Una publicación en el Facebook del Instituto de la Vida y la
Familia titulada “Fui testigo de un milagro” viralizó el testimonio de una
médica que bautizó a un bebé que ya había sido declarado fallecido, pero que
poco después recobró sus signos vitales.
El caso ocurrió el 22 de marzo en una unidad de cuidados
intensivos (UCI) neonatal de Jundiaí, en Sao Paulo, Brasil.
En una entrevista con ACI Digital -agencia en portugués del
Grupo ACI-, la cirujana pediatra que realizó el bautismo explicó que prefiere
permanecer en el anonimato.
“Nunca fue mi interés que yo apareciera en la historia,
porque el milagro es el que debía ser contado y Dios es quien tiene que ser
glorificado y no las personas”, dijo, y agregó que su decisión tiene que ver
con el cumplimiento de la confidencialidad médica.
En su testimonio, la profesional recuerda que se encontraba
almorzando cuando recibió la información de “un bebé de dos días nacido que
estaba en la UCI neonatal con neumotórax (cuando se genera un ‘agujero’ en el
pulmón, se impide su expansión y dificulta la respiración).
“Era necesario hacer una intervención quirúrgica llamada
drenaje torácico (procedimiento en que se coloca una ‘manguera’ en el tórax
para que el aire salga y deje de comprimir el pulmón)”, relata. Luego, solicitó
que separaran los materiales necesarios para el procedimiento y orientó a un
pediatra a realizar la punción del tórax para sacar al bebé de la situación de
emergencia y disminuir el riesgo inminente de muerte.
La médica dijo que 15 minutos después recibió una llamada
“informando que el bebé padeció un paro cardíaco y no resistió”. Al llegar al
hospital, 10 minutos después, encontró “biombos alrededor del lecho del bebé”.
El personal médico rodeó la incubadora y se realizó el
electrocardiograma para constatar el deceso. El bebé todavía estaba entubado y
acoplado al ventilador, pero su oxigenación era mínima y ya no tenía latidos
del corazón. Estaba muy hinchado y la piel tenía una coloración oscura más
intensa en los labios. No tenía ningún movimiento ni reflejos”, recuerda.
Además, “el equipo médico había realizado la punción
torácica y las maniobras de reanimación por más de 20 minutos, sin éxito. Los
padres ya temían lo peor”.
Fue cuando uno de los médicos que acompañaba el caso le dijo
que ya no había nada que hacer. Pero, la cirujana cuenta que “incluso con el
deceso constatado” decidió “realizar el drenaje torácico de cualquier forma”.
En aquel momento la cirujana pediátrica pensó en realizar el
bautismo. Sin embargo, reveló a ACI Digital que se “quedó en duda”.
“Sabía que el rito del bautismo debe ser hecho en el
paciente que está vivo y yo me quedé sin saber si se podía bautizar o no. En
ese momento sentí que necesitaba bautizar a ese bebé”, narró.
Fue entonces cuando, después del procedimiento, bautizó al
bebé y lo consagró a la Virgen María y al Padre Pío.
“En mi corazón dijo al Señor: Señor, tú eres el Dios de la
vida y la vida te pertenece. Si estás en tu voluntad, salva a este bebé”,
cuenta en su testimonio.
“Permanecí pocos minutos al lado del bebé para volver a
colocarlo en la incubadora mientras el equipo de enfermería organizaba todo
para que los padres pudieran ver a su hijo por última vez. Fue entonces que
percibí que el bebé se había vuelto rosado de nuevo y pedí que revisaran sus
latidos del corazón. Pero la respuesta fue la misma: el corazón continuaba sin
golpear”.
Hasta que, minutos después, “oímos el ruido en el monitor
indicando el retorno de los latidos del corazón”. “Llegamos a pensar que las
drogas utilizadas durante la reanimación pudieron haber provocado el retorno
temporal de los latidos, como en muchas situaciones ya habíamos presenciado,
pero que cesaban después de algún tiempo confirmando el deceso”.
“Sin embargo, esta vez era diferente. En vez de golpear
pocas veces y parar definitivamente, ese corazón empezó a golpearse cada vez más
fuerte y en una frecuencia que alcanzó la frecuencia normal para asombro de
todo el equipo. Oí a muchos exclamar diciendo que sólo podía ser un milagro.
Todos estaban visiblemente emocionados y un médico llegó a decir: ‘¡Dios mío,
nosotros íbamos a apagar los aparatos!’”, recordó la cirujana pediatra.
Cuando la publicación fue publicada en Facebook el 7 de
abril, la médica concluyó su texto afirmando: “Esto me sucedió y este bebé está
vivo hasta hoy. ¡Bendito sea Dios por permitirnos presenciar tan gran milagro!”.
Sin embargo, en entrevista con ACI Digital, contó que,
“desafortunadamente, el bebé se quedó vivo por unos quince días y luego murió,
porque tenía una malformación cardíaca muy grave”.
Sobre la médica
La cirujana pediatra, de 35 años, contó que esta experiencia
fue también un modo de reafirmar su fe.
“Yo vengo de un camino de 11 años desde que tuve mi primer
encuentro con Dios. Yo no era un médico que rezaba o que me importara eso. En
realidad, ni siquiera creía en milagros”, aseguró.
La médica hoy forma parte de una comunidad católica y es
miembro del Instituto Familia y Vida, el cual “comenzó el año pasado, con el
propósito de hacer esa lucha provida, de orientar a las mujeres que piensan en
abortar, también sobre el uso de anticonceptivos, del DIU, etc.
Asimismo, contó que fue una monja quien le enseñó “a hacer
los bautismos en la UCI”, pues, como cirujana pediatra, atiende “muchos niños
graves” desde hace cinco años.
Según el numeral 1256 del Catecismo, “en caso de necesidad,
cualquier persona, incluso no bautizada, puede bautizar si tiene la intención
requerida y utiliza la fórmula bautismal trinitaria. La intención requerida
consiste en querer hacer lo que hace la Iglesia al bautizar. La Iglesia ve la
razón de esta posibilidad en la voluntad salvífica universal de Dios y en la
necesidad del Bautismo para la salvación”.
Por último, la cirujana contó que, en diciembre y enero,
visitó San Giovanni Rotondo, en Italia, donde consagró su vida profesional a
San Padre Pío.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado
originalmente en ACI Digital.
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