El Misterio sin resolver que envuelve a la Escalera de San
José
En 1877 un desconocido carpintero construyó una escalera
“caracol” en una capilla de las Hermanas de Loreto en Nuevo México.
Y desde ese momento de ha transformado en un misterio
indescifrable.
La escalera da dos giros completos de 360º.
.
Tiene 33 escalones.
.
Se balancea como un resorte.
.
No tiene un centro definido.
.
El carpintero no usó clavos y no se sabe de donde provino la
madera.
.
Y lo más intrigante: el carpintero apareció imprevistamente
y luego desapareció de la misma forma.
Los técnicos se maravillan de los principios utilizados en
la construcción.
Y la leyenda es que la construyó el propio San José.
Primero porque las hermanas pusieron la construcción de la
Capilla bajo la protección de San José.
Y segundo porque el carpintero desconocido se presentó a la
Capilla luego que las hermanas habían terminado una Novena pidiendo a San José
la construcción de la escalera que faltaba.
Los arquitectos del momento no habían podido arreglar de
manera fácil el acceso de la planta del templo al coro.
LA PREPARACIÓN PARA EL MILAGRO
La bandera de Estados Unidos ondeo por primera vez en la
ciudad de Santa Fe en agosto de 1846 cuando capturaron pacíficamente la ciudad
al gobierno de México.
La fe había florecido en Nuevo México en los últimos 300 años
debido a los misioneros.
Pero la falta de sacerdotes había creado un vacío y la
Iglesia estaba en ruinas.
Principalmente porque los franciscanos se habían retirado en
1830.
Y habían dejado solo unos pocos sacerdotes nativos para
ministrar a miles de mexicanos.
Fue así que en 1850 el papa Pío IX creó el vicariato de
Nuevo México.
Y puso al frente de la misma al padre Jean Bautiste Lamy que en ese
momento servía en Kentucky, pero era originario de Francia.
De modo que Nuevo México, que incluía Colorado y Arizona en
ese momento, estaba bajo la jurisdicción directa del Papa.
El padre Lamy era un francés de unos 35 años de carácter
suave y bien versado en la doctrina.
Tenía un gran celo por la salvación de las almas.
Y lucho durante años con enorme dificultad, que el mismo
expresó así,
“Las principales dificultades de nuestras misiones son,
primero, atravesar las inmensas llanuras que nos aíslan del resto de los
Estados Unidos…
Tenemos que viajar trescientas leguas (1450 kms) sin
encontrar en nuestro camino una cabaña o incluso un puente sobre los ríos, y
siempre estamos expuestos a las flechas de los indios.
Rara vez estos salvajes no atacan a las caravanas, a veces
muy grandes”.
A pesar de ello Lamy recorría a caballo las montañas y
desiertos, expuesto a los indios Apaches, Comanches y Kiowas.
En un informe de su visita pastoral de 6 meses a Arizona él
dijo,
“Viajé más de mil leguas (4800 kms) a caballo"
"En algunos lugares tuvimos que dormir bajo la luna y viajar
de veinte a veinticinco leguas sin una gota de agua, caminando para descansar
mi caballo…
El día de Navidad pudimos celebrar el Santo Sacrificio,
donde asistieron de veinte a veinticinco personas arrodilladas en el suelo aún
cubierto de nieve, que había caído el día anterior.
Estábamos en la ladera de una montaña, rodeados de bosques
de robles y piñones, hojas de plata y cedros…
En ese momento sólo había dos chozas miserables.
Hoy encontrarás en este lugar la capital de Arizona”.
En el informe destacó la fe ardiente de los mexicanos, sobre
todo por la sagrada eucaristía y su devoción por la Santísima Virgen.
Eran gente pobre, la mayoría granjeros y pastores, y de
familias numerosas, porque los mexicanos consideraban que cuanto más niños
tenían más ricos eran.
Durante su apostolado obtuvo la ayuda del padre Pierre de
Smet un jesuita que tenía experiencia en el trato con los indios.
Posteriormente el Papa Pío IX crearía la diócesis de Santa
Fe y nombraría al padre Lamy como su Obispo.
Y en 1875 la diócesis pasaría a ser arquidiócesis y el padre
Lamy obtendría el rango de arzobispo.
Pero previo a eso el Padre Lamy se interesó en traer
educadoras para su zona.
La historia de la Capilla de Loreto comenzó en ese momento.
EL COMIENZO DE LA HISTORIA DE LA CAPILLA DE LORETO
El Obispo Lamy, tratando de propagar la fe y llevar un
sistema educativo a este nuevo territorio, comenzó a escribir cartas de
petición a sacerdotes, hermanos y monjas para buscar misioneros para predicar y
enseñar.
En 1852, respondiendo a la invitación del obispo, siete
hermanas de la comunidad de “Hermanas de Loreto al pie de la Cruz” partieron de
su casa madre en Kentucky, Estados Unidos, para fundar un nuevo convento
dedicado a educar niñas.
Las misioneras no sabían español y navegaron por el río
Mississippi hasta Independence, Missouri.
Allí una de las hermanas se enfermó y tuvo que regresar a
Kentucky.
Las restantes continuaron el largo viaje en carreta tirada
por caballos.
En una de las paradas para pasar la noche en las planicies
de Kansas, una banda de indios a caballo rodearon el pequeño campamento.
.
Misteriosamente, se retiraron sin causar ningún daño.
.
Sin duda las hermanas habían rezado fervorosamente.
Pero esa misma noche una de las hermanas murió (¿del susto?)
y fue enterrada allí en una tumba sin marcar.
Después de varios meses de viaje, las cinco hermanas
llegaron a Santa Fe e inmediatamente se establecieron en el centro del pueblo
Santa Fe en aquel tiempo era una pequeña villa habitada
principalmente por indios y mexicanos.
Llevaban 20 años enseñando en la escuela cuando en 1873 el
obispo sugirió que construyeran una capilla.
La obra, al estilo de la Sainte Chapelle de París, tardó
casi cinco años en construirse y le llamaron “Nuestra Señora de la Luz”.
Cuando estaba ya casi terminada, le avisaron a Magdalene, la
madre superiora, que, por un error del diseño, no había acceso al coro.
El arquitecto, P. Mouly, había planeado conectar el coro con
el segundo piso del convento pero nunca se hizo.
No se podía poner una escalera convencional porque tomaría
demasiado espacio de la capilla.
Según la leyenda, para resolver el problema, las hermanas
ofrecieron una novena a San José.
El último día de la novena, un señor canoso llegó montado en
un borrico a la puerta del convento.
Traía un baúl con herramientas y se ofreció a construir la
escalera pero con una condición: la superiora no debía jamás revelar su nombre.
La madre Magdalene aceptó y mandó a sus hermanas a no hablar
con el caballero.
.
Las hermanas observaron con asombro el avance de la obra.
Una vez terminada, cuando iban a festejar con el gentil
carpintero, este desapareció sin cobrar por su maravilloso trabajo.
Pronto comenzaron a circular comentarios de que San José
había construido la escalera para las hermanas.
La Milagrosa Escalera se estima que fue construida entre
1877 y 1881.
Le tomó al menos seis meses al carpintero para construirla,
y tiene dos vueltas de 360 grados sin medios visibles de apoyo.
Arquitectos, carpinteros, y demás gente se preguntó
exactamente quién es el artesano.
.
Y donde había comprado sus materiales.
.
Cada depósito de madera en Nuevo México fue abordado y
cuestionado, pero hasta hoy nadie ha podido encontrar una factura.
Nadie ha encontrado el nombre del genio que construyó la
escalera de la buhardilla.
Muchos están de acuerdo que la madera utilizada en la
escalera era ajena a los Estados Unidos.
Los visitantes de Oriente Medio han afirmado que la madera
utilizada, les pertenece a ellos.
Nadie ha sido capaz de identificar el tipo de madera.
Hay quienes dicen que es de abeto, el árbol más común de
Navidad. Pero no una variedad que crece en esa zona.
La escalera tiene mas de 6 metros y medio de alto.
Y tiene treinta y tres escalones que forman dos vueltas
circulares completas de 360 grados cada una, sin la ayuda del centro.
No hay absolutamente ningún clavo.
Una de las cosas más desconcertantes sobre la escalera, sin
embargo, es la perfección de las curvas de los largueros.
La madera se corta y empalma a lo largo de los lados de los
largueros con nueve empalmes en el exterior y siete en el interior, cada uno
encajado con la mayor precisión.
Cada pieza es perfectamente curvada.
¿Cómo hizo esto en la década de 1870 un hombre con sólo las
herramientas más primitivas?
Es inexplicable para los arquitectos modernos.
Profesionales de todo el mundo han venido a ver esta obra
maestra, y no dejan de maravillarse ante su fortaleza y belleza.
Los escalones fueron utilizados cada día por más de ochenta
y cinco años.
Cuando uno se sube a cada escalón, tiene una sensación de
movimiento vertical, como si la escalera fuera un resorte en espiral de gran
tamaño.
Se dice que esta elasticidad es una parte del secreto de su
creador.
La Iglesia no tiene una posición oficial respecto a la
misteriosa escalera.
En la secuela del Concilio Vaticano II, las vocaciones
religiosas se redujeron y las “hermanas” de Loreto vendieron la totalidad de
los terrenos de la Academia, incluyendo la capilla milagrosa, a un promotor
inmobiliario comercial.
En el momento de la venta en 1971, la capilla Nuestra Señora
de la Luz fue desconsagrada informalmente como una capilla católica.
Afortunadamente, sin embargo, hubo una protesta de personas
devotas de Santa Fe, entre ellos muchos de los ex alumnos de la Academia para que la capilla con las escaleras milagrosa fuera
preservada como un monumento nacional.
La Capilla de Loreto es ahora un museo privado operado y
mantenido, en parte, para la preservación de la Milagrosa escalera y la propia
capilla.
Y en este momento la capilla funciona como museo y se puede
alquilar para bodas.
.
Pero los actuales propietarios están dispuestos a venderla a
alguien que esté dispuesto a usarla de nuevo para misas católicas.
Fuente: https://forosdelavirgen.org/
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