Qué significado tiene cada día de la semana y cada mes para el Catolicismo

La cultura judeocristiana no considera el tiempo como circular al modo de los orientales, sino que avanza hacia adelante.

Pero la Iglesia Católica estructura su vida litúrgica en base a una recurrencia de un período semanal y otro anual.

Misa en la Basílica


Cada día de la semana tiene para la Iglesia un significado diferencial, porque hace memoria de una parte específica de la fe.
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Lo mismo que sucede en cada mes del año.   

EL TIEMPO EN EL JUDEO CRISTIANISMO

El famoso filósofo estudioso de las religiones Mircea Eliade habla que existen dos paradigmas para conceptualizar el tiempo.

Uno es el enfoque cosmológico y otro es el enfoque histórico.

En el enfoque cosmológico el tiempo es cíclico.
Se lo puede observar en el ciclo natural que se repite.

En la primavera la naturaleza florece y en el otoño la naturaleza se retrae al punto de desaparecer.

Pero vuelve a resurgir en la próxima primavera.

Este enfoque cosmológico está extendido en las religiones paganas y especialmente en la New Age, que proclama la reencarnación.

En cambio en el enfoque histórico el tiempo avanza linealmente hacia adelante.
Y este es la idea de tiempo que se adjudica a los judíos y que se ve en funcionamiento ve cuando se analiza el Diluvio.

Hay muchas culturas que hablan de un diluvio universal que destruye la civilización, y ésta tiene que comenzar de nuevo.

En las culturas paganas este evento del diluvio es considerado recurrente.

Es un evento que termina con la civilización y da comienzo a una repetición del nacimiento de una nueva civilización.

Pero en el caso de los judíos Yahveh cortó este ciclo recurrente diciendo que nunca más se repetirá la inundación.

De este modo se puede reconstruir el mundo y progresar.

La idea de progreso está en las antípodas de un mundo inmutable que gira sobre sí mismo.
Hace que el esfuerzo humano sea entendible y aceptable, porque no está condicionado por una lógica de la repetición.

Pero los judíos agregaron una sofisticación a este argumento histórico, poniéndole encima una capa de repetición.

De modo que el tiempo ya no es visto solamente como una línea que marcha hacia adelante.

Sino como un espiral ascendente, en el que se van repitiendo círculos en el marco de una tendencia ascendente.

 

PARA LA IGLESIA CATÓLICA  EL TIEMPO TIENE UN SIGNIFICADO DISTINTO

Y esto lo ha heredado el cristianismo cuándo le da un significado diferente a cada día de la semana y a cada mes del año, y que se repite año a año.

Sin embargo lo importante de esta repetición no es volver a hacer lo mismo sino a crecer espiritualmente cada vez que vuelve el ciclo.

Aunque la vida de la Iglesia se estructura a través del ciclo litúrgico que se repite año a año, cada tiempo de cada año es vivido de forma distinta y significa cosas diferentes para la propia Iglesia, y para cada uno de nosotros.

Esta Cuaresma y Semana Santa no son iguales a las del año pasado ¿o me equivoco?

Por otro lado, el tiempo es santo, porque Dios creó el mundo tomándose un tiempo preciso en cada día de la semana, y cada día lo usó con fines distintos.

Y en nuestra existencia, vemos al tiempo como un regalo de Dios, como oportunidades que Él nos da para progresar en nuestro camino hacia la Vida Eterna.

Como el tiempo corre para adelante es un recordatorio de que nuestras vidas son finitas y que debemos aprovechar cada minuto porque no vuelve.

Como dice el salmista:

“Enséñanos lo que valen nuestros días, para que adquiramos un corazón sensato” (Sal 90:12).

Pero eso no quiere decir que cada época del año y día de la semana no tengan un significado especial.

Para la Iglesia lo tienen, porque su ciclo de esfuerzos semanales y anuales están anclados al ciclo litúrgico que se repite cada año.

Es la capa de recurrencia en espiral que se añade al tiempo lineal.

Es por eso que la Iglesia da un significado y una valoración diferente de los días y los meses.

Es por eso que podemos hablar de un Tiempo Católico, en que cada día de la semana y mes del año tiene un significado diferencial.

EL SIGNIFICADO CATÓLICO DE CADA DÍA DE LA SEMANA 

Domingo: La Santísima Trinidad



El domingo está dedicado a la Santísima Trinidad, además de ser el día de la Resurrección de Nuestro Señor.

Esto es completamente adecuado ya que el domingo es el primer día de la semana y el día en que ofrecemos al Dios Padre, al Hijo y al Espíritu Santo nuestra alabanza, adoración y acción de gracias.

 
Lunes: Los Ángeles



El lunes es el día en que recordamos a los ángeles.

Los ángeles son poderosos guardianes, y cada uno de nosotros está protegido por uno.

Muchos de los santos tenían una gran devoción a los ángeles en general, y a su ángel de la guarda en particular. 

Martes: Los Apóstoles


Los apostoles

La Iglesia Católica es apostólica.

Es decir, está fundada en la autoridad y la enseñanza de los apóstoles, particularmente en San Pedro, a quien Jesús entregó las llaves de Su Reino.

Cada obispo es un sucesor directo de los apóstoles. 

Miércoles: San José


San Josè


San José es conocido como el príncipe y principal patrón de la Iglesia.

Como padre terrenal de Jesús, tuvo un papel especial en la protección, providencia e instrucción de Jesús durante su vida terrena.

Ahora que Cristo subió a los cielos, San José continúa ejerciendo su paternal tutela al cuerpo de Cristo, la Iglesia.

Jueves: La Sagrada Eucaristía




Nuestro Señor instituyó la Santa Eucaristía un día jueves, así que es adecuado que recordemos el más grande de los sacramentos en este día.

La Eucaristía es el regalo más grande de Dios a la humanidad, ya que es nada menos que el mismo Jesús.

¿Qué regalo podría ser más grande? 

Viernes: La Pasión de Jesucristo


La pasión de Jesus Cristo


Jesús fue azotado, escarnecido, y crucificado un viernes.

Por ello, la Iglesia siempre ha considerado los viernes como días de penitencia y sacrificio.

Este día debería ser siempre un día de arrepentimiento y uno en el cual recordemos la entrega total de Cristo para salvarnos de nuestros pecados. 

Sábado: Nuestra Señora


La Virgen María


Hay una serie de razones teológicas por las cuales el sábado está dedicados a la Virgen.

Tal vez la más significativa es que el Sábado Santo, cuando todo el mundo abandonó a Cristo en la tumba, ella fue fiel a Él, esperando confiadamente su resurrección el primer día de la semana.

EL SIGNIFICADO CATÓLICO DE CADA MES  

Enero: El Santo Nombre de Jesús

No hay nombre más poderoso que el Nombre de Jesús, y con él comenzamos el año calendario.

El Catecismo bellamente resume el poder de este nombre:

“Pero el Nombre que todo lo contiene es aquel que el Hijo de Dios recibe en su encarnación: JESÚS.

El nombre divino es inefable para los labios humanos, pero el Verbo de Dios, al asumir nuestra humanidad, nos lo entrega y nosotros podemos invocarlo: “Jesús”, “YHVH salva”.

El Nombre de Jesús contiene todo: Dios y el hombre y toda la Economía de la creación y de la salvación.

Decir “Jesús” es invocarlo desde nuestro propio corazón.

Su Nombre es el único que contiene la presencia que significa.

Jesús es el resucitado, y cualquiera que invoque su Nombre acoge al Hijo de Dios que le amó y se entregó por él”(CIC # 2666) 

Febrero: La Santísima Trinidad y la Sagrada Familia

La Sagrada Familia es un reflejo terrenal de la Santísima Trinidad. Meditando en la Sagrada Familia, podemos aprender el significado del amor, la obediencia, y la verdadera paternidad y maternidad.

También nos recuerda que la familia es la unidad fundamental tanto de la sociedad como de la Iglesia.

Y la Santísima Trinidad es el culmen de nuestra fe. 

Marzo: San José

San José es el icono de Dios Padre: silencioso pero activo y satisfaciendo perfectamente las necesidades de todos.

La Iglesia invoca constantemente la protección de San José, exhortándonos a acudir a José. 

Abril: Resurrección de Jesucristo y la Alegría Pascual

La Santa Iglesia es la guardiana de la memoria de la Resurrección del Señor.

Y esta es la base de nuestra fe, es nuestra esperanza.

Y la Sagrada Eucaristía es hoy un símbolo de ello.

Durante dos mil años, la Iglesia ha guardado este tesoro, administrándolo a los fieles y proclamando que es nada menos que el mismo Jesús.

Nunca podremos ser demasiado devotos del Santísimo Sacramento o mostrarle demasiado honor. 

Mayo: La Santísima Virgen María




Desde siempre, Nuestra Señora ha sido asociada con la belleza de las flores y la llegada de la primavera en el hemisferio norte.

Esto es apropiado porque ella es hermosa y es la Madre de nuestro Señor Jesucristo, que es la vida del mundo.

En mayo la Iglesia recuerda a la Virgen gloriosa con coronaciones y procesiones en su honor. 

Junio: El Sagrado Corazón de Jesús


El Sagrado Corazón de Jesús



El Sagrado Corazón de Jesús es la revelación del inmenso amor de Dios por nosotros.

A menudo se lo representa como un horno ardiente, perforado y roto, pero palpitante de amor.

El Sagrado Corazón es asimismo un profundo recordatorio de la humanidad de nuestro Señor, porque su corazón no es un simple símbolo, sino una verdadera realidad física.

Julio: La Preciosa Sangre de Cristo




La sangre de Cristo nos salva del pecado.

Es la sangre de Cristo la que nos da la esperanza del cielo.

San Pablo nos dice que Jesús reconcilió “en sí mismo todas las cosas, ya sea en tierra o en el cielo, haciendo la paz por la sangre de su cruz” (Col. 1:20).

Sin la sangre de Cristo derramada por nosotros, todo estaría perdido. 

Agosto: El Inmaculado Corazón de María


Sagrado Corazón de María


El corazón de María es un corazón maternal, un corazón lleno de amor y misericordia para sus hijos.

El corazón de María es el canal a través del cual todas las gracias de Dios fluyen a nosotros.

Ella es “vida, dulzura y esperanza nuestra.” 

Septiembre: Los Dolores de María

Después de Jesús, ningún ser humano ha sufrido más que nuestra Santísima Madre.

En perfecta obediencia a la voluntad de Dios, ella aceptó la tortura, humillación de su Hijo y a su brutal ejecución por nuestra salvación.

Como todo padre sabe, ver a un hijo sufrir es el sufrimiento más grande de todos.

Ella todavía lleva en su corazón los sufrimientos de su divino Hijo. 

Octubre: El Santo Rosario


Santo Rosario


El Rosario es una de las armas más poderosas que posee la Iglesia.

Constantemente los santos, Papas, y Nuestro Señor y Nuestra Señora misma nos exhortan a rezar esta sencilla pero profunda oración.

Por tanto, la Madre Iglesia ha reservado todo un mes para promover esta oración. 

Noviembre: Las Almas del Purgatorio


Las almas del purgatorio


Las almas en el purgatorio están sufriendo mucho, y ellas no pueden orar por ellas mismas.

Ellas son nuestros hermanos y hermanas, y como miembros del cuerpo de Cristo, debemos rezar y ofrecer sacrificios por los que han ido antes que nosotros, pidiendo que descansen en la luz de la presencia de Dios. 

Diciembre: La Inmaculada Concepción y la Infancia de Jesús

Diciembre marca el nacimiento de Nuestro Redentor.

Presenta a María en estado de gravidez a la espera del nacimiento, donde meditamos la Inmaculada Concepción. María estaba perfectamente unida para siempre a su esposo, el Espíritu Santo.

Su fructífera unión produjo una boda del cielo y de la tierra en el Dios-hombre, Jesucristo, de quien recordamos su nacimiento en infancia.


Fuente: forosdelavirgen.com

El misterio de la Escalera de San José

El Misterio sin resolver que envuelve a la Escalera de San José

En 1877 un desconocido carpintero construyó una escalera “caracol” en una capilla de las Hermanas de Loreto en Nuevo México.

Y desde ese momento de ha transformado en un misterio indescifrable.



La escalera da dos giros completos de 360º.
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Tiene 33 escalones.
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Se balancea como un resorte.
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No tiene un centro definido.
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El carpintero no usó clavos y no se sabe de donde provino la madera.
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Y lo más intrigante: el carpintero apareció imprevistamente y luego desapareció de la misma forma.

Los técnicos se maravillan de los principios utilizados en la construcción.

Y la leyenda es que la construyó el propio San José.

Primero porque las hermanas pusieron la construcción de la Capilla bajo la protección de San José.

Y segundo porque el carpintero desconocido se presentó a la Capilla luego que las hermanas habían terminado una Novena pidiendo a San José la construcción de la escalera que faltaba.

Los arquitectos del momento no habían podido arreglar de manera fácil el acceso de la planta del templo al coro. 




LA PREPARACIÓN PARA EL MILAGRO

La bandera de Estados Unidos ondeo por primera vez en la ciudad de Santa Fe en agosto de 1846 cuando capturaron pacíficamente la ciudad al gobierno de México.

La fe había florecido en Nuevo México en los últimos 300 años debido a los misioneros.

Pero la falta de sacerdotes había creado un vacío y la Iglesia estaba en ruinas.

Principalmente porque los franciscanos se habían retirado en 1830.

Y habían dejado solo unos pocos sacerdotes nativos para ministrar a miles de mexicanos.

Fue así que en 1850 el papa Pío IX creó el vicariato de Nuevo México.

Y puso al frente de la misma al padre Jean Bautiste Lamy que en ese momento servía en Kentucky, pero era originario de Francia.

De modo que Nuevo México, que incluía Colorado y Arizona en ese momento, estaba bajo la jurisdicción directa del Papa.

El padre Lamy era un francés de unos 35 años de carácter suave y bien versado en la doctrina.
Tenía un gran celo por la salvación de las almas.

Y lucho durante años con enorme dificultad, que el mismo expresó así,

“Las principales dificultades de nuestras misiones son, primero, atravesar las inmensas llanuras que nos aíslan del resto de los Estados Unidos…

Tenemos que viajar trescientas leguas (1450 kms) sin encontrar en nuestro camino una cabaña o incluso un puente sobre los ríos, y siempre estamos expuestos a las flechas de los indios.

Rara vez estos salvajes no atacan a las caravanas, a veces muy grandes”.

A pesar de ello Lamy recorría a caballo las montañas y desiertos, expuesto a los indios Apaches, Comanches y Kiowas.

En un informe de su visita pastoral de 6 meses a Arizona él dijo,

“Viajé más de mil leguas (4800 kms) a caballo"

"En algunos lugares tuvimos que dormir bajo la luna y viajar de veinte a veinticinco leguas sin una gota de agua, caminando para descansar mi caballo…

El día de Navidad pudimos celebrar el Santo Sacrificio, donde asistieron de veinte a veinticinco personas arrodilladas en el suelo aún cubierto de nieve, que había caído el día anterior.

Estábamos en la ladera de una montaña, rodeados de bosques de robles y piñones, hojas de plata y cedros…

En ese momento sólo había dos chozas miserables.

Hoy encontrarás en este lugar la capital de Arizona”.

En el informe destacó la fe ardiente de los mexicanos, sobre todo por la sagrada eucaristía y su devoción por la Santísima Virgen.

Eran gente pobre, la mayoría granjeros y pastores, y de familias numerosas, porque los mexicanos consideraban que cuanto más niños tenían más ricos eran.

Durante su apostolado obtuvo la ayuda del padre Pierre de Smet un jesuita que tenía experiencia en el trato con los indios.

Posteriormente el Papa Pío IX crearía la diócesis de Santa Fe y nombraría al padre Lamy como su Obispo.

Y en 1875 la diócesis pasaría a ser arquidiócesis y el padre Lamy obtendría el rango de arzobispo.

Pero previo a eso el Padre Lamy se interesó en traer educadoras para su zona.

La historia de la Capilla de Loreto comenzó en ese momento.
  

EL COMIENZO DE LA HISTORIA DE LA CAPILLA DE LORETO

El Obispo Lamy, tratando de propagar la fe y llevar un sistema educativo a este nuevo territorio, comenzó a escribir cartas de petición a sacerdotes, hermanos y monjas para buscar misioneros para predicar y enseñar.

En 1852, respondiendo a la invitación del obispo, siete hermanas de la comunidad de “Hermanas de Loreto al pie de la Cruz” partieron de su casa madre en Kentucky, Estados Unidos, para fundar un nuevo convento dedicado a educar niñas.

Las misioneras no sabían español y navegaron por el río Mississippi hasta Independence, Missouri.

Allí una de las hermanas se enfermó y tuvo que regresar a Kentucky.

Las restantes continuaron el largo viaje en carreta tirada por caballos. 

En una de las paradas para pasar la noche en las planicies de Kansas, una banda de indios a caballo rodearon el pequeño campamento.
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Misteriosamente, se retiraron sin causar ningún daño.
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Sin duda las hermanas habían rezado fervorosamente.

Pero esa misma noche una de las hermanas murió (¿del susto?) y fue enterrada allí en una tumba sin marcar.

Después de varios meses de viaje, las cinco hermanas llegaron a Santa Fe e inmediatamente se establecieron en el centro del pueblo

Santa Fe en aquel tiempo era una pequeña villa habitada principalmente por indios y mexicanos.

Llevaban 20 años enseñando en la escuela cuando en 1873 el obispo sugirió que construyeran una capilla.

La obra, al estilo de la Sainte Chapelle de París, tardó casi cinco años en construirse y le llamaron “Nuestra Señora de la Luz”.

Cuando estaba ya casi terminada, le avisaron a Magdalene, la madre superiora, que, por un error del diseño, no había acceso al coro.

El arquitecto, P. Mouly, había planeado conectar el coro con el segundo piso del convento pero nunca se hizo.

No se podía poner una escalera convencional porque tomaría demasiado espacio de la capilla.
 
Según la leyenda, para resolver el problema, las hermanas ofrecieron una novena a San José.

El último día de la novena, un señor canoso llegó montado en un borrico a la puerta del convento.

Traía un baúl con herramientas y se ofreció a construir la escalera pero con una condición: la superiora no debía jamás revelar su nombre.

La madre Magdalene aceptó y mandó a sus hermanas a no hablar con el caballero.
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Las hermanas observaron con asombro el avance de la obra.

Una vez terminada, cuando iban a festejar con el gentil carpintero, este desapareció sin cobrar por su maravilloso trabajo.

Pronto comenzaron a circular comentarios de que San José había construido la escalera para las hermanas.



La Milagrosa Escalera se estima que fue construida entre 1877 y 1881.

Le tomó al menos seis meses al carpintero para construirla, y tiene dos vueltas de 360 grados sin medios visibles de apoyo.

Arquitectos, carpinteros, y demás gente se preguntó exactamente quién es el artesano.
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Y donde había comprado sus materiales.
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Cada depósito de madera en Nuevo México fue abordado y cuestionado, pero hasta hoy nadie ha podido encontrar una factura.

Nadie ha encontrado el nombre del genio que construyó la escalera de la buhardilla.

Muchos están de acuerdo que la madera utilizada en la escalera era ajena a los Estados Unidos.

Los visitantes de Oriente Medio han afirmado que la madera utilizada, les pertenece a ellos.

Nadie ha sido capaz de identificar el tipo de madera.

Hay quienes dicen que es de abeto, el árbol más común de Navidad. Pero no una variedad que crece en esa zona.

La escalera tiene mas de 6 metros y medio de alto.

Y tiene treinta y tres escalones que forman dos vueltas circulares completas de 360 grados cada una, sin la ayuda del centro.

No hay absolutamente ningún clavo.

Una de las cosas más desconcertantes sobre la escalera, sin embargo, es la perfección de las curvas de los largueros.

La madera se corta y empalma a lo largo de los lados de los largueros con nueve empalmes en el exterior y siete en el interior, cada uno encajado con la mayor precisión.

Cada pieza es perfectamente curvada.

La escalera en primer plano


¿Cómo hizo esto en la década de 1870 un hombre con sólo las herramientas más primitivas?
Es inexplicable para los arquitectos modernos. 

Profesionales de todo el mundo han venido a ver esta obra maestra, y no dejan de maravillarse ante su fortaleza y belleza.

Los escalones fueron utilizados cada día por más de ochenta y cinco años.

Cuando uno se sube a cada escalón, tiene una sensación de movimiento vertical, como si la escalera fuera un resorte en espiral de gran tamaño.
Se dice que esta elasticidad es una parte del secreto de su creador.

La Iglesia no tiene una posición oficial respecto a la misteriosa escalera.

En la secuela del Concilio Vaticano II, las vocaciones religiosas se redujeron y las “hermanas” de Loreto vendieron la totalidad de los terrenos de la Academia, incluyendo la capilla milagrosa, a un promotor inmobiliario comercial.

En el momento de la venta en 1971, la capilla Nuestra Señora de la Luz fue desconsagrada informalmente como una capilla católica.

Afortunadamente, sin embargo, hubo una protesta de personas devotas de Santa Fe, entre ellos muchos de los ex alumnos de la Academia para que la capilla con las escaleras milagrosa fuera preservada como un monumento nacional.

La Capilla de Loreto es ahora un museo privado operado y mantenido, en parte, para la preservación de la Milagrosa escalera y la propia capilla.

La Capilla de Loreto de frente


Y en este momento la capilla funciona como museo y se puede alquilar para bodas.
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Pero los actuales propietarios están dispuestos a venderla a alguien que esté dispuesto a usarla de nuevo para misas católicas. 





¿QUÉ ES LA CUARESMA PARA LOS CATÓLICOS?

La cuaresma es un período de cuarenta días que la Iglesia ha fijado como preparación a la Pascua.
Comprende desde el Miércoles de Ceniza hasta antes de la eucaristía vespertina del Jueves Santo.

Es un tiempo penitencial, de ayuno y oración, que comienza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual.


 

¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA PARA LOS CRISTIANOS?

El miércoles de ceniza es una antigua observancia cristiana que remite al pecado, el sufrimiento, la penitencia y la redención.

Guardar este día no está escrito en la Biblia pero la Escritura habla del uso del silicio y las cenizas.

Un esfuerzo adicional que los fieles en el Antiguo Testamento hacían cuando quería llamar la atención de Dios sobre algo muy importante.

Así utilizaban silicio, rasgaban sus vestiduras y se ponían ceniza sobre sus cabezas.

Hoy los cristianos hacemos algo mucho más modesto como es ponernos una pequeña cruz de ceniza en la frente. 

Y así comenzamos la Cuaresma, que es un período para concentrarnos en Dios.



Para enfocar nuestra vida admitiendo nuestros pecados, haciendo un verdadero esfuerzo de cambio.

Y sobre todo concentrarnos en Cristo, recordando sus sufrimientos y sus tentaciones en el desierto.

El miércoles de ceniza nos recuerda el pecado en nuestras vidas y el esfuerzo que tuvo que hacer Cristo para redimirnos, hallando su muerte en la cruz.

Es por esto que las cenizas se fabrican utilizando las palmas que se usaron el año anterior en el Domingo de Ramos.

En el Domingo de Ramos festejamos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén cuando el pueblo gritaba “Hosanna”.

Y las cenizas representan que esa adulación a Cristo se convirtió en polvo por el pecado del pueblo.

Este día de miércoles de ceniza es de ayuno y oración.

De pasar un tiempo en silencio con Dios recordando las escrituras.



Haciendo memoria de sus mandamientos, el sufrimiento de Cristo y nuestra responsabilidad en todo este proceso.

Y también recordar que no somos dioses, que somos polvo y al polvo regresaremos, cómo nos dice el sacerdote cuando dibuja la cruz de ceniza en nuestra frente.

Entonces, ¿QUÉ DEBEMOS SABER DE LA CUARESMA?

1 – ¿QUÉ ES LA CUARESMA Y CUANTO DURA?

La Cuaresma es un tiempo espiritual importante para quien quiera prepararse para vivir el Misterio Pascual, o sea la Pasión, Muerte y Resurrección del Nuestro Señor Jesús.

De acuerdo con las Normas universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario romano general, la Cuaresma es un tiempo litúrgico que se ordena a la preparación para la celebración de la Pascua

Ya que la liturgia cuaresmal prepara para la celebración del misterio pascual a catecúmenos y fieles que recuerdan su propio bautismo y hacen penitencia.

Los cuarenta días van desde el Miércoles de Ceniza hasta antes de la Misa de la Cena del Señor.
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Comienza a las 12:01 am del Miércoles de Ceniza y termina justo antes de la Misa de la Cena del Señor en la noche del Jueves Santo, tan pronto como comienza la Misa de la Cena del Señor, que es un nuevo tiempo litúrgico: Triduo.
 

2 – ¿DE DÓNDE VIENE LA PALABRA “CUARESMA”?

La palabra Cuaresma, que empleamos para designar a los cuarenta días de Pascua es un término latino  quadragesima  (francés =  carême, italiano = quaresima, español = cuaresma, inglés = lent), que quiere decir “cuarenta días”, o más literalmente el “cuadragésimo día”.

Esto a su vez imitaba el nombre griego de la Cuaresma,  tessarakoste (cuadragésimo), una palabra formada por la analogía de Pentecostés (pentekoste), que en el pasado estuvo en uso durante la fiesta judía antes de los tiempos del Nuevo Testamento.

3 – ¿ES LA CUARESMA DE TRADICIÓN JUDÍA?

Podemos hablar de dos etapas en la historia de la cuaresma.

Antes que la cuaresma fuera instituida formalmente por la Iglesia, ya existían en el pueblo de Israel “prácticas cuaresmales” de penitencia, ayuno y oración.

En el Antiguo Testamento:

El ayuno de Moisés (Ex. 34, 28).
El precepto de la ley (Lv. 16, 29-31).
La penitencia de Nínive (Jo. 3, 1 ss).

En el Nuevo Testamento:

Jesús modelo de ayuno y oración (Mt. 4, 1-2).
La primitiva comunidad (Hech. 14, 23).

San Ireneo en el siglo II y la “Didascalia” en el siglo III nos hablan de ayunos precuaresmales, pero son únicamente algunos días, o bien sólo durante Semana Santa. 

4 – ¿CUÁNDO INSTITUYE LA IGLESIA LA CUARESMA?

Fue hacia fines del siglo IV cuando la Iglesia instituye formalmente este período de cuarenta días como tiempo de preparación a la Pascua.

Los penitentes públicos: se preparaban a la reconciliación del Jueves Santo con obras y ritos especiales.

Los catecúmenos: se preparaban para recibir el bautismo mediante una participación más intensa en las instrucciones y celebraciones propias.

Todos los fieles: se preparaban a la Pascua llevando a cabo obras penitenciales y caritativas, y sosteniendo con su ejemplo y oración a los penitentes públicos y a los catecúmenos.

Existía entonces la piadosa costumbre de las “Misas de estaciones”, que daban comienzo con la celebración del Miércoles de Ceniza y se llevaban a cabo en dos templos: el templo de reunión y el templo de estación.
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En el camino de uno a otro, los fieles, catecúmenos y penitentes públicos organizaban procesiones cantando y rezando.

Además de estas celebraciones dominicales, los cristianos se reunían los miércoles y viernes, en recuerdo de la captura y muerte del Señor.

La finalidad de estas reuniones era dedicarse con más atención y empeño a la escucha de la Palabra de Dios y la oración.

5 – ¿CUÁL ES EL SENTIDO ACTUAL DE LA CUARESMA?

Según la reforma del Concilio Vaticano II, la cuaresma tiene dos sentidos:

Sentido Bautismal: la cuaresma nos recuerda nuestro bautismo y prepara a los catecúmenos a recibirlo.



Sentido penitencial: la cuaresma es tiempo de hacer penitencia individual y social.
Individual: aborrecer el pecado y recurrir con más frecuencia al sacramento de la confesión. 
Social: llevar a cabo obras de caridad. 




6 – ¿CUÁLES SON LOS TEMAS PRINCIPALES DE LA LITURGIA DE CUARESMA?

Los principales temas que la liturgia cuaresmal nos ofrece son 7:

La Cruz: significa hacer morir en nosotros al hombre viejo inclinado a los placeres de la carne para renacer a una vida nueva según el espíritu y la conducta de hijo de Dios.

Penitencia: reconocimiento de nuestro propio pecado y pobreza para buscar con sinceridad nuestra conversión.

Bautismo: volver a nacer por el agua y el Espíritu a una vida nueva, e insertarnos a la Iglesia pueblo de Dios.

Ayuno: ascesis física.

Oración: más frecuente, fervorosa, humilde, confiada y nutrida de la palabra de Dios.

Caridad fraterna.


Escucha de la Palabra de Dios.


7 – ¿QUÉ SIGNIFICA PENITENCIA EN CUARESMA?

La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador.

Cambio de vida, se llama al acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.



“La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas.

La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la ORACIÓN, la LIMOSNA, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás.

Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad “que cubre multitud de pecados” (1 Pedro, 4,8.).” (Catecismo Iglesia Católica, n.1434).

“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a hacer penitencia.

Sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1249).

“En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1250), en recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz.

 8 – ¿QUE SIGNIFICA AYUNO Y ABSTINENCIA EN CUARESMA?


Consiste no ingerir alimentos en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche.
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Por lo menos no se debe comer nada entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.

Se obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad (en realidad a partir de 14 años), hasta que tengan cumplido cincuenta y nueve años. (cfr. CIC, c. 1252).

Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).
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Es posible comer pescado.

La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años en adelante.(cfr. CIC, c. 1252).

“La Conferencia Episcopal de cada País puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1253).

9 – ¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?

El miércoles de Ceniza en la Iglesia Católica es el primer día de la Cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua.

La Cuaresma se caracteriza por el llamado a la conversión. Por eso es de rigor empezar este tiempo con el rito austero de la imposición de ceniza.
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Sus palabras son “Convertíos y creed en el Evangelio” y “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás”, que nos recuerda la fragilidad de nuestra vida en la tierra.

En los primeros años de la Iglesia la duración de la Cuaresma variaba. Finalmente alrededor del siglo IV se fijó su duración en 40 días.

Es decir, que ésta comenzaba seis semanas antes del domingo de Pascua.

En los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal, presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebración del Día del Señor.

¿Cómo hacer entonces para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días efectivos de ayuno durante la cuaresma?

Para resolver este asunto, en el siglo VII, se agregaron cuatro días más a la cuaresma, antes del primer domingo, estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

(Si uno cuenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo y le resta los seis domingos, le dará exactamente cuarenta).

Así la Iglesia empezó la costumbre de iniciar la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, costumbre muy arraigada y querida por el pueblo cristiano. 

10 – ¿QUÉ SIGNIFICA LA IMPOSICIÓN DE LAS CENIZAS?

En los primeros siglos de la Iglesia en Roma, existía la práctica de que los “penitentes” (grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al final de la Cuaresma, a las puertas de la Pascua), comenzaran su penitencia pública el primer día de la Cuaresma.
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Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el jueves antes de la Pascua.
Estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X).

Entonces, en el siglo XI, desaparecida ya la institución de los penitentes como grupo, viendo que el símbolo de la imposición de la ceniza al iniciar la Cuaresma era bueno, se empezó a realizar este rito para todos los cristianos.

De modo que toda la comunidad se reconocía pecadora, dispuesta a emprender el camino de la conversión cuaresmal.

Por algún tiempo la imposición de la ceniza se realizaba al principio de la celebración litúrgica o independientemente de ella.

En la última reforma litúrgica se reorganizó el rito de la imposición de la ceniza con el objetivo de que sea un símbolo más expresivo y pedagógico para los fieles, pasándose a realizar después de las lecturas bíblicas y de la homilía, las cuales nos ayudan a entender el profundo significado de lo que estamos viviendo.

Las cenizas usadas para la cruz que recibimos en la frente son obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos del año anterior.

La ceniza, del latín “cinis”, es producto de la combustión de algo por el fuego. Por extensión, pues, representa la conciencia de la nada, de la muerte, de la caducidad del ser humano, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia.

Ya podemos apreciar esta simbología en los comienzos de la historia de la Salvación cuando leemos en el libro del Génesis que “Dios formó al hombre con polvo de la tierra” (Gen 2,7). En Gén 18, 27 Abraham dirá: “en verdad soy polvo y ceniza.

En Job (Jb 42,6) es explícítamente signo de dolor y de penitencia.

De aquí se desprendió la costumbre, por largo tiempo conservada en los monasterios, de extender a los moribundos en el suelo recubierto con ceniza dispuesta en forma de cruz.

El gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente, se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y entrada al ayuno cuaresmal y a la marcha de preparación para la Pascua.

La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual.
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Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Por eso cuando nos acercamos a recibir las cenizas, el celebrante pronunciará “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (Cf Mc1,15) y “Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver” (Cf Gén 3,19) al imponérnoslas en forma de Cruz.

Fuentes:https://forosdelavirgen.org