/ESPANOL/Recuperaciones.htm

http://www.san-pio.org/2013/05/el-senor-sigue-actuando-traves-del_3.html

http://www.pattimaguirearmstrong.com/2013/07/never-say-never-padre-pio-miracle-by.html

http://padrepiodevotions.org/testimonials/

https://www.linkedin.com/grp/post/3789441-5854088476584091648

http://angelsandsaintsandus.blogspot.com.uy/2013/07/padre-pio-guardian-angels-and-miracle.html

https://www.facebook.com/pages/Catholic-News-Inspiration/262347720490238

http://www.delconewsnetwork.com/articles/2014/03/30/ridley_town_talk/news/doc532f95cf8e5b4813906972.txt

http://www.mysticsofthechurch.com/2013/11/miracle-stories-in-life-of-st-padre-pio.html

https://www.ewtn.com/padrepio/mystic/stigmata.htm

http://en.wikipedia.org/wiki/Pio_of_Pietrelcina