EL SANTO ROSARIO

¿Qué es el Santo Rosario?

un Rosario en las manos de una persona rezando

El rezo del Santo Rosario consiste en ir pronunciando en oración veinte decenas de Avemarías. Cada decena va precedida de un Padrenuestro y la sigue un Gloria y durante su desarrollo se meditan los Misterios de la vida de Jesús y de María.

El motivo de que sean veinte decenas es que son veinte los Misterios que se tienen en cuenta: 5 Misterios Gozosos, 5 Misterios Dolorosos 5 Misterios Luminosos y 5 Misterios Gloriosos.

La Virgen María ha solicitado repetidas veces el rezo diario de al menos una cuarta parte (5 Misterios) del Santo Rosario.

La palabra Rosario significa “Corona de Rosas”. 

Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. 

La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la mas importante de todas.

El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.

En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. 

Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Dolorosos, Luminosos y Gloriosos. 

La oración verbal consiste en recitar veinte decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario. 

La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. 

Santo Domingo


Desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.


ORACIÓN DE SANACIÓN DEL PADRE PÍO

Padre Pío

Padre celestial, te agradezco por amarme. 

Te agradezco por enviar a tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, al mundo para salvarme y para liberarme.

 Confío en tu poder y gracia que me sostienen y me restauran. 

Padre amoroso, tócame ahora con tus manos sanadoras, porque creo que tu voluntad es que esté bien presente, en cuerpo, alma y espíritu. 

Cúbreme con la sangre preciosa de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo desde lo alto de mi cabeza hasta las plantas de mis pies. 

Lanza todo lo que no debería estar en mí. 

Elimina cualquier célula no saludable y anormal. 

Abre cualquier arteria o vena bloqueada y reconstruye y repone cualquier área dañada. 

Retira toda la inflamación y limpia cualquier infección por el poder de la preciosa sangre de Jesús. 

Deja que el fuego de tu amor sanador pase por todo mi cuerpo para sanar y hacer nuevas las áreas enfermas, para que mi cuerpo funcione de la forma en que lo creaste para funcionar. 

Toca también mi mente y mi emoción, incluso en lo más profunda de mi corazón. 

Satura todo mi ser con Tu presencia, amor, alegría y paz y llévame cada vez más cerca de ti en cada momento de mi vida. 

Y padre, lléname con tu Espíritu Santo y haz tus obras para que mi vida traiga gloria y honor a Tu santo nombre. 

Pido esto en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.