Alteraciones al santuario
Llegó un tiempo en que muchos peregrinos iban a este
santuario y el Papa Clemente VII mandó que se cerrara la puerta original y se
construyeran tres puertas, ya que sólo había una puerta y las personas se
peleaban para entrar y salir. Pero había un problema y era que nadie le había
pedido permiso a la Virgen María para las alteraciones.
Cuando el arquitecto agarró su martillo para comenzar, su mano se marchitó y comenzó a temblar.
Enseguida se fue de Loreto y nadie más quiso hacer el trabajo. Tiempo después un
clérigo llamado Ventura Barino aceptó hacer el trabajo, pero primero se
arrodilló y rezó a la Virgen. Éste le dijo, “que no era su culpa, sino la orden
del Papa, que si Ella estaba enojada que se lo tomara contra el Papa y no contra
él”.
El clérigo pudo completar el trabajo.
Las personas de Loreto también
decidieron proteger la Santa Casa poniéndole una pared de ladrillo, pero
después que terminaron con la pared, la pared se separó de la casa. Por eso hay
un espacio entre la Santa Casa y la pared que fue construida.
Devolverle a la Virgen lo que es de Ella
Una historia relata que el Obispo de Portugal visitó la
Santa Casa y quiso llevarse una piedra para construir una Iglesia en honor a la
Virgen de Loreto.
El Papa le dio permiso y el Obispo mandó a su secretario a
sacar la piedra y llevársela.
El Obispo se enfermó de repente y cuando llegó su
secretario casi estaba muerto.
El Obispo les pidió a algunas hermanas
religiosas que rezaran por él y algunos días después recibió este mensaje:
“Nuestra Señora dice, si el Obispo desea recuperarse, debe devolver a la Virgen
lo que él se ha llevado”. El secretario y el Obispo se asombraron de esto, pues
nadie sabía lo de la piedra de la Santa Casa.
El secretario se fue
inmediatamente de regreso a Loreto con la piedra y cuando llegó, el Obispo
estaba completamente sanado. Por esta razón, durante los siglos, los Papas han
prohibido, bajo amenaza de excomunión, la extracción de cualquier parte de la
Santa Casa.
Un Lugar Sagrado
La Santa Casa es considerada entre los lugares más sagrados
del mundo. Antes de que la Santa Casa fuese trasladada, San Francisco de Asís
había profetizado que un día Loreto se iba a llamar el lugar más sagrado del
mundo y que por ello debían abrir una casa allí.
Muchos santos, beatos y Papas han visitado esta casa. Entre
ellos: San Francisco de Sales: hizo sus votos de celibato en la Santa Casa;
Santa Teresa de Lisieux: antes de ir a pedir permiso al Papa para entrar al
Carmelo a la edad de 15 años, visitó la Santa Casa; San Maximiliano Kolbe: en su
regreso a la ciudad de la Inmaculada, poco antes de ser llevado al campo de
concentración; y muchísimos otros santos.
El Papa Juan XXIII fue el día antes de convocar el Concilio
Vaticano II y pidió a la Virgen de Loreto la protección del Concilio.
Juan
Pablo II ha visitado muchas veces la Casa de Loreto y ha tenido allí
convenciones de jóvenes y familias.
Muchos peregrinos van cada año a visitar a la Santa Casa. A
visitar el lugar donde la Sagrada Familia vivió y a recibir las gracias que
Dios les quiere dar.
Es una tradición rezar de rodillas el Santo Rosario
alrededor de la Casa. Es un rosario penitencial pidiendo la intercesión
poderosa de la Santísima Virgen.
Procesiones con velas del Santísimo Sacramento
forman parte de las celebraciones en la Basílica de la Santa Casa de Loreto.
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