Testimonio 1: Mi mamá 31-7-17

Testimonio 1 31 de julio de 2017. Son las 8:05 de la mañana.

Imagen de Jesús subiendo a los cielos y el de una paloma blanca


Hoy 31 de julio de 2017 escribo mi primer testimonio del Amor de Dios en mi vida.

Hace poco más de un mes falleció mi mamá.

Todos los días tengo momentos de mucha tristeza, a veces dura todo el día. Se hace difícil vivir así.

Por ahí el mayor dolor que tengo es que no tendría que estar muerta. Mi mamá murió de una neumonía. Yo me demoré mucho en llevarla al médico. Por ahí en único consuelo que tengo de algo bien hecho es que una semana antes llamé a la urgencia de PAMI y vino el médico y no se percató que estaba grave, o por ahí todavía no lo estaba. No lo se. Pero a mi me queda la culpa que no debería haber confiado en el criterio de esa médica.

Ya era su momento seguramente. Pero mi falta de fe me hace vivir con mucho dolor este momento.

Mi único consuelo es pensar que está con Jesús, que ya no sufre más. De todos modos empecé a pedir misa y a orar pidiendo por las almas del purgatorio, especialmente por el alma de mi mamá, de mi papá y de toda mi flia. Y precisamente en esta mañana ésta es mi preocupación.

Hablando con Jesús le cuento una vez más sobre este dolor mío y esta duda que asalta mi corazón. Mi deseo de ver a mi mamá me destroza el alma. Ojalá la vuelva a ver....

Estará tan cansado de escuchar mis lamentos...

Estoy en la cafetería de la facultad hablando con Jesús, no es el mejor lugar posiblemente pero mi deseo de hablar con él es más fuerte que nada del ruido de alrededor me molesta. Estoy con él y de eso no tengo dudas.

Así que le pido que me hable por medio de mi Biblia que llevo en mi bolso.

La lectura que Jesús me regala es Hechos 1,1-11

Un ejercicio que hacíamos con el Padre Manolo de la Sma. Trinidad era hacerse estas tres preguntas:

¿Qué dice?

¿Qué me dice?

¿Qué le diría a los demás?

Entonces responderé la primer pregunta:

¿Qué dice?
En pocas palabras habla de Jesús después de su muerte que está con los apóstoles y que luego después de hablar con ellos es subido a los cielos por el padre.

¿Qué me dice?
Voy a citar textualmente la parte que siento de la cita que siento que habla de lo que me preocupa y es causa de mi dolor.

"Les dio numerosas pruebas de que vivía..."

"No les corresponde a ustedes conocer los tiempos y las etapas que solamente el Padre tenía autoridad para decidir".

"..recibirán la fuerza del Espíritu Santo...y serán mis testigos..."

"...Jesús fue arrebatado ante sus ojos..."

"Amigos...¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado volverá de la misma manera que ustedes lo han visto ir al cielo."

Parece que es bastante claro.

Jesús se ha cansado, por decirlo de alguna manera pero mientras tengamos vida nunca se cansa, de mostrarme que está vivo. Que me ama y que está conmigo y lo estará hasta el final de mis días. ¿Por que dudo entonces?

Siento que me dice que no dependía de mí que mi mamá partiera, este privilegio le pertenece al Padre y no hay nada ni nadie que pueda decidirlo por él.

También me dice que tenga paciencia, que el Espíritu Santo vendrá en mi auxilio, que lo espere, él vendrá a mí y me dará la fortaleza que necesito para seguir adelante.

Que mi mamí, que me fue arrebatada, la volveré a ver algún día.

Fin.

Sin duda que hay mucho más no sólo en lo que hablé con Jesús sobre mi preocupación si no que también sobre lo sentí que Jesús me decía, pero no soy un buen escritor, así he puesto lo que recordé en este momento antes de irme a trabajar.

Que este testimonio sea para la Mayor Gloria de Dios y lo ofrezco por las benditas almas del purgatorio.

¡¡¡Gloria a ti Trinidad y a los Cautivos Libertad!!










La verdadera historia de Bill Gate

La verdadera historia de Bill Gate

 Acceso al artículo completo

¿Verdad o locura de un fanático religioso?

Si utilizas productos MICROSOFT, debés saber este hecho:

 ¿Sabés que el VERDADERO nombre de Bill Gates es William
Henry Gates III?

Hoy en día se lo conoce como Bill Gates (III) donde "III" significa "tercero".

Entonces, ¿Qué es lo espeluznante de este nombre? Si tomás
todas las letras del nombre Bill Gates lll y obtenés el código equivalente en
ASCll de cada una de esas letras y luego sumás todos... obtendrás el numero 666,
que es el numero de la bestia.

 B=66 I=73 L=76 L=71 G=71 A=65 T=84 E=69 S=83 l=1 l=1 l=1 =
666 !!!

EL NUMERO DEL DIABLO ¿Coincidencia? Quizás, pero toma
WINDOWS 95 y haz lo mismo y obtendrás 666 también. 
Y lo mismo vale para MS-DOS 6.31.

¿Estas seguro de que esto es una coincidencia? Tú decides.

MS-DOS 6.21 = 77+83+45+68+79+83+32+54+46+50+49 = 666

WINDOWS 95 = 87+73+78+68+79+87+83+57+53+1 =666

No sería sorprendente que Bill Gate fuera "El Anticristo",
después de todo ya lo dice en la Biblia que alguien poderoso vendrá, y guiará al
mundo a la destrucción. Y Bill Gates sin lugar a dudas tiene ese tipo
de poder en sus manos. 

Mas del 80% de los ordenadores del mundo tienen Windows y DOS
(¡incluidos los del Pentágono!)

Ver artículo completo de "La verdadera historia de Bill Gate"

Carta de un alma condenada

Carta de un alma condenada

El rostro de una persona y la imagen de un manuscrito


Primera parte

 Este texto, fuerte y conmovedor, nos lo envía un Sacerdote Jesuita amigo, quien
lo acompaña con la siguiente introducción:

       Este material no es del gusto actual, de la sociedad moderna, por supuesto del
gusto mundano, ni lamentablemente de muchos entre los llamados fieles
cristianos. Debemos prestar atención hoy día a esta realidad y verdad de fe
definida en la Iglesia Católica, acerca de la existencia del infierno y de su
duración eterna. Tristemente, el abandono consciente o inconsciente de su
consideración, está llevando a muchos a negar su existencia, con consecuencias
más que lamentables en la conducta y en su ineludible juicio Divino. Lo que
sigue, guste o no,  no es argumento para adoptar la conocida actitud llamada del
avestruz, de esconder la cabeza bajo las alas.

Este texto no configura ninguna definición eclesiástica, sino que es sólo un
escrito privado que goza de licencia eclesiástica, para que pueda imprimirse y
por tanto leerse.



Carta del más allá

       Testimonio impresionante de un alma condenada, acerca de lo que la llevó al
Infierno
Imprimatur del original alemán: Brief aus dem Jenseits - Treves,
9-11-1953.N.4/53


Introducción al texto original
     
 Dios se comunica con los hombres de muchas maneras. Las Sagradas Escrituras se
refieren a muchas comunicaciones divinas hechas a través de visiones y aún de
sueños. Los sueños, no siempre son sólo sueños.

La "carta del más allá" que se transcribe seguidamente se refiere a la
condenación eterna de una joven. A primera vista parece una historia novelada.
Pero considerando las circunstancias se llega a la conclusión de que no deja de
tener su fondo histórico, a partir de su sentido moral y su alcance
trascendental.

El original de esta carta fue encontrado entre los papeles de una religiosa
fallecida, amiga de la joven condenada. Allí cuenta la monja los acontecimientos
de la vida de su compañera como si fueran hechos conocidos y verificados, así
como su condenación eterna comunicada en un sueño. La Curia diocesana de Treves
(Alemania) autorizó su publicación como lectura sumamente instructiva.

La "carta del más allá" apareció por primera vez en un libro de revelaciones y
profecías, junto con otras narraciones. Fue el Rvdo. Padre Bernhardin Krempel
C.P., doctor en teología, quien la publicó por separado y le confirió mayor
autoridad al encargarse de probar, en las notas, la absoluta concordancia de la
misma con la doctrina católica.

Entre los manuscritos dejados en su convento por una religiosa, que en el mundo
se llamó Clara, se encontró el siguiente testimonio:



El relato de Clara

       Tuve una amiga, Anita. Es decir, éramos muy próximas por ser vecinas y
compañeras de trabajo en la misma oficina M. Más tarde, Ani se casó y no volví a
verla. Desde que nos conocimos, había entre nosotras, en el fondo, más
amabilidad que propiamente amistad. Por eso, sentí muy poco su ausencia cuando,
después de su casamiento, ella fue a vivir al barrio elegante de las villas,
lejos del mío.

Durante mis vacaciones en el Lago de Garda (Italia), en septiembre de 1937,
recibí una carta de mi madre en la que me decía: "Anita N murió en un accidente
automovilístico. La sepultaron ayer en Wald Friendhof". Me impresioné mucho con
la noticia. Sabía que mi amiga no había sido propiamente religiosa. ¿Estaría
preparada para presentarse ante Dios? ¿En qué estado la habría encontrado su
muerte súbita? Al día siguiente escuché misa, comulgué por la intención de
Anita, en la casa del pensionado de las hermanas, donde estaba viviendo. Rezaba
fervorosamente por su eterno descanso, y por esta misma intención ofrecí la
Santa Comunión.

 Durante todo el día percibí un cierto malestar, que fue aumentando por la tarde.
Dormí inquieta. Me desperté de improviso, escuchando algo así como una sacudida
en la puerta del cuarto. Encendí la luz. El reloj indicaba las doce y diez
minutos. Nada. Tampoco ruidos. Tan solo las olas del Lago de Garda golpeando
monótonas contra el muro del jardín del pensionado. No había viento. Yo
conservaba la impresión de que al despertar encontraría, además de los golpes de
la puerta, un ruido de brisa o viento, parecido al que producía mi jefe de la
oficina, cuando de mal humor tiraba sobre mi escritorio una carta que lo
molestaba. Reflexioné un instante si debía levantarme. ¡No! Todo no es más que
sugestión, me dije. Mi fantasía está sobresaltada por la noticia de la muerte.
Me di vuelta en la cama, recé algunos Padrenuestros por las ánimas y me dormí de
nuevo.

Soñé entonces que me levantaba de mañana, a las 6, yendo a la capilla. Al abrir
la puerta del cuarto, me encontré con una cantidad de hojas de carta.
Levantarlas, reconocer la letra de Anita y dar un grito, fue cosa de un segundo.
Temblando, las sostuve en mis manos. Confieso que quedé tan aterrorizada que no
pude rezar. Apenas respiraba. Nada mejor que huir de allí, salir al aire libre.
Me arreglé rápidamente, puse la carta dentro de mi cartera y salí en seguida.
Subí por el tortuoso camino, entre olivos, laureles y quintas de la villa, más
allá del conocido camino gardesano.

La mañana aparecía radiante. En los días anteriores, yo me detenía cada cien
pasos, maravillada por la vista que ofrecían el lago y la Isla de Garda. El
suavísimo azul del agua me refrescaba; como una niña que mira admirada a su
abuelo, así contemplaba, extasiada, al ceniciento monte Baldo, que se levanta en
la orilla opuesta del lago, hasta los 2.200 metros de altura. Ese día no tenía
ojos para todo eso. Después de caminar un cuarto de hora, me dejé caer
maquinalmente sobre un banco ubicado entre dos cipreses, donde la víspera había
leído con placer "La doncella Teresa". Por primera vez veía en los cipreses el
símbolo de la muerte, algo en lo que antes no había pensado.

Tomé la carta. No tenía firma. Sin la menor duda, estaba escrita por Ani. No
faltaba la gran "s", ni la "t" francesa, a la que se había acostumbrado en la
oficina, para irritar al Sr. G. No era su estilo. Por lo menos, no era así como
hablaba de costumbre. Lo habitual en ella era la conversación amable, la risa,
subrayada por los ojos azules y su graciosa nariz...Sólo cuando discutíamos
asuntos religiosos se volvía mordaz y caía en el tono rudo de la carta. Yo misma
me siento envuelta por su excitada cadencia. Hela aquí, la Carta del Más Allá de
Anita N., palabra por palabra, tal como la leí en el sueño.



La Carta

       CLARA, NO RECES POR MÍ, ESTOY CONDENADA. Si te doy este aviso - es más, voy a
hablarte largamente sobre esto - no creas que lo hago por amistad. Quienes
estamos aquí ya no amamos a nadie. Lo hago como obligada. Es parte de la obra
"de esa potencia que siempre quiere el mal y realiza el bien". En realidad, me
gustaría verte aquí, adonde llegué para siempre. No te extrañes de mis
intenciones. Aquí, todos pensamos así. Nuestra voluntad está petrificada en el
mal, es decir, en aquello que ustedes consideran "mal". Aún cuando pueda hacer
algo "bien" (como yo lo hago ahora, abriéndote los ojos ante el infierno), no lo
hago con recta intención.

 ¿Recuerdas? Hace cuatro años que nos conocimos, en M. Tenías 23 años y ya
trabajabas en el escritorio desde seis meses antes, cuando yo ingresé. Varias
veces me sacaste de apuros. Con frecuencia me dabas buenos avisos que a mí,
principiante, me venían muy bien. Pero, ¿qué es "bueno"? Yo ponderaba, en aquel
entonces, tu "caridad". Ridículo... Tus ayudas eran pura ostentación, algo que
desde entonces sospechaba.

Para leer la carta completa ir a: Carta de un alma condenada

Alabanzas a la SMA. VIRGEN DE GUADALUPE

Alabanzas a la SANTÍSIMA. VIRGEN DE GUADALUPE

Imagen de la Virgen de Guadalupe


Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial.
Dios, Hijo, redentor del mundo.
Dios, Espíritu Santo.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios.

Santa María de Guadalupe.
Santa Virgen de las vírgenes.

Hija del Padre, Creador del cielo y la tierra.

Madre del Hijo que vino a traernos la vida en abundancia.

Esposa del Espíritu Santo de quien concebiste al Redentor.

Madre Virgen.
Madre de todos los hombres.
Madre de la Iglesia.

Madre que de tus servidores prefieres a los humildes y sencillos.
Madre que agradeces y pagas lo poco que hacemos por servirte.
Madre que nos das tu amor, tu compasión y auxilio.

Madre que remedias nuestras miserias, penas y dolores.
Madre que nos tienes bajo tu sombra y amparo.
Madre que nos llevas en tu regazo y nos haces correr en todo por tu cuenta.

Madre que sales al encuentro de tus hijos desviados.
Madre que te complaces en quienes buscan las cosas de Dios, como Juan Diego
Madre admirable, que tomas en cuenta a los Ovispos, Sacerdotes y fieles.

Imagen del Beato Juan Diego con la Santísima Virgen de Guadalupe

Virgen fiel
Virgen que nos pediste un templo
en el Tepeyac
Virgen que hiciste brotar rosas fragantes
en tierra infecunda.

Virgen que dibujaste tu imagen
celeste en la tilma de Juan Diego
Virgen que quisiste ser llamada
Santa María de Guadalupe

Virgen Misionera, evangelizadora y catequista.

Rosa mística del Tepeyac
Gloria y alegría de nuestro pueblo

Salud de los enfermos
Consoladora de los afligidos
Auxilio de los cristianos,
que presidiste la victoria de Lepanto.

Reina de los Ángeles
Reina de las Vi´rigenes
Reina de todos los Santos
Reina de la Paz

Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo (3 veces)

Señor Jesucristo, que desde
la cruz en la persona de
Juan Evangelista nos entregaste
a María como Madre
y en el Tepeyac Ella misma
declara a Juan Diego
que es nuestra piadosa Madre,
concede propicio que todos
los que buscan a Dios
se alegren de haberlo encontrado
por la mediación de Santa María de Guadalupe,
nuestra dulce y Santa Madre,
y por la intercesión del Beato Juan Diego.

Tú que, con el Padre y el Espíritu Santo,
vives y reinas por los siglos de
los siglos.

Amen

La Coronilla a la Divina Misericordia

La Coronilla a la Divina Misericordia

AL COMIENZO

1 Padre Nuestro

1 Ave María

1 Credo

AL COMIENZO DE CADA DECENA

(una vez)

Padre eterno, te ofrezco el cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tú amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero. 

EN CADA CUENTA DE LA DECENA

(10 veces)

En lugar de rezar 10 Ave Marías decir: 

Por su pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.


AL TERMINAR

(3 veces)

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.


Los Encuentros Reveladores de María Simma con las ALMAS DEL PURGATORIO

Los Encuentros Reveladores de María Simma con las ALMAS DEL PURGATORIO

María Simma es un referente en cuanto a las almas del purgatorio.

Acudían a ella numerosas almas para pedir intercesión a través de oración, sacrificios y misas.

El objetivo de estas almas era apresurar su salida hacia el cielo.

LA VIDA DE MARÍA SIMMA


María Simma nació el 2 de febrero de 1915 en Sonntag, Austria. Ella fue el segundo de ocho hijos. 

Sus padres eran campesinos pobres.

Eran gente humilde de un país católico, que poseía una fe sencilla pero muy devota de Dios.

En torno a los 7 años, María comenzó a sentir un fuerte llamado a ayudar a los demás, ya sea a través de la oración y el sacrificio de la vida religiosa como monja, o como misionera laica.

Con esto en mente en todo este tiempo le dijo a su madre que ella nunca se casaría.

Su madre respondió: “Bueno, vamos a ver cuando tengas 20 años”. Y a esto María respondió: “Es firme, voy a entrar en el convento o voy a trabajar en otro lugar del mundo donde pueda ser de ayuda a los demás.”

Sin embargo, a los 8 años se cayó muy enferma con neumonía y pleuresía, y dañando y debilitando su salud durante muchos años después.

Sin embargo, la llamada y el deseo de servir a Dios ayudando a otros continuaron creciendo a lo largo de sus años formativos de la adolescencia.

A partir de los 17 años hizo intento de entrar en convento como monja. Entró en tres, pero invariablemente fue despedida por su débil salud.

Cuando la última negativa se dio cuenta de que Dios no quería que ella fuera una monja, sino que su apostolado iba a ser el de una persona común “en el mundo”, entre sus compatriotas.

Pasó gran parte de sus días haciendo las tareas del hogar y costura, ayudaba en la granja familiar y granjas circundantes, y ayudando a los vecinos.

La mayor parte de todo lo que vivió fue con un espíritu de amor, oración y devoción a Dios y a sus vecinos.

A temprana edad su madre le había enseñado a orar con frecuencia por las pobres almas en el purgatorio, por lo que esto también era algo que era una parte de su vida desde la infancia.


EL COMIENZO DE LAS VISITAS DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

En 1940 llegó la primera visita de un Alma Santa (un alma del Purgatorio).

María tenía 25 años de edad y el alma santa – un hombre- se le apareció en una visión una noche.

Él se paseaba de ida y vuelta en su habitación, a los pies de la cama.

Confundida, ella lo llamó y le dijo: “¿Quién eres tú?”. Pero no recibió respuesta.

Luego se bajó de un salto de la cama y le dijo “¿Cómo llegaste aquí? Desaparece”, no dio ninguna respuesta y al llegar la mano para tocarlo, desapareció.

Sin embargo, tan pronto como volvió a la cama, volvió a aparecer.

Se preguntó cómo es que ella podía ver fácilmente a este hombre, pero no hablar o tocarlo.

Pensó para sí misma: “Bueno, siempre y cuando él no se acerque a mí” y se quedó mirándolo.

Y después de un tiempo desapareció y se quedó despierta pensando en el significado de lo sucedido.

Al día siguiente se fue inmediatamente a ver a su párroco, P. Alfons Matt, para decirle todo lo que había sucedido.

Después de explicarle todo, le dijo que podría ser una pobre alma del Purgatorio.

Y si tal cosa llegase a ocurrir de nuevo, que no dijera “¿Quién es usted?”, sino “¿Qué es lo que necesitas de mí?”    

A la noche siguiente el hombre de repente apareció de nuevo, una vez más, iba y venía.

Esta vez María le preguntó inmediatamente a “¿Qué es lo que necesitas de mí?”

El hombre se detuvo de repente, se volvió hacia ella y respondió “Por favor, haz tres santas misas por mis intenciones y luego desapareceré”.

Y luego desapareció inmediatamente y María dijo “fue entonces cuando supe que era una pobre alma.”

Al día siguiente, una vez más, le dijo a su párroco, P. Alfons Matt lo que había sucedido y le dijo sobre las tres misas solicitados.

El buen cura también le dijo que buscara siempre hacer lo que pudiera para ayudar a las almas que pudieran venir a ella.


COMIENZAN A LLEGAR MÁS ALMAS

Pronto más almas del purgatorio vienen pidiendo sus oraciones y sacrificios, y así comenzó un apostolado de por vida para las almas santas.

En los próximos años, sólo 2 o 3 pobres almas vinieron a ella cada año, pero a medida que pasaba el tiempo, más y más se acercaban a ella en busca de su ayuda pidiendo oraciones y sacrificios.

Desde el inicio sin embargo, debe tenerse en cuenta que María nunca buscó la visita de las almas del purgatorio.

Ella nunca las llamó ni las canalizó de ninguna manera. Siempre venían a ella por su parte.

De hecho, las almas santas le han dicho que es Dios en su gran misericordia que les daba permiso para ir a ella para obtener sacrificios y oraciones, para que su tiempo en el purgatorio pudiera ser disminuido.

Adecuadamente asistida por su confesor y director espiritual, y bajo el cercano seguimiento del Obispo del lugar, María vivió una vida donde la presencia sobrenatural se volvió cotidiana.

Las almas se presentaban buscando ayuda, y también dando testimonio de sus sufrimientos, su vida en la tierra y su deseo profundo de llegar cuanto antes a estar en la Presencia de Dios en forma definitiva.


EXTRACTOS DE “HACEDNOS SALIR DE AQUÍ” DE MARÍA SIMMA

Y así es como estas experiencias empezaron en 1940, entendí entonces que era esto lo que Dios quería que hiciera.

La primera alma vino a mi cuando tenía 25 años. Hasta aquel momento el Señor me había hecho esperar.

Usted me está diciendo que el alma de un difunto vino a ella. ¿Significa tal vez que el alma vino a hacerle visitas a su habitación?

Sí, y así siguió sucediendo desde aquella fecha en adelante.

Es decir desde 1940, cuando comenzaron estos fenómenos, hasta 1953 sólo venían dos o tres almas al año y generalmente en el mes de noviembre.

En aquel año trabajaba en casa o con niños, a veces también como criada en una granja de Alemania, y después en un pueblo cercano. 

Luego, durante el año Mariano de 1954, cada noche se me presentaba un alma distinta.

El purgatorio es un lugar y una condición que cada alma vive cuando tiene todavía necesidad de purificar y reparar los pecados que ha cometido durante su vida, antes de que pueda alcanzar a Jesús en el Paraíso.

Imagen del purgatorio


En el purgatorio hay tres niveles principales, pero yo encuentro que las almas necesitan relativamente poco para ser liberadas para ir al paraíso.

Esto es así por dos razones.

En el más bajo, Satanás puede todavía golpear a las almas, cosa que no puede hacer más en los niveles más altos.

Es verdad que nosotros somos probados aquí en la tierra y que nuestra prueba termina con la muerte.

Sin embargo, las almas de la tercera parte del purgatorio, aquella parte más profunda, tienen que sufrir por los pecados que han cometido antes de obtener el beneficio de nuestras oraciones, de nuestras Misas y de nuestras buenas acciones.

Y el continuo ataque de Satanás forma parte de esos sufrimientos.

Los niveles del purgatorio son tantos como enfermedades hay sobre la tierra, pueden ir desde una simple inflamación de una uña hasta algunas que pueden consumir el cuerpo entero como el fuego.

Este fuego sólo existe en los niveles más bajos del purgatorio y no en los más altos.

Los sufrimientos de ellas son más graves, a veces mucho más graves que los nuestros, sobre todo en el tercer nivel que es el más bajo.

No es cierto lo que muchos teólogos enseñan hoy, al afirmar que el Paraíso, Purgatorio e Infierno son sólo condiciones. Todos y los tres también son lugares.

Algunas almas están solo media hora, y otras por lo que queda del tiempo, hasta el último día. Las almas dicen que allí una duración de media hora alcanza cuarenta años.

Después de esta vida el tiempo no existe más. Pero se nos ha dicho que un alma tiene que sufrir por un cierto periodo de tiempo en el Purgatorio.

Es sólo porque nosotros no estamos en condiciones de comprender la entidad de una pena si ésta no es expresada en términos de tiempo.

Dicen que no se dan cuenta de que no tienen cuerpo. Tienen un cuerpo transfigurado que se puede presentar sanado y vestido. 

EXTRACTOS DE “EL SECRETO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO” DE MARÍA SIMMA

María relata que la mayoría pide que se celebren Misas por ellas y que esté presente en ellas; también piden que se rece el Rosario y el Via Crucis.

Ningún alma querría volver del Purgatorio a la tierra: aún cuando allá el sufrimiento es terrible, sin embargo, existe la certeza de vivir para siempre con Dios. No quieren volver a la tierra, donde nunca estamos seguros de nada.

Los pecados que llevan al Purgatorio son los pecados contra la caridad, la dureza de corazón, la hostilidad, la maledicencia, la calumnia, rehusarse a la reconciliación…

La persona que desaprovecha sus sufrimientos, al morir ve lo mucho que pudo haber ganado – para el bien de ella y de otros, por la comunión de los santos -, llevándolos bien.

Muchas veces María Simma ha sido invitada a sufrir por las ánimas benditas del Purgatorio. Ella lo relata así:

La primera vez un alma me preguntó si no me importaría sufrir por ella tres horas en mi cuerpo para que ella pudiera salir del Purgatorio.

Le dije que sí y tuve la impresión de que eso había durado tres días porque fue muy doloroso.

Esa alma me dijo que por haber aceptado con amor ese sufrimiento de tres horas, ¡le había ahorrado 20 años de Purgatorio! porque el sufrimiento en la tierra tiene un valor distinto.

Todo esto es alentador porque confiere un significado extraordinario a nuestros sufrimientos, aún los sacrificios más pequeños pueden tener un poder inusitado para ayudar a las almas.

Lo mejor que podemos hacer, dice María Simma, es unir nuestros sufrimientos a los de Jesús, poniéndolos en manos de María Santísima.

Contemplar los sufrimientos del Señor en el Via Crucis ayuda a odiar el pecado y desear la salvación de todas las personas, y esto da alivio a las almas del Purgatorio.

Las indulgencias tienen también un valor inestimable para ellas.

Las almas del Purgatorio no pueden ya hacer nada en favor de sí mismas porque al momento de la muerte, el tiempo de ganar méritos se termina.

Si los vivos no rezan por ellas, quedan abandonadas. Cada uno de nosotros tiene el inmenso poder de aliviarlas.

Mientras estamos vivos podemos reparar el mal que hayamos hecho. Pero a menudo el sufrimiento nos lleva a rebelarnos.

Los sufrimientos son la prueba más grande del amor de Dios. Debemos acogerlos como un don y entregarlo a Nuestra Señora. Ella es quien sabe mejor quien necesita tal o cual ofrenda para salvarse.

Los sufrimientos soportados con paciencia salvan más almas que la oración, dice María; pero la oración nos ayuda a soportar nuestros sufrimientos.

En el Purgatorio hay diferentes grados de dolor. Cada alma tiene un sufrimiento único. Los Ángeles custodios les proporcionan consuelo.

Si una persona sufre demasiado y desea morir, ¿qué puede hacer?, le preguntaron a María Simma.

Contestó:
Sí, esto es muy frecuente. Yo diría: “Dios mío, puedo ofrecer este sufrimiento para salvar almas”.

Esto nos da una fe renovada y valor. Al hacerlo así, el alma gana gran bienaventuranza, una gran felicidad para el Cielo.

En el Cielo hay miles de tipos y grados de felicidad; para cada alma es una felicidad plena. Cada uno sabe que no merecía más.

La soberbia conduce al infierno. El infierno es obstinarse en decirle “no” a Dios.

Nuestra oración puede suscitar un acto de humildad en los moribundos, un solo instante de humildad puede evitarles el infierno.

El sufrimiento soportado con paciencia, tiene para el alma un valor infinito. Se tiene el deber de aliviar los grandes sufrimientos, pero no el derecho de acortar la vida con medios químicos.

Le preguntaron a María: ¿Qué piensa de las prácticas de espiritismo, invocar a los espíritus de los difuntos, las tablas de ouija, etc.?

Eso es siempre malo. Es el demonio quien hace que la tabla se mueva. No está permitido invocar a los difuntos.

En el espiritismo, si hay respuesta, es siempre y sin excepción, satanás y sus ángeles caídos.

Las personas que practican el espiritismo (adivinadores, brujas, etc.) están haciendo algo muy peligroso contra ellas mismas y contra quienes van a consultarlos. Están sumidas hasta el cuello en mentiras.

Está estrictamente prohibido por Dios invocar a los muertos. Satanás puede imitar todo lo que viene de Dios.

Él puede imitar la voz y la apariencia de los muertos; una manifestación de este tipo siempre proviene del Maligno.

Satanás incluso puede sanar, pero esas curaciones nunca duran.


 También podés ver este video sobre la vida de María Simma:


Fuentes:
•             http://www.mysticsofthechurch.com/2013/10/maria-simma-visits-from-souls-in.html
•             https://es.wikipedia.org/wiki/Maria_Simma
•             http://digilander.libero.it/monast/purga/spa/maria.htm
•             http://purgatorio.altervista.org/index.php?s=mariasimma