¿Cuáles son las estrategias favoritas del diablo?



La cara de la bestia

EL DIABLO EXISTE

Él tiene una inteligencia aguda (de una manera pervertida), es muy astuto y mañoso.

Y es constante en el trabajo y persistente en producirte tentaciones.

Sin embargo, Dios, María, sus ángeles y santos son mucho más poderosos que el diablo.

Hay dos extremos que deben ser evitados según las advertencias dadas por el Siervo de Dios el Papa Pablo VI:

El primer extremo es evitar pensar que el diablo no existe.

De hecho esta es una de las tácticas del diablo.

El segundo extremo es que nunca debemos dar el diablo demasiada importancia.

Los alarmistas temerosos hablan más del poder del diablo que de la Omnipotencia de Dios mismo.

LA GRAN ARMA DEL DIABLO ES LA TENTACIÓN

El diablo, salvo casos raros de posesión y ataques físicos, no nos hace más que presentar el cebo.

Nos engaña con el goce temporal y un falso sentido de la libertad y de la responsabilidad que nos lleva a no considerar las consecuencias futuras de ese goce sin restricciones.

Él ha estado engañando desde el principio del tiempo.

La mujer en Génesis 3: 6

“vio que el fruto del árbol era bueno para comer y agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría”.

Sucumbió a la tentación (tomó el cebo) y rechazó la advertencia de Dios que no debería comer de ese fruto.

Y se lo dio también a su marido y se lo comió.

Esa arma que es la tentación nos lleva a las 7 estrategias favoritas de la bestia. 

LAS 7 ESTRATEGIAS FAVORITAS DEL MALIGNO 

1 – DIVISIÓN

Corazón partido


El trabajo de división que hace el maligno es dentro nuestro, inspirándonos impulsos contrarios entre sí.

A veces impulsos nobles creativos y edificantes, y otros pecaminosos y destructivos.

Y así perdemos la brújula moral.

Por eso San Pablo dice en Romanos 7 que él no hace el bien que quiere y hace el mal que no quiere.

El maligno nos impulsa hacia el odio, la discordia, la inmoralidad sexual, los celos, la impureza, los ataques de rabia, la disensión, la envidia, la presunción… 

Nos lleva a las peleas entre hermanos, la disolución de las familias, a la destrucción del hombre y de la mujer.

2 – LA ARROGANCIA O LA SOBERBIA

Él combate nuestra humildad y hace crecer nuestra arrogancia, mostrándonos modelos de gente arrogante y exitosa.

Incluso nos impulsa a disfrazar la arrogancia mediante la falsa humildad.

La arrogancia ciega la posibilidad de ver los talentos y las buenas cosas de los demás.

Y por lo tanto se entabla una lucha entre la persona y el resto de los seres humanos y no una cooperación real. 

3 – DESALIENTO

Persona desanimada

Todos buscamos cumplir nuestras aspiraciones.

Entonces satanás nos tienta con la impaciencia con nosotros mismos y con los demás.

Pero también nos tienta haciéndonos pensar que estamos haciendo poco para cumplir nuestras aspiraciones.

Nos plantea pensamientos con demandas irrazonables.

Nos desalienta también y desanima a través de cosas simples como las fatigas.

Y magnífica las fallas personales que todos tenemos, los contratiempos y los obstáculos. 

4 – AUTOCOMPASIÓN

La compasión es un subproducto del desaliento.

El demonio te susurra que no hay salida, que será siempre así.

Y que lo que sucede es tu culpa.

Pone el cumplimiento de tus aspiraciones sólo en ti, sin considerar el auxilio de los demás y de Dios.

La autocompasión también nos priva de la alegría de esforzarse por cumplir nuestras metas y de saberse protegidos por Dios. 

5 – CRUZA LAS LÍNEAS MORALES

CS Lewis dice que el camino más seguro hacia el infierno es el gradual, la pendiente suave y sin giros bruscos.

Y esto sucede cuando comienzas a comprometerte con pequeños pecados morales.

Que en principio son veniales y no te hacen perder la salvación, pero sí la santidad.

Entonces tú mismo te ocultas un poco la verdad y así vas creciendo en cruzar las líneas morales.

Con cada paso que das se vuelve más fácil confundir el bien con el mal.

Hay que recordar que si no eres fiel en las cosas pequeñas no serás fiel en las cosas más grandes.
  
6 – DECEPCIÓN

El maligno nos engaña con promesas falsas y vacías.

Nos dice que seremos más felices si negamos aspectos de la verdad.

Y por lo tanto busca confundir y ocultar la verdad de lo que estamos haciendo y pensando, complejizando nuestro razonamiento.

Esto se ve en la creación de palabras para ocultar la maldad de ciertos actos.

Por ejemplo al aborto se le llama libertad reproductiva, a la fornicación cohabitación, y a la sodomía se le llama gay que en inglés significaba feliz. 

7 – DESVÍO

El trata de desviarnos de nuestro objetivo principal cuando estamos recorriendo un camino elegido por Dios para nosotros.

Hay que recordar que nuestro camino central es hacia el cielo.

Y lo importante para transitarlo es la fe, la obediencia a la verdad, el amor a Dios y hacia el prójimo.

El maligno nos distrae con cosas pasajeras del mundo que por ejemplo nos mantiene ocupados y no nos da tiempo para orar, ni para ir a misa, etc.

TENEMOS QUE ASUMIR NUESTRA RESPONSABILIDAD DE DEFENSA

El diablo todavía presenta el cebo.

Pero en lugar de asumir la responsabilidad de las acciones, muchos culpan al diablo por sus malas decisiones.

En lugar de reconocer que ellos cayeron autónomamente en las tentaciones por no saber usar las verdaderas armas contra él.

“El diablo viene detrás de mis finanzas“, algunos dicen.

“El diablo está tratando de destruir mi matrimonio”.

“El diablo me hizo emborrachar anoche”.

En realidad el diablo te puso la tentación y tú la asumiste con tu libre albedrío.

Según 1 Juan 2:16,  "el diablo tienta a través de la concupiscencia de la carne" (pasiones desenfrenadas).

La concupiscencia de los ojos (codicia).

Y la vanagloria de la vida (haciendo alarde de lo que tenemos y / o hacemos).

De modo que un paso hacia la victoria es tomar la responsabilidad de nuestras acciones, someternos a Dios y resistir al diablo:

“Someteos, pues a Dios y resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4: 7).



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Fuente: https://forosdelavirgen.org


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