El Instituto Arica es una organización esotérica fundada en 1968 por Oscar Ichazo, un filósofo boliviano. La organización se basa en las enseñanzas de Ichazo, que combinan elementos de la psicología, la filosofía, el esoterismo y la espiritualidad.
Su ideología es un sincrético conglomerado de elementos tomados del hinduismo, el zen y el lamaísmo tibetano.
Su pensamiento se basa en la idea de que los seres humanos tienen un potencial ilimitado y que este potencial puede ser desbloqueado a través de la meditación y otras prácticas espirituales. La organización también cree en la existencia de un “ego falso” que debe ser superado para alcanzar la iluminación.
Afirman que el ser humano está dividido en tres partes: el cuerpo, la mente y el espíritu. La organización enseña que el objetivo de la vida es integrar estas tres partes para alcanzar la iluminación.
Para lograr sus objetivos, el Instituto Arica ofrece una serie de cursos y talleres que se centran en el desarrollo personal y espiritual. Los cursos incluyen ejercicios de meditación, respiración, visualización y trabajo corporal.
Los rituales que llevan a cabo los miembros del Instituto Arica son secretos, pero se sabe que incluyen el uso de símbolos y mantras. Los símbolos más comunes son el triángulo, el círculo y el cuadrado. Los mantras son frases o palabras que se repiten con el fin de alcanzar un estado de concentración o meditación.
El Instituto Arica ha sido criticado por su falta de transparencia. Una de las críticas más comunes es que Ichazo ha creado una organización que es una secta. Los críticos argumentan que el Instituto Arica utiliza técnicas de manipulación para controlar a sus miembros.
Otra crítica común es que el Instituto Arica es una organización peligrosa. Los críticos argumentan que los rituales y las prácticas de la organización pueden conducir a problemas psicológicos o emocionales.
En conclusión, el Instituto Arica es una organización esotérica controvertida. La organización ha sido criticada por ser una secta y por sus prácticas peligrosas. Sin embargo, el Instituto Arica también tiene seguidores que creen que la organización ofrece un camino válido para el desarrollo personal y espiritual.
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